¿Dónde nos quedamos? Ah, sí, tuve que dejar de escribir cuando esperábamos a que se reanudara el concierto de Amaia. La verdad es que la tarde empezó bien y, aunque éramos conscientes de que la probabilidad de lluvia era muy alta e íbamos bien preparados, creo que ninguno de los allí presentes nos esperábamos que la noche se diese como se dio. Todo chubasquero se quedó corto y no había sitio suficiente en todo el recinto del BBK Live para ponerse un poco a cubierto.

Lo que empezaron siendo cuatro tímidas gotas terminaron en un diluvio universal al que sobrevivimos a duras penas. Ya cuando estábamos esperando a que saliese Amaia al escenario, llovía, pero entonces pensábamos que eso no nos impediría disfrutar de uno de los conciertos más esperados. Sin embargo, al de 10 o 15 minutos de empezar, la lluvia se volvió más intensa y junto con el viento, hicieron que la cantante tuviese que parar el espectáculo. Mucha gente se marchó, pero nosotros no nos dimos por vencidos e incluso nos acercamos más al escenario para cuando se reanudase.

Sin embargo, pasaba el tiempo y más allá de un mensaje en las pantallas del escenario en el que se indicaba que el concierto se reanudaría cuando las condiciones meteorológicas lo permitiesen, no teníamos más información. Aguantamos un rato bajo la lluvia, pero cuando vimos que comenzaban a recoger los instrumentos y el material eléctrico, nos dimos por vencidos.

La verdad es que fue un chasco, pero todavía teníamos ánimo para continuar la noche. Visto que todos los conciertos se habían parado por el mismo motivo, decidimos aprovechar para cenar y meter algo caliente al cuerpo. Hicimos una pequeña cola en un puesto de hamburguesas y nos la comimos camino al escenario Repsol donde esperábamos que tocase Rusowsky. Visto el panorama y que la lluvia no daba tregua, pensábamos que también se suspendería, pero, aunque con algo de retraso, el concierto salió adelante.

Cantamos y bailamos todo lo que la situación nos permitió. Estábamos mojados de la cabeza a los pies y la sensación era desagradable, pero estábamos dispuestos a darlo todo y a disfrutar lo que pudiésemos. A ratos parecía que amainaba, pero en ningún momento paró del todo e incluso la tormenta se volvió más virulenta. Sin embargo, nadie se movió, y todos los que estábamos congregados allí nos dejamos llevar por la música. Visto lo visto, la sensación de impotencia y desagrado que se había apoderado de nosotros tras la cancelación del concierto de Amaia, se convirtió en resignación y finalmente en risas.

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La situación era la que era, pero no estábamos dispuestos a perder la noche. Total, ya estábamos empapados y llovía sobre mojado, así que la cosa no podía ir a peor. Nuestra idea inicial era llegar a ver a Bad Gyal a la 01.40 h.y nos aferramos a ella todo lo que pudimos, pero la situación tras el concierto de Rusowsky era tal, que decidimos abortar misión y coger el autobús de vuelta. Llevábamos varias horas mojados y, aunque habíamos decidido tirar para delante e intentar disfrutar igualmente, la sensación se volvió desagradable y no estábamos dispuestos a esperar una hora más bajo la lluvia.

Al final la noche no salió como la teníamos prevista y nos quedamos con la pena de no poder disfrutar de todos los conciertos, pero aún así, decidimos ponerle buena cara al mal tiempo y lo disfrutamos de otra manera. Con ganas de aprovechar a tope el último día de festival y dar todo lo que ayer nos quedó dentro.