Iñigo Cobo, miembro de la Compañía Joven de Pabellón 6, igual que Ana García y Albar CirardaDía Mundial del Teatro
“No es como estar viendo una serie en Netflix, donde todo ocurre de la misma forma y siempre va a estar ahí. Aquí se da una comunicación directa gracias al público y a lo que ocurre en escena que no se da en ninguna otra arte, se crea y se destruye al momento”, medita Albar Cirarda sobre lo que considera que es el teatro. “A veces me digo: esto es tan guay que es una pena que no se vaya a repetir. Los actores se dan cada día en directo y esa energía muere al acabar”, expone, por su parte, Iñigo Cobo, a quien por su formación audiovisual le tienta la idea de grabar ciertos bolos. Para Ana García, el teatro es una oportunidad para parar, algo especialmente valioso “en esta época tecnológica en la que vivimos, en la que todo es súper rápido y se premia la productividad”.
Esa experiencia la viven al máximo en la Compañía Joven de Pabellón 6, cuya primera promoción se conformó en 2015. “Empezó con Romeo y Julieta, explica Iñigo Cobo sobre la compañía de la que ha formado parte María Cerezuela, intérprete que se alzó con el premio a la mejor actriz revelación en la última edición de los Goya. “Los que estamos en la Compañía Joven somos un porcentaje de privilegiados porque hay muchos actores que se están dando contra un muro todo el tiempo”, añade Cobo, director de la obra Rey desnudo y chico muerto de la que hoy se ofrecerá un último pase tras un mes en cartelera.
“Pabellón 6 tiene una sala, eso es muy poco frecuente. Hay muchas obras que tienen ocho bolos y mueren. Aquí tienes un mes de funciones, y te permiten hacer matinales”, añade Cobo sobre el espacio físico que, además, será reformado por el Ayuntamiento de Bilbao en los próximos meses para sumar 112 butacas. “Entré muy contento, es un trabajo profesional, ha sido el primero. Me ha dado salidas, he conocido a mucha gente”, sintetiza por su parte Albar Cirarda, quien ha formado parte de la última promoción de la Compañía Joven, con la que realizaron la obra Migraaaantes. De la misma opinión es Ana García, quien en mayo presentará, Aquel lugar de nuestra infancia, escrita y dirigida por ella misma: “No sé lo que va a ocurrir en un futuro, por lo que me lo tomo como una oportunidad para poder probar y enseñar lo que hago”.
Por eso mismo, asegura que “es importante no estar esperando a las oportunidades que te dan sino crearlas también”. Tanto Ana García como Albar Cirarda proceden de Dantzerti, donde “se fomenta mucho el concepto del actor que escribe y dirige, se trata de ocupar todo el rango de lo que implica ser un artista en el mundo del teatro”. Lo afirma siendo conocedora de la precariedad del sector. “No hay que anclarse en la negatividad, sino que hay que buscar nuevos caminos”, expone. “Pensar en qué pasará dentro de diez años me resulta traumático. Tengo la suerte de poder dedicarme a esto y estaría bien poder hacerlo en un futuro”, revela, por su parte, Iñigo Cobo, quien evidencia que el mundo del teatro “es una carrera de fondo”.
Ese ímpetu que desbordan es el que tratan de reflejar en su camino, sobre todo cuando ofrecen funciones matinales a los escolares. “El mero hecho de poder representarla frente a escolares ha hecho que merezca la pena. Es una obra que trata de la homofobia, del odio, pero sobre todo rompe la cuarta pared. Lanza al público muchas preguntas”, expone Cobo sobre la obra que finaliza hoy su periplo en Pabellón 6. Los miembros de la Compañía Joven consideran que es importante acercar a los jóvenes al teatro. “Lo ven desde la teoría y la historia y les parece algo muy lejano. Es importante que sepan que un fin de semana, en vez de irse al cine o al bar, pueden venir al teatro”, expone Albar Cirarda.
Dedicarse a las artes escénicas implica, a menudo, ir a contracorriente a la hora de compaginar vida y trabajo. “Tengo aceptado que será así y estoy buscando el punto sano a nivel psicológico. Hay que encontrar el difícil equilibrio entre socializar y hacer”, asegura Ana García. “Lo bueno es que va por proyectos. Es intermitente. Se cierra una puerta y se abre otra”, evidencia Iñigo Cobo, a punto de cerrar una etapa importante. Para Albar Cirarda el trabajar sin horario hace que el teatro ocupe su vida a tiempo completo: “Las pocas veces que me junto con gente de toda la vida es como volver a la tierra y darme cuenta de que lo que estoy haciendo no es tan importante. Es necesario darte tus tiempos e ir entendiéndote”.
En mayo la Compañía Joven estrena ‘Aquel lugar de nuestra infancia’, escrita y dirigida por esta joven de 23 años de Barakaldo procedente de Dantzerti. “Hace un recorrido por las diferentes etapas de la vida”, explica. Con la obra ‘Lo que no se ve’, de su compañía Vulnera, ganó la tercera edición de Eszenabide. Se estrenará en octubre.
Tras su paso por Dantzerti, Albar Cirarda, de 24 años, accedió a la Compañía Joven en la última promoción. Este getxotarra actúa en la obra ‘Migraaaantes’, estrenada en marzo de 2021. Actualmente están de gira. Además, junto a Paula Prol, con la que compone la compañía La Brecha, ha ideado la obra ‘Todo en nosotros’.
Proveniente del mundo del audiovisual y con formación en Magisterio, Iñigo Cobo, santurtziarra de 29 años, escribe y dirige obras de teatro. Hoy podrá verse en Pabellón 6 la última representación de ‘Rey desnudo y chico muerto’, la segunda obra que plantea con la Compañía Joven. La primera fue ‘Todo saldrá bien’, una visión de la historia tras el confinamiento.