Amaia es una joven treintañera que acaba de ser madre por primera vez. Cuando a su pareja le ofrecen un trabajo que no puede rechazar y se encuentra sola afrontando los primeros meses de su maternidad, acude a la casa de sus padres en la costa vasca para buscar refugio. La cineasta Alauda Ruiz de Azúa (Barakaldo, 1978) ha confeccionado su primer largometraje, Cinco lobitos, desde una premisa que parte de una profunda reflexión: ¿Cuándo dejamos de ser hijos? Su planteamiento ha convencido al Festival Internacional de Cine de Berlín, donde mañana viernes se ofrecerá el primer pase de la película en la Sección Panoramas. Con este filme rodado durante cinco semanas del verano pasado entre Bakio y Mundaka, la directora aspira a alzarse con premios como mejor ópera prima.

"Estamos viviendo un momento interesante, hay mucha más reflexión sobre la maternidad", asegura la directora, que muestra un retrato generacional en su apuesta por narrar historias cotidianas con un reparto encabezado por Laia Costa, Susi Sánchez, Ramón Barea y Mikel Bustamante. "Entro en la Berlinale por la puerta grande, con una ópera prima de corte personal, intimista", evidencia la directora, rebosante de felicidad al tener la certeza de que su participación en el festival le proporcionará una visibilidad aún mayor. Junto a miembros de su equipo, tendrá la oportunidad de viajar a Berlín para presenciar las primeras proyecciones en sala con público. "Estamos muy contentos. Hay festivales como Sundance que solo se pueden hacer on line", contrapone la directora, quien indica que aunque su película no competirá en la Sección Oficial tendrá opción de aspirar a otros premios.

"Ahora mismo hay un tipo de cine que puede ser más autoral, es un género que normalmente lo pone en el mapa un festival, que son los que rescatan estas películas. Si no es muy difícil que la gente llegue a conocer estas películas y tengan promoción", afirma la vizcaina, conocedora de los mecanismos de la industria. En cualquier caso, a nivel estatal la película se estrenará en los cines el 20 de mayo. "La idea siempre es ir a las salas, pero que el estreno vaya de la mano de la Berlinale es fenomenal", indica Ruiz de Azúa, quien considera que por el tipo de historia que cuenta puede generar más conexión con el público a través de una pantalla grande.

Cambio de roles

Cuando la protagonista de su historia, interpretada por Laia Costa, llega a ese pueblo imaginario de la costa vasca (la mayoría de exteriores se rodaron en Mundaka), mantiene la esperanza de que ella y su hija van a ser cuidadas. "Pero la vida tiene otros planes y su madre cae enferma", relata la directora. Es entonces cuando se produce un cambio de roles: la cuidadora deja de serlo y es ella la que pasa a ocupar esa función. "La familia es un ámbito muy interesante para explorar las relaciones, es un ámbito en el que el paso del tiempo se hace muy patente", reflexiona la cineasta, quien considera que entender a la familia es importante para saber cómo se relaciona uno afectivamente con el resto del mundo.

Cuenta Alauda Ruiz de Azúa que cuando escribió la historia creía que había un momento en el que se dejaba de ser hijo, al llegar a cierta madurez. "Pero luego he llegado a la conclusión de que nunca dejamos de ser hijos de quienes somos. Es un vínculo muy potente que nos acompaña siempre. Somos hijos de ida y vuelta. Por muy adultos que nos sintamos siempre vamos a poder sentirnos hijos", explica la vizcaina, quien reconoce que últimamente se está reflexionando mucho sobre la maternidad. Ella misma lo hace contraponiendo la maternidad de aquella generación que la ejerció desde el hogar con la de las mujeres que ahora tienen la conciliación como un reto diario. "Me resulta curioso lo poco que se ha hablado de ello cuando ser madre es una de las cosas que más te condiciona como persona. Es una experiencia compleja y profunda", sintetiza.

Aunque su sueño siempre fue dirigir cine, antes de lanzarse a rodar su primer largometraje trabajó en publicidad y filmó varias cortometrajes. "Han funcionado muy bien a nivel de reconocimiento", indica la cineasta. Según explica, Dicen, por ejemplo, fue el corto más premiado de su año a nivel estatal. "Y Nena fue seleccionado en el Austin Film Festival que preselecciona para los Oscar", revela. Con todo, confiesa que hubo varios años que padecía "vértigo" ante la posibilidad de lanzarse al largometraje. "Sentía que necesitaba un compromiso fuerte con la historia que fuera a dirigir. Una vez que empecé con Cinco lobitos lo tuve claro", apunta la directora, quien añade que aunque la época para sumergirse en este proyecto, en plena pandemia, ha sido la peor, ha habido otros aspectos que lo han compensado. "El reparto es un lujo. Fue gente que apostó por el proyecto desde un inicio, eran mis primeras opciones. Además de lo buenos que son, que eso se verá en la gran pantalla, han construido una familia muy creíble", asevera la directora, que ya ha comenzado a escribir los primeros esbozos de su próximo proyecto.

Presencia vasca en la Berlinale. Además de Ruiz de Azúa, Esti Urresola participará en la Berlinale Co-Production Market, que se desarrollará del 12 al 16 de este mes. La directora laudioarra participará en el mercado con '20.000 especies de abejas' (Gariza Films e Inicia Films), su primer largometraje. Es un relato sobre identidad que cuenta la historia de Lucía, una niña con pene a quien sus compañeros de colegio llaman Aitor.

"La familia es un ámbito muy interesante para explorar las relaciones, el paso del tiempo se hace muy patente"

"Estamos viviendo un momento interesante, hay más reflexión sobre la maternidad"

Cineasta y guionista bilbaina