Tras tres cancelaciones, dos de ellas en el Bilbao Arena de Miribilla, Gatibu llegará hoy al BEC de Barakaldo para ofrecer su concierto 20 urte + 1, en el que la banda euskaldun ofrecerá un repaso a su carrera con “alguna sorpresa y colaboración”, explica a DEIA su guitarrista principal, Haimar Arejita. “Que hagamos este concierto ante miles de personas va a ser un milagro”, apostilla el músico, que relata en esta entrevista que “la ilusión” ha superado a la tensión y la incertidumbre de los últimos meses.Habrán vivido con extrañeza e incertidumbre estos últimos días, ¿verdad?

—Han sido muy tensos porque hemos contraído el puto covid cuatro personas de la banda, lo que nos obligó a aplazar de nuevo el concierto Gatibu. 20 urte. Ha supuesto un desgaste emocional bastante importante, además de un trabajo extra. Aunque esto empieza a ser ya una losa, la ilusión no la hemos perdido.

Es que el concierto se ha retrasado ya en varias ocasiones.

—Es mucha tensión, a tope. Y mucho bajón, ya que faltaba una semana para dar un bolo que llevábamos esperando año y medio. Hemos tirado hacia delante porque no somos supersticiosos. Si lo fuéramos, habríamos tirado la toalla, pero ahí seguimos, con la esperanza de poder hacer el concierto por fin.

El recital se preveía inicialmente en Miribilla como una noche especial y de celebración. Ahora, en el BEC y con estas circunstancias, lo será todavía más.

—Claro, será el triple de especial debido a los retrasos, el covid y el recovid. Que se haga va a ser un milagro. Supongo que la ilusión que se desatará en el BEC será terrible. Ha habido mucha frustración y resignación, pero nos puede la ilusión de tirar hacia adelante. Y está el trabajo que ha habido que hacer, siempre con la mente fría, para ponerse en contacto con los promotores, el Ayuntamiento de Bilbao, la Diputación Foral de Bizkaia, el BEC... Y luego devolver entradas para los conciertos suspendidos, sacarlas de nuevo a la venta... Ahora creo que el bolo va a tener más peso que el previsto en primavera de 2020.

¿Ha soñado con el concierto?

—No, la verdad es que no. Puede parecer raro, pero no me ha quitado el sueño.

¿Qué espera del sábado y del ansiado encuentro con miles de seguidores?

—Que sea explosivo y catártico, un rato feliz para todos y un paréntesis entre toda esta locura.

Tanto retraso parece una metáfora de esos 20 años de carrera que Gatibu pretendía celebrar sobre los escenarios y que no han sido fáciles haciendo rock en euskera.

—A ver, nosotros, dentro de lo mal que pueda estar el panorama musical, que está repleto de fallos y es muy inestable, al igual que otras profesiones como el periodismo, no podemos quejarnos, aunque fácil no es. Lo seguimos compaginando con otros trabajos, en mi caso con la enseñanza musical como profesor. A veces resulta duro, y más con el euskera para poder salir en el Estado español; hay que picar piedra como un cantero. Ahora vemos ya los frutos de este trabajo hecho a lo largo de los años, como hemos visto recientemente en un concierto en Girona, ante un montón de gente que cantó y bailó nuestras canciones con un gran entusiasmo. Seguiremos picando piedra porque Euskal Herria es pequeñita; la queremos mucho pero hay que seguir saliendo fuera.

¿Qué nos vamos a encontrar hoy en el BEC?

—Tocaremos ante algo más de 8.000 personas, aproximadamente, ya que no ha habido muchas peticiones de devolución de entradas. Pretendemos que lo musical, que es lo importante, esté de 10 sobre 10. Es la parte que nos toca, y el grupo está engrasado, incluido el nuevo miembro, el bajista Ekain Alzola.

Así que serán cinco en escena... si no hay sorpresas.

—No seremos los únicos. Algo habrá y que no se puede decir porque es sorpresa. ¿Si llamarán la atención? Nosotros queremos hacerlo con la música, pero esperamos que la gente que participe con nosotros sea del agrado de todos. Y, en algún caso, sí puede que sea una sorpresa incluso para nuestros seguidores porque no nos gusta ser previsibles. Eso sí, tampoco será un concierto de colaboraciones. El protagonismo lo tendrá Gatibu.

El repertorio inicial de Miribilla se habrá modificado, ya que en la última Azoka publicaron el EP ‘Musikak salbatuko gaitu’.

—Sí, ese disco estará presente en alguna medida, pero no tendrá una gran importancia. Piensa que es un concierto centrado en nuestros primeros 20 años. Bueno, ya 21. Elegir las canciones no es fácil aunque tocaremos todos los palos en un repaso a nuestra carrera.

Y sin canciones nuevas, este año no hay cita en Durango.

—Iremos, si se puede y a ver cómo, para vender el último disco, el del año pasado. No lo pudimos presentar en persona y firmándolo. A ver si se puede hacer.

¿Se les ha pasado por la cabeza grabar el concierto del BEC? Tienen ya un disco en vivo, pero se hizo hace 11 años. Hay muchas canciones posteriores.

—Hombre, grabaremos audio e imágenes, pero no creo que con la intención de hacer un disco. Bueno... ¡quién sabe!

¿Cerrarán una etapa con este bolo conmemorativo y qué pedirán a Olentzero para 2022?

—Sí, así es, se planteó como el cierre de una etapa y ver hasta dónde podíamos llegar, si llenaríamos Miribilla como espacio simbólico, abarrotar un recinto grande por parte de un grupo euskaldun. El objetivo es demostrarnos a nosotros mismos que sí se puede. Y de cara al año próximo la idea es tocar, también fuera de Euskal Herria. Hacerlo todo lo que no pudimos en 2020 en formato eléctrico, tocar buenos conciertos y sacarnos la espinita.

¿Con ganas de hacer ruido?

—Claro, por supuesto. Y recordar el título de nuestro último EP, lo que significa la música para la gente y cómo la vive; cada uno a su manera, pero de forma positiva y como algo que nos ayuda a sentirnos mejor. Para eso es, y para eso la hacemos Gatibu.

“Grabaremos audio e imágenes pero no creo que con la intención de hacer un disco. Bueno... ¡quién sabe!”

“Seguiremos picando piedra porque Euskal Herria es pequeñita; hay que seguir saliendo fuera”