Bilbao
El ciclocross en Euskadi, de un tiempo a esta parte, ha ido subiendo en cuanto a participación. Pero tenemos un vacío de calidad técnica. En este sentido estamos a años luz de lo correcto en la especialidad". La sentencia es de Pedro Larraioz, presidente de la comisión de ciclocross de la Federación Vasca. Habla desde la experiencia que dan los años sobre la bicicleta. No en vano, el técnico se inició como corredor de la modalidad en 1986. "Este deporte es una especialidad del ciclismo que requiere su propia técnica y su preparación física, que no tiene nada que ver con ruta, con pista o con mountain bike. El que hace ruta no entrena para competir en el barro, y viceversa. Por desgracia, aquí no se ha preparado a ciclistas para alcanzar nivel óptimo", explica Larraioz. Euskadi siempre ha sido tierra de grandes rodadores en ruta. Por ello, el ciclocross quedó apartado de los anhelos de corredores, técnicos y autoridades. Los entrenamientos maratonianos centrados en el pavimento no complementan al rider con vistas al barro. "El objetivo actual de la Federación Vasca es formar a los corredores juveniles y sub"23", añade.
Para garantizar el plus de calidad que se busca en los entrenamientos la Federación contrató al técnico belga Marc Janssens. "Ha faltado el punto necesario para tener resultados. Nosotros nos propusimos fomentar entre la disciplina que existen otras formas de entrenar. Fue entonces cuando optamos por traer a un técnico de fuera muy bueno", manifestó el mandatario. Así, el flamenco se afincó en Euskadi durante el mes de mayo en una concentración en la que mostró su sabiduría ante casi medio centenar de jóvenes. "Esto permitió que algunos corredores vieran un poco la forma de trabajar". Poco más tarde, en agosto, diez de esos ciclistas tuvieron la posibilidad de marchar al país natal de Marc para que el belga les ayudara a preparar la temporada. "En septiembre, tres juveniles y dos sub"23 estuvieron durante un mes completo en Bélgica", cuenta Larraioz. Tras esto, según dice Pedro, la actuación de los ciclistas mejoró de manera exponencial. También está el caso del juvenil Jon Ander Insausti que volvió a Bélgica para instruirse según las enseñanzas de Janssens por tercera vez. "Su ikastola, Goierri de Ordizia, colaboró mucho para que él pudiera marchar y formarse", agradece el técnico vasco. El corredor ya está macerando los frutos de la preparación obtenida. En Gieten, el guipuzcoano finalizó noveno en una prueba del Superprestigio.
"Lo que cambia, básicamente, son los entrenamientos, la forma de prepararse. El tipo de esfuerzo no tiene nada que ver con lo de aquí. Son más intensivos y específicos. Se centran en otro tipo de esfuerzo", analiza Larraioz. Aunque la base deba estar en la ruta, el técnico es consciente de que el trabajo pasa por la especialización y profesionalización de la modalidad. "Corredores como Nys cobran muchísimo dinero y eso permite tomarse este deporte de una manera diferente", formula. "Yo creo que la posibilidad de que un corredor sea bueno no depende de los genes. En Euskadi hay ciclistas de gran nivel europeo y mundial en otras disciplinas, pero en ciclocross no se preparan de una manera específica", finaliza Larraioz como voz autorizada.
Ocurre que faltan por pulir ciertas técnicas para poder alcanzar un nivel notable. Aunque el poderío se concentre en otros lugares de Europa, la base necesita una especialización en el ciclocross para conseguir que la genética no dictamine cuáles son las posibilidades de alcanzar la victoria.