Dos años después de su disco Tolesdurak, el arrojo de Audience les ha impelido a publicar Bob Dylan berrikusia (bIDEhUTS), disco en el que realizan un tributo en euskera al autor de Blowin´ in the Wind partiendo del libro de canciones traducidas del escritor y bertsolari Xabier Paya. La gira de presentación de este arriesgado y convincente nuevo trabajo del grupo vizcaino liderado por los hermanos Gaizka y Ager Insunza, arranca este jueves en el Kafe Antzokia y el próximo 27 de enero recalará en su localidad natal, Gernika, antes de pasar por Donostia en marzo. “Tras 25 años nos hemos ganado el derecho a hacer lo que nos da la gana”, explica Gaizka en esta entrevista.

Tolesdurak’ era un disco doble y desde su publicación solo han pasado dos años. ¿No había suficiente repertorio, pero sí ganas de nuevo disco?

-Tanto la publicación como los conciertos de presentación de Tolesdurak se dieron en un contexto incierto (restricciones por la pandemia), y nos quedamos con un sabor de boca agridulce. Necesitábamos volver a disfrutar de los ensayos sin presiones, sin una agenda fija, y comenzamos a tocar muchas versiones en los ensayos: Mark Lanegan, Lambchop, Smog…. Rubén trajo el libro Bob Dylan 100 kantu, de Paya, a uno de esos ensayos… y nos dio mucho juego (risas).

En el anterior disco, había muchas referencias a estilos e, incluso, artistas influyentes para el grupo. Algunas canciones parecían homenajes explícitos. Ahora optan por ir a saco con uno de ellos.

-Sí, en Tolesdurak había muchos guiños, sobre todo en lo que se refiere ala producción y los arreglos, más que en la composición. No nos escondimos. Llevamos casi 25 años en esto, y ya no tenemos complejos. En este último trabajo también lo demostramos. Lo hemos hecho porque nos apetecía, porque el material de base –canciones de Dylan y traducciones de Paya– es muy bueno, y por qué no decirlo… si alguien lo iba a hacer, teníamos que ser nosotros (risas).

¿Recuerda su primera referencia o encuentro con Dylan?

-Recuerdo Like a Rolling Stone en la película En el nombre del padre. No es el primer recuerdo que tengo de Dylan, pero sí la primera vez que conecté con su música.

Han hecho versiones en sus conciertos, en Izar & Stars… ¿Es cierto que llegaron a hablar con él en un Azkena Rock compartido?

-(Risas). No, hablamos con su mánager, al que le dimos una copia en vinilo de nuestro disco A Shake in Calm Water. Le pedimos una foto con Dylan, pero se rió

de manera muy amable. Tengo la sensación de que le parecimos muy simpáticos.

Nos dijo que le entregaría el vinilo a Dylan. También nos dijo que nos oyó interpretar Hurricane, y que lo hicimos muy bien.

Entonces, el libro de Paya resultó vital para apuntalar el proyecto.

-Sin duda. Sin el libro no nos hubiéramos planteado hacer este disco. Creo que el valor añadido de hacerlo en euskera es clave.

¿Cómo casa Dylan con el euskera y su métrica?

-Muy bien, pero me imagino que Xabier habrá tenido muchos quebraderos de cabeza para hacer el encaje de bolillos. Como dices, no se trata de una traducción al uso, en la que se respeta el significado. Estas traducciones van mucho más allá, y mantienen el tono poético de las letras de Dylan, respetando la métrica y la rima.

¿Cómo se eligió el repertorio? No sería fácil, ha firmado cientos de canciones. ¿Qué se impuso, el gusto personal, la capacidad de adaptación al sonido del grupo, el agrupar diversas épocas…?

-Creo que hay algo de todo lo que dices, pero yo destacaría que no nos hemos comido mucho la cabeza. El disco no es resultado de un gran proceso de reflexión, ni de debate. El azar, el momento, ha hecho que sean esas 9 las canciones escogidas, pero podían haber sido otras.

Dylan vive un periodo de éxito artístico en las tres últimas décadas, pero el repertorio elegido es muy clásico. De este siglo solo se revisa ‘Thunder on the Mountain’. ¿Por qué?

-(Duda). Dylan abarca tanto que podría darle la vuelta a tu reflexión y plantear que tampoco hemos hecho ninguna de su periodo más celebrado, el del 65-66, en el que se pasa al sonido eléctrico y firma tres de sus discos más celebrados: Bringing it All Back Home, Highway 61 Revisited y Blonde on Blonde. De ese periodo solo hemos adaptado Positively 4th Street, un descarte de la época, un precursor de sus famosos bootlegs. En cualquier caso, las 9 elegidas abarcan diversos periodos, desde comienzos de los 60 –Euri jasa latza dator, Iparraldeko neska y Garaiak aldatzen baitira– a mediados de los 60 –la mencionada Positiboki 4. Kalea–; los 70 –Zeruko atea joz, Gazte betiko, Ez hoa inora–; los 80 –Dena hautsi da hemen– y los 2.000 con Mendian trumoia.

