Rodeada de unos pocos amigos y de la naturaleza, en un estudio de grabación enclavado en un bosque. Así se parió Bright Future (PopStock/Everlasting), el nuevo disco en solitario de Adrianne Lenker, la líder del grupo indie Big Thief. Con su voz frágil y poco ortodoxa, la cowgirl de Indiana vuelve a dar en la diana de nuestro corazón con otro repertorio desnudo, acústico y sutil que pivota sobre el amor, la nostalgia, las dudas y los anhelos de una compositora certera a la hora de facturar un folk con incrustaciones pop.

Lenker lo mismo te rompe el corazón que puede recomponértelo con Bright Future, disco que fluye entre las memorias de su infancia, pasajes amorosos infructuosos, dudas, dolor, arrepentimiento… y luz al final del túnel. Y todo en un tono de folk naturalístico –con guiños a las flores, los ríos, el sol...– y natural sin artificios y grabado en la soledad de un bosque, donde se ubica el estudio Double Infinity. Allí, en una casa de madera de cerezo de 150 años de antigüedad, Lenker se reunió con un trío de colegas antes que buenos músicos: el pianista Nick Hakim, el gutarrista Mat Davidson y la violinista Josefin Runsteen.

Registrado en formato analógico, ajeno a su tiempo y refractario a a la tecnología más contemporánea, Bright Future suena desnudo en arreglos, valiente, emotivo hasta el dolor placentero, con la frescura de quien compone y graba –por si surge la magia– entre amigos, sin grandes pretensiones, en primeras tomas y solo buscando el guiño cómplice, la risa y la comunión humana.

“No tenía ni idea del resultado, ni buscábamos hacer un disco, pero fue mágico”, explica la autora sobre este nuevo repertorio, anclado en el tiempo y sutil que suena como si estuvieran tocándolo en directo para ti en tu cuarto de estar. Parte de culpa la tiene la producción nada intervencionista de Philip Weinrobe, colega de aventuras en solitario previas de Lenker. En ese espacio de paz y tranquilidad, “fue como si el sistema nervioso de todos se liberara”, explica Linker.

Canciones

‘Real House’ 

De sonoridad cruda y desnuda, es la pieza más ascética, en la que se escuchan los trastes antes de la entrada del piano y un violín que parece afinar antes de invitarnos a un viaje a la niñez. Aprovecha la metáfora y la vida itinerante de su familia -llegó a vivir en camionetas-, para sentirse a gusto en su propio cuerpo y en la Tierra, sus verdaderos hogares, más allá de sus dudas y debilidades. “Ahora tengo 31 años y no me siento fuerte, es amor todo lo que quiero”, suplica. 

‘Sadness As A Gift’

Folk con una melodía pop brillante que deslumbra desde la sencillez más desarmante. Una letra añorante, una simple guitarra acústica, el violín… solo falta la fogata en esta canción de campamento. Añoranza por un amor mientras pasan rápido las estaciones. “Podrías escribirme algún día, y apuesto a que lo harás/podríamos ver la tristeza como un regalo”, canta.

‘Fool’

La más vestida del lote, con arreglos experimentales y una letra amorosa: “podríamos ser amigos, amarme de principio a fin… te amaré hasta que muera. ¿qué más podría decir?”.

‘No Machine’

Tiene un riff de guitarra a la altura de una melodía bellísima y un verso clarividente: “que ninguna máquina se coma nuestro sueño”. Es su reivindicación de la autenticidad del ser humano, de la emoción, el alma y el corazón como ariete contra la tecnología que nos domina. Oda a la naturaleza, la luna, el sol, las libélulas, el océano…

‘Free Treasure’

Otra joya pop folk en la que reincide en el amor y la necesidad de disfrutar de la naturaleza -“¿el tesoro gratuito del título?- con voz doblada y una calidez y emoción sin límites. “Me muestras comprensión, paciencia, placer, tiempo y atención, amor sin medida”, canta.

‘Vampire Empire’

Versión de Big Thief. Rítmica, con percusión natural, voz forzada hasta el falsete al final de los versos y solo de violín campestre. Se refiere a una relación vampírica en la que la protagonista cae una y otra vez sin “mantener el control”.

‘Evol’

Baladón escalofriante soportado por las notas escuetas de un piano mágico, ausente de virtuosismo y sobrante de emoción, a la que se une un violín final. Se oye: “enseñar, engañar, separar, atrapar, tienes mi corazón, lo quiero de vuelta”.

‘Candleflame’

El violín chirría antes de que guitarra y piano congelen en pura belleza los siguientes dos minutos y medio, cantados por Lenker -“otro día lejos, sabes que te amo, no puedo explicarlo, llorando sobre la llama de la vela”- con una dulzura que no es de este mundo. 

‘Already Lost’

Se oye cómo preparan los instrumentos y no se puede sonar más real y cercana. Voz en primer plano, percusión tímida y guitarra. El amor, el paso del tiempo, la vida natural… “El espejo es tu ojo en el mío”, nos dice.

‘Cell Phone Says’

Folk desnudo. Más comunión terrenal, llamadas de celular, sueños de libertad...

‘Donut Seam’

Abre Nick cantando y luego comparte micro con Lenker. “Todo este mundo está muriendo ¿no parece un buen momento para nadar antes de que desaparezca toda el agua?/¿No parece un buen momento para besarnos? Un beso más, un beso más que dure años”, se interroga. Sobre la fugacidad del amor y lo hermoso de vivir. Si no te emociona, háztelo mirar.

‘Ruined’

Y si se trata de acabar en alto, una cúspide inmejorable. Torch song con una melodía e interpretación que te encogen el corazón y agitan el lagrimal mientras el piano marca el ritmo con apenas cuatro notas. Se despide cantando “no puedo conseguir suficiente de ti, si vienes estoy arruinada”.