Helena de Llanos, nieta de Fernando Fernán Gómez, presenta Un viaje a la luna los próximos días 23 y 24 de este mes en Pabellón 6. Un proyecto teatral que recrea el universo del artista y de la que fue su pareja, Emma Cohen, a través de todo el material creativo que ha encontrado en la casa que ambos compartieron durante muchos años.
La directora de cine e investigadora nos abre las puertas de Luna, como se llama la casa donde vivieron Fernán Gómez y Emma Cohen y donde en la actualidad habita también su nieta. Está en la calle Luna, a 30 kilómetros de Madrid “y siempre ellos han hablado de ir a la Luna. Nos vemos en la Luna, decían. He decidido mantener con este nombre el título de la obra porque además la Luna es tan evocadora que le va perfecto”, comenta la nietísima, como ella misma se nombra bromeando en la función. “Llevo unos años viviendo en esta casa-archivo. Sus anteriores habitantes dejaron aquí todo lo que crearon y lo que acumularon: miles de fragmentos escritos, sonoros, visuales, audiovisuales, que voy hilando día a día. No pretendo ordenar el caos pero deseo entenderlo, aprehenderlo, encontrarle sentidos y, también, inventarle algunos”, confiesa la directora de cine.
Desde hace algo más de cinco años investiga y organiza el legado cultural de Emma Cohen y Fernando Fernán Gómez a través de un proyecto multidisciplinar que incluye el documental Viaje a alguna parte (2021), que luego transformó en un libro y finalmente, en una obra de teatro. “Me encontré en la casa con muchos manuscritos, quedaron cantidad de fotografías, cientos y cientos de cartas, de recortes de prensa, storyboards, dibujos que hacían para los proyectos de cine... Sobre todo, de Fernando, porque vivió más y fue muy prolífico, pero también de Emma, hay guiones, poemas inéditos, que aparecen en esta pieza”. Con todos esos materiales ha escrito “una especie de recorrido, que tiene mucho de emocional, pero también de histórico, porque va más allá de ellos, hay cosas de otros, les trasciende.. Lo que más me interesaba era mantener su espíritu. Por ello era importante tocar temas como la política, el anarquismo, que era algo que les interesaba a ambos, la financiación de la cultura, la honestidad creativa y la personal. Los dos fueron muy fieles a sí mismos y tenían que decir lo que pensaban. Eso no está de moda hoy en día”.
De Llanos pasó mucho tiempo en la Luna, con sus abuelos, “aunque Emma no era mi familia de sangre, era como si lo fuera. Vivieron juntos 36 años y para mí era una persona muy querida. He tenido la suerte de tener tres abuelas. Ha dejado mucho material también ella en la casa, mucho material desconocido porque era una persona menos conocida”.
¿Y cómo era su abuelo? “Se daba de manera natural a cualquiera que se acercara con simpatía. Era una persona muy amable y agradable. Creo que la mala leche tenía que ver con que él se construía una máscara, que le era funcional para que le dejaran tranquilo a ratos. Él mismo lo comentó en alguna ocasión, se había dado cuenta de que así podía conservar parcelas de intimidad, se iban a acercar menos a molestarle”.
Sus “fantasmas buenos”
Helena de Llanos ha confesado en alguna ocasión que en esta importante tarea de investigación ha contado con la ayuda de “sus fantasmas buenos”. “Siento que mis abuelos han estado conmigo aquí todos estos años y que, de alguna manera, han guiado este viaje. A veces, he sentido que ellos animaban a que yo encontrara cosas determinadas para esta investigación. En el espectáculo digo que Fernando y Emma nos esparcen pistas y que cada pieza del puzzle aparece en el momento preciso y algo de esto ha pasado estos años. De repente, encontraba a lo mejor un documento y me faltaba una parte y entonces justo aparecía. O iba a entregar una versión para editar un libro y me aparecía otra con la letra de Emma, pero actualizada. En las casas que han sido muy vividas, cuando las personas se van, quedan impregnadas en los objetos. Está su ropa en el armario, sus libros en las estanterías... Esas cosas también te hablan de ellos”.
La cineasta ha realizado películas que abordan temas variados, desde el ascenso al poder del presidente de Bolivia, Evo Morales, con perspectiva feminista en La mitad de todo, hasta un grupo de trabajadoras del esparto en una vieja fábrica en Nos llaman las estereras. Desde hace algo más de cinco años, está inmersa en este recorrido al universo creativo de sus abuelos, que acaba de ser adquirido por el Ministerio de Cultura. La Filmoteca Española será la encargada de custodiar y difundir el legado, compuesto por 252 cajas y objetos, adquirido a la nieta del actor y director de cine.