El destino de Belén Rueda parecía estar escrito antes de nacer. “Mi tía Conchi me contó que mi madre se puso de parto en un cine, mi padre decía vamos y mi madre quería ver el final de la película. No pudo ser. Mis padres sufrieron alzheimer demasiado pronto, y había momentos en los que me apetecía que me contaran cosas de ellos, entonces recurría a mi tía”, confiesa la actriz que hoy ha vistiado Bilbao para recibir el premio Estrella del Fantástico 2023 en la gala de clausura del Festival de Cine Fantástico y de Terror de Bilbao-FANT.

 Belén Rueda ha acudido horas antes al Ayuntamiento de Bilbao, donde ha atendido a los medios de comunicación y mantuvo un encuentro con el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburton y el concejal de Cultura, Gonzalo Olabarria. La actriz, que se ha mostrado muy simpática y cercana a su paso por el festival, ha recordado también el corto que rodó en 2018 en El Arenal, bajo las órdenes del director Roberto Ruiz. “En estos momentos, tenéis un boom de rodajes y de producción;ya era hora porque el País Vasco tiene unas localizaciones que no existen en ningún lugar y pueden ser también cualquier sitio”, apuntó. 

Coronada por este festival como una de las' reinas del grito' más célebres del cine de género en el Estado, Belén Rueda atesora una extensa carrera televisiva y cinematográfica, que incluye filmes de éxito como El orfanato (2007), de Juan Antonio Bayona, o la más reciente Fenómenas (2023), de Carlos Theron. “Me encanta lo de la reina del grito, me parece un título maravilloso. Durante años hice mucho cine fantástico, después volví al drama, después tenía ganas de comedia... No me gustan que me encasillen o me etiqueten, dedicarse a un solo género no es malo, siempre que se limite en el tiempo, porque el trabajo de un actor o de una actriz consiste en protagonizar papeles diferentes. A mí, los encasillamientos me duran lo justo”.

Paso al cine

El difícil paso al cine lo dio con su debut en 2004 con Mar adentro, de Alejandro Amenábar, con la que consiguió el Goya a la mejor actriz revelación. “Además, la película ganó también un Oscar a la mejor película extranjera, de lo que mucha gente se olvida”, apunta la actriz.

Belén Rueda ha protagonizado comedia, drama y terror, aunque confiesa que se siente fascinada por el cine fantástico y de terror por tratarse de un género “infinito e ilimitado”, con “libertad para contar lo que quieras y como quieras”. Lo cierto es que el cine fantástico y de terror tiene mucho peso en su vida profesional. “Para mí hubo un antes y un después con Mar adentro. Yo hacía series y Alejandro Amenábar me quiso para el personaje de Julia y me cambió la vida. Creyó en mí, en una actriz que trabajaba en televisión y que también podía hacer cine. No le importó que muchos dijeran te van a ver como la Lucía de Los Serrano. Después, El orfanato me unió a las películas fantásticas. Cuando estábamos terminándola, me entró como una especie de ansiedad de decir ay Dios mío, que se acaba. Los rodajes son tan intensos porque hay muchas películas en las que estoy en todas las secuencias, con lo cual vivo por y para ellas”.

A la actriz. las películas de terror le han dado muchas alegrías en el sentido de conocer a unos creadores muy especiales. “Los procesos son muy especiales también porque son personajes con mucho calado, con mucha profundidad para poder hacer creíble esas cosas que inicialmente no lo son. El proceso de crear un personaje de género es un poco diferente, el fantástico habla de sentimientos y los lleva a unos extremos que en una película dramática te saldrías de la realidad. Además, hay menos texto, a mí en otros géneros me ponen mucho texto, pero en el cine fantástico hay más interpretación. Tienes que decir mucho con los ojos, con el cuerpo, porque no hay palabras que expliquen lo que está pasando. Parece mas ligero pero hay momentos muy intensos”.

De azafata al estrellato

Belén nació en Madrid pero con 4 años su familia se trasladó a Alicante y allí estuvo viviendo hasta los 16. Por la profesión de su madre, instructora de ballet, ella entró en contacto con esta disciplina y a punto estuvo de dar el salto profesional.

¿Y en qué momento decidió dedicarse a la interpretación? “No hay un día exacto en el que pueda decir que decidí ser actriz, hay un deseo. Empecé de azafata en televisión, luego presenté: tuve la gran suerte de empezar con Emilio Aragón, que traía ideas nuevas, frescas. La televisión privada empezó en el año 90 que fue cuando empecé yo, y hasta entonces, solo teníamos La 1, VHF, alguna autonómica.... Era un mundo que me apasionaba, pero no pensaba que iba a conseguirlo. Cuando empecé a dar esos pasitos en televisión, cuando estaba presentando, fue cuando decidí que quería dedicarme a esto. Las cosas llegan, pero no estando sentada en casa”.

Debutó como actriz en 1997, en Médico de familia, una serie protagonizada por Emilio Aragón y dirigida por Daniel Écija. Apareció en varios episodios dando vida a Clara, una fotógrafa, y el personaje se convirtió en fijo en otra popular ficción: Periodistas. Con Amenábar dio el salto a la gran pantalla y después, al teatro. 

Reconoce que nunca se ha arrepentido de dedicarse a esta profesión, “pero hay que pagar algunos peajes personales que me han costado”. En un momento, dejó el teatro para poder dedicarse a sus hijas. “Y bendito sea que me lo pude permitir porque podía hacer cine, televisión, había otras cosas. Y también me alegro de que en el momento en el que he empezado a viajar, mis hijas se hayan formado como son, porque son dos pedazos de mujeres maravillosas. La mayor es ya actriz, lleva un tiempo trabajando por su cuenta y cuando la veo –soy muy madre– me llena de orgullo, pero también como actriz me sorprende porque no había visto esta faceta de mi hija y me encanta”.

Belén Rueda protagoniza también la película de terror La ermita, el segundo largometraje de Carlota Pereda tras Cerdita, que se estrenará en noviembre. También acaba de rodar Caída libre, de Laura Jou, una película sobre la vida de una entrenadora de gimnasia rítmica metódica, controladora y exigente que no contempla el fracaso. “El terror a veces no viene solo porque te den un susto o haya alguien detrás de la puerta, sino también por una persona que es real y que tiene una determinada forma de ser”. 

En el cine, solo le falta ponerse detrás de las cámaras. ¿Se ha planteado en alguna ocasión Belén Rueda la dirección? “Estamos en ello”, deja en el aire.