El cine vasco sobrevivió ayer al alud de La sociedad de la nieve, que arrasó en la 38ª edición de los Premios Goya con doce estatuillas. Estíbaliz Urresola y sus 20.000 especies de abejas se hicieron con tres premios: mejor guion original, mejor dirección novel y mejor actriz de reparto para Ane Gabarain. Por otro lado, Pablo Berger emprendió de la mejor manera posible su andadura hacia los Oscars con dos estatuillas: mejor película de animación y mejor guion adaptado por su versión del cómic de Sara Varon. El director de Karrantza Víctor Erice vio como su filme Cerrar los ojos se hizo con un 'cabezón' gracias al trabajo de José Coronado como mejor actor de reparto. Otro de los premiados vascos de la noche fue Iván Miñambres. El portugalujo y su equipo lograron la estatuilla a mejor cortometraje de animación por To bird or not to bird.

La indiscutible ganadora de la noche, la película firmada por J. A. Bayona, se llevó 12 de los 13 premios que tenía en liza: Mejor actor revelación, mejor dirección de producción, mejor montaje, mejor música original, mejor fotografía, mejor dirección artística, mejor diseño de vestuario, mejor maquillaje y peluquería, mejor sonido, mejores efectos especiales, mejor director y mejor película. Se convirtió, así, en la tercera película más laureada de la historia de los Goya, solamente por detrás de Ay Carmela y Mar Adentro y superando a Un monstruo vino a verme –también dirigida por J. A. Bayona– que en 2017 se hizo con nada más y nada menos que nueve cabezones en una sola noche.

Todo el equipo que ha hecho posible recrear el accidente del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya en los Andes coincidió en alabar la implicación de Bayona en todo el proceso creativo. “Si el montaje es el que es, es por ti. Gracias”, destacaron Andrés Gíl y Jaume Martí. Matías Recalt, el Mejor actor revelación, quiso compartir del premio “con todos los amigos de la montaña”. Tampoco se olvidó de nombrar a su padre y a su novia, sus grandes apoyos. Asimismo, lanzó un dardo contra las políticas de Javier Milei, el presidente de su país. “Protejamos la cultura”, apuntó.

Si Recalt se alzó como el Mejor actor revelación, Janet Novás lo hizo en la sección femenina de la misma categoría por su papel en O Corno, de la donostiarra Jaione Camborda. En su discurso, declamado exclusivamente en galego, defendió la visibilidad de las lenguas cooficiales del Estado en el cine.

Urresola, el mejor debut

Estíbaliz Urresola, por su parte, se alzó como la ganadora del Goya a la Mejor dirección novel por 20.000 especies de abejas. “Quisiera dar las gracias a Sofía –Otero–, por perseverar hasta hacerte ver; a los padres de Ekai –cuyo suicidio en 2018 inspiró a la cineasta a hablar sobre infancias trans–, por vuestra irreductible fortaleza; a mi padre, a mi madre, a mi pareja, por estar siempre ahí”, agradeció la directora laudiotarra, que comenzó la gala como la gran favorita de la crítica. Y es que su ópera prima es el debut más nominado de la historia de los Goya. Finalmente, las abejas de Urresola se llevaron al panal 3 premios. El de Mejor actriz de reparto, fue para Ane Gabarain, quien aprovechó la ocasión “para agradecer a toda la colmena” el trabajo bien hecho y para celebrar la diversidad: “Esta película me ha hecho mejor actriz y mejor persona. Gabon eta eskerrik asko”, zanjó. Además, también ganó en la categoría de mejor guion original.

Asimismo, Estíbaliz Urresola quiso hacer un alegato en favor de la paz en la Franja de Gaza. Apuntó que 20.000 especies de abejas es un filme sobre la importancia de nombrar las cosas. Y consideró oportuno poner nombre a lo que, según ella, está produciéndose en Palestina: un genocidio. “Pido a nuestros gobernantes que paren esta situación”, reclamó.

Pablo Berger fue otro de los cineastas con label vasco que zanjó la noche laureado. Ganó dos estatuillas: mejor película de animación y mejor guion adaptado gracias a Robot Dreams, su primer largo de esta categoría. “¡Qué pasada!, ¡que alegría!”, se felicitó Berger, “habéis hecho felices a mucha gente esta noche y, como los premios cinematográficos no son una competición quisiera compartir mi premio con el resto de las películas nominadas”, añadió el director. Berger competirá por alzarse con el Óscar de la misma categoría el próximo 10 de marzo en Los Ángeles, adonde partirá hoy mismo, según adelantó ayer.

En otro orden de ideas, la cantante Rigoberta Bandini –que llenó el escenario principal del Bilbao BBK Live en su gira de debut– se estrenó en los Goya llevándose el premio a la Mejor Canción Original por Yo solo quiero amor, de la banda sonora de Te estoy amando locamente. “Mi canción es solo una pequeña pieza en el engranaje perfecto que es esta película”, dijo.

Feminizada y feminista

La 38ª edición de los premios más importantes del cine del Estado estuvieron marcados por la feminización –por primera vez en su historia incluyó un 61% de nominaciones para mujeres– y por el feminismo. No faltaron los mensajes en contra de la violencia sexual. “Las mujeres del cine, como todas, no queremos intentos para vivir. Es urgente que todos exigamos certezas. Y eso pasa por condenar todos los abusos y la violencia sexual y por revisar de manera profunda las estructuras que la permiten. Aquí, en el cine, también se acabó”, reivindicó Ana Belén al inicio de la cita. “Las víctimas de violencia sexual no están solas y su testimonio es valiente”, recordó su co-maestro de ceremonias, el director de cine y guionista Javier Ambrossi.

Otra de las cuestiones que atravesó la gala fue la presencia de Vox. El partido de ultraderecha acudió, por primera vez, a la gran cita del cine español en calidad de representantes institucionales. Y es que forma parte del ejecutivo que gobierna Castilla y León en cuya capital, Valladolid, se celebraron ayer los premios.

Su presencia resultó cuanto menos incómoda para muchos de los y las profesionales del mundo del cine, porque hace escasos días García Gallardo, Vicepresidente de la Junta, criticó a los productores de cine clasificándolos de señoritos. En ese sentido, la actriz Clara Segura dijo que no entendía mucho la presencia de los de Abascal después de las palabras del político y de “censurar” espectáculos en la propia Comunidad Autónoma. Al contrario que Segura, Macarena Gómez y su marido, Aldo Comas, rehusaron opinar sobre este tema, aunque sí apoyaron a los agricultores, que se personaron en la alfombra roja (fucsia, en este caso) para protestar por su situación.