Con tan solo una novela publicada anteriormente, El desencanto, la escritora y periodista Beatriz Serrano (Madrid, 1989), se ha convertido en la finalista del premio Planeta. Su libro Fuego en la garganta ha cautivado al jurado. Serrano, que tiene un podcast de éxito, Arsénico Caviar, ha desarrollado su carrera en el periodismo digital, y como no podía ser de otra manera, las redes sociales se han colado en la novela finalista.  

Serrano la describe como un libro iniciático y también un road trip, un “viaje real por carretera y otro por internet”. Ambientado en la Valencia de la década de 1990, aunque la trama del libro también transcurre en otros puntos como la ciudad de Madrid y en particular el distrito de Vallecas, está protagonizado por Blanca, una niña que descubre después de que su madre abandona a su familia que comienza a experimentar una extraña sensación en la garganta, tras la que ocurren cosas, en algunos casos buenas y en otros malas. “Quería utilizar algunos elementos menos propios de este tipo de historias porque desde el auge de las redes sociales tengo la sensación de que no hay tantos milagros”, ha asegurado la periodista y escritora. 

El primer milagro de Blanca es asesinar a una niña que se ríe de la situación de su familia. A partir de ahí la pequeña se va convirtiendo en una adolescente gótica que se refugia en internet para conectarse con el mundo y conoce a un grupo de amigas. “Allí conoce a un grupo de chicas muy parecidas a ella, a las que considera su familia escogida. Como todos, es una chica solitaria que intenta conectar con otras personas”, asegura.

Milagros y salud mental

Serrano afirma que tiene la sensación de que en su generación muchas veces se cae en el error de que cuando se hace algo bueno “parece que no cuenta si no lo cuentas” y que, de ahí, se le ocurrió la idea de los milagros para la novela.

La salud mental también está presente en Fuego en la garganta, un problema que, a juicio de la escritora, “es muy importante”, porque es un tema que “no es un tabú, pero que lo hemos asimilado y no se está hablando verdaderamente del problema”.