Rock, blues, country, soul, folk, psicodelia, jazz… Todo eso es Dylan. ¿Los estilos los pidieron las propias canciones o el grupo fue a representar buena parte de los ritmos en los que se ha sumergido el de Duluth?

-Queríamos demostrar que somos capaces de acercarnos a todos esos estilos que mencionas, y hacerlo de una manera coherente. De hecho, creo que el disco tiene la virtud de cohesionar un repertorio muy heterogéneo si se consideran las versiones originales.

La misma pregunta anterior podría valer respecto a la instrumentación: armónicas, teclados muy presentes, pedal steel, guitarras acústicas y eléctricas...

-Sí, pero añadiré que en esta ocasión, y para conseguir esa cohesión de la que te hablaba, ha habido menos cambios de instrumentación de lo habitual en nosotros. En lo que respecta a las voces, además de la mía y de Ager, Rubén también ha contribuido con la voz principal en Dena hautsi da hemen, y con coros en diversos temas.

¿Cómo se preparó el trabajo previo a la entrada en el estudio? Creo que solo se utilizaron dos días para registrarlo.

-Vamos al estudio con la idea de registrar lo previamente trabajado. En este caso, grabamos las tomas instrumentales en un solo día, con los cinco miembros de la banda tocando en directo en el estudio Tío Pete de Urduliz, con Jose Lastra a los mandos. Fue muy satisfactorio hacerlo del tirón, y refleja muy bien el espíritu que ha guiado el proyecto. Posteriormente, grabamos las voces en otra sesión, y el disco ya estaba listo para la mezcla.

Audience es sinónimo de riesgo. Hacer un disco con revisiones de Dylan no lo podría parecer, pero lo es más al ser una referencia para varias generaciones. ¿Qué ha sido lo más difícil?

-Entiendo lo que dices, y estoy de acuerdo contigo. Pero como te decía antes, con el tiempo te vas despojando de complejos, y tras un recorrido de 25 años, nos hemos ganado el derecho a hacer lo que nos da la gana.

¿Puede que algunas de las versiones parecen más fieles al original grabado que las propias reinterpretaciones que Dylan hace de sus canciones en discos posteriores y, sobre todo, en sus conciertos.

-Al cantarlas en euskera, hemos pensado que era importante que fueran reconocibles. Pero, al mismo tiempo, también hay un trabajo de adaptación, y de re–adaptación. Por ejemplo, Euri jasa latza dator es muy reconocible, pero no se basa en la grabación original del disco The Freewheelin´, sino en la versión que Dylan hizo en el Rolling Thunder Review. Lo mismo ocurre con Gazte betiko, que se basa en la cadencia de acordes del reciente Shadow Kingdom. “Ez hoa inora” interpela a The Byrds, que al igual que nosotros hace reconocible a Dylan aportando su propia identidad, y la interpretación vocal de Zeruko ate joz se parece más a la versión del Unplugged que a la original de Pat Garret and Billy the Kid.

¿Cómo se ha recibido el disco? Ha llegado en un momento de cierta saturación Dylan, con el álbum de versiones de Cat Power y el lanzamiento completista de ‘Live at Budokan’.

-Sí, la coincidencia con Cat Power y con el Live at Budokan ha sido muy curiosa. Creo que ha dado juego. En el caso de Cat Power ha dado pie a comparaciones (risas). Por lo que nos llega, el disco está gustando mucho, y se está moviendo muy bien. De hecho, ya hemos pedido la fabricación de más copias, ya que la primera edición está a punto de agotarse.

¿Qué papel cree que juega/jugará en la discografía de Audience? Ya sabe: disco de versiones, disco menor, dice el tópico.

-The Answer is Blowing in The Wind… El tiempo lo dirá!

¿El formato vinilo era obligado? Aunque haya regalo en formato compacto.

El formato, la portada realizada una vez más por Rober Quintana... todo va en una dirección: la de la sencillez y la discreción.

-¿Y la gira? Arranca en Bilbao y luego llegará Gernika.

-Este jueves, 4 de enero, actuaremos en el Kafe Antzokia, el 27 de enero en el Lizeo de Gernika, y el 22 de Marzo en Lugaritz, en Donostia. Estamos trabajando para confirmar más fechas.

¿Habrá repertorio más allá de Dylan? ¿Invitados, sorpresas...?

-No somos un grupo que se haya prodigado mucho en colaboraciones, sorpresas y tal. Será un concierto de rock, muy en la línea de lo que hemos venido haciendo durante los últimos años. Que nadie espere un concierto homenaje o tributo a Dylan. Claro que interpretaremos canciones del disco de versiones, pero las intercalaremos con el repertorio propio que hemos desarrollado durante los últimos 25 años.