Urko Olazabal, ganador del Premio Goya a Mejor Actor de Reparto en 2021 por su papel en Maixabel, encarna a Sagas Jauregui en 'Inurri Itsuak'. Bajo las órdenes del cineasta bilbaino Igor Legarreta y compartiendo papel protagonista con Itziar Ituño, se pondrá en la piel de un padre de familia que lucha por la supervivencia de los suyos cuando un barco inglés lleno de carbón encalla contra las rocas de la costa de Algorta. En un 1935 en el que este material servía para calentar los hogares durante todo el invierno, los Jauregui iniciarán una trágica búsqueda que les llevará a internarse en una tormenta salvaje para obtener el oro negro.
Casi todas sus escenas en esta película ha sido bajo la lluvia. ¿Cómo ha sido la experiencia?
Es la primera vez que en un rodaje no consigo escuchar mi propia voz, ya que los ventiladores y los dispositivos que recrean la lluvia hacen un sonido bastante importante. Esto ha sido una sensación nueva para mí, ya que bajo un ruido tan intenso era muy difícil trabajar lo íntimo. Ha sido un rodaje muy físico, y para dar la réplica a los demás actores había que gritar en muchas ocasiones. Aún así, nos hemos arreglado muy bien.
El contexto habrá supuesto un gran desgaste físico para los actores.
Así es, aunque he estado muy a gusto. En esta película hemos convivido con la lluvia, el frío y el barro y tan físico como esto ha sido el trabajo manual. Yo estudié Bellas Artes y Escultura por lo que me entiendo bien con cualquier herramienta de este tipo.
¿Cómo es su personaje?
Sabas Jauregui es el marido de Josefa. Tienen cinco hijos en común y ambos tienen que garantizar su supervivencia en un contexto muy complicado. Son muy pobres y tienen que trabajar mucho para poder sacar adelante a su familia.
¿Es tan duro como parece?
Sagas mete todas las emociones en una bolsa y nunca la abre. Siempre va hacia delante sin mostrar sus sentimientos, ya que en aquella época no era práctico reflejar lo que uno sentía. Cuando uno empieza a centrarse en las emociones propias es complicado focalizarse en sobrevivir, que era el verdadero objetivo de esta familia.
¿Y cómo ha vivido usted la desgracia de la familia Jauregui en primera persona?
Ha sido muy duro. Hay una escena en la que lloraron todos los que participaron en ella. A mí, sin embargo, se me saltaron las lágrimas cuando acabó y todo el mundo había dejado de hacerlo. Me resulta más complicado mostrar emociones que no hacerlo a la hora de actuar. Sentir y no externalizar mis sensaciones es lo que he hecho a lo largo de toda mi vida como hombre. Hasta que no inicié mis estudios para ser actor no aprendí a mostrar mis sentimientos.
El film muestra la importancia del carbón en aquella época. ¿Se puede establecer una conexión con la problemática actual con las fuentes de energía?
El carbón en 1935 era la electricidad de ahora. Estamos atravesando una crisis energética, porque en invierno a la gente no le llega para pagar la calefacción y en verano no pueden refrescar sus hogares. Eso le pasa cada día a mucha gente en pleno siglo XXI, y no en el tercer mundo, sino en Euskadi.
¿Conocía a Ramiro Pinilla antes de formar parte de 'Inurri Itsuak'?
En cuanto tuve información sobre la película fui a la librería y compré un ejemplar de su obra. Gracias a este film se está mostrando la gran cantidad de aficionados a la obra de Ramiro Pinilla que existen, a pesar de que no resulte tan conocido para algunos.
¿Qué expectativas tiene de esta película a nivel comercial?
Nuestra esperanza es que todo tipo de público vaya a las salas a ver esta película, tanto si es mayor como joven. Es complicado luchar contra películas de superhéroes aunque nuestros personajes también lo son, aunque de otro tipo. La película tiene muy buena pinta, por lo que estamos muy contentos, y es por el gran trabajo que ha hecho todo el equipo. La fotografía es espectacular, las imágenes parecen cuadros, y además tenemos actores muy guapos (risas).
¿Tenía ganas de acabar el rodaje?
Hoy hemos acabado calados, aunque ya nos hemos acostumbrado a mojarnos todos los días, como las ranas. La motivación no deja que la dureza del rodaje haga mella en tu cuerpo, aunque una vez que acabe lo notaremos. Los actores trabajamos muchos días seguidos, aunque en mi opinión tenemos el mejor trabajo del mundo. Lo peor es viajar a otros lugares y coincidir con un equipo que no sea tan bueno como este.