La noche de San Juan (Soirées de Barcelone)

Según cuenta el propio Ruz, el trabajo que se verá hoy a las 20.00 horas en el museo pamplonés es el culmen de un proceso que se inició hace tres años, cuando Miguel Ángel Martín, director musical de la fundación, le propuso coreografíar este ballet inédito. Y el coreógrafo dijo : “Hacía tiempo que tenía muchísimas ganas de tocar el repertorio de las vanguardias españolas”, explica el bailarín cordobés, que define como “un reto” la propuesta. Por un lado está la música, ya que la propuesta original de Roberto Gerhard, una versión a piano, era “muy compleja y difícil de bailar, contar y estructurar” y que marcaba pinceladas de historia y de una época: Albéniz, Falla... y otros como Bartok, “con ese aire modernista”. Resume como clave el desarrollo realizado junto a Miguel Baselga, encargado de interpretar la música y junto a quien trabajó durante “año y medio” antes de meterse en la sala de ensayo.

Ahí comenzó otro reto. Porque del proyecto original, pese al frustrado estreno y paso de los años, sí se recuperó la historia escrita por Ventura Gassol o los bocetos de la escenografía de Joan Junyer, pero no se encontró una sola nota de la coreografía que había creado Léonide Massine, coreógrafo principal de los Ballets Rusos y que venía del exitoso Le Tricorne (El sombrero de Tres Picos). “Me he dejado llevar, no he intentado hacer lo que no se hizo... Pero de alguna manera, ese universo está ahí”, explica Ruz, que se documentó largo y tendido a raíz de todo el material coreomusical y artístico que la Fundación Juan March había recopilado: fotografías, vídeos, información, textos... Y ahí dejó “volar la intuición”.

En un argumento inspirado en la noche de San Juan, pronto encontró el epicentro: el fuego. “La coreografía está basada en el elemento del fuego. Con los bailarines hemos investigado mucho la idea de las llamas, de las chispas, del calor y la explosión, de las brasas...”, explica Ruz. Porque para el Premio Nacional de Danza 2018, en Lanoche de San Juan “al final estamos hablando del fuego del amor, no sólo del fuego en sí”. El espectáculo sigue de esta manera, bajo el aura del sueño, danzas de antorchas y un desfile de figuras mágicas y movimientos eróticos de parejas alrededor del personaje de Cúpido y que acaban en una boda al amanecer: “La obra es una fiesta del amor”, concluye el coreógrafo andaluz, para quien en la obra radica cierta universalidad: “Tenemos el folclore pirenaico, pero al final es danza y es algo popular”, cuenta sobre ese equilibrio entre lo tradicional y contemporáneo que, reconoce, está presente en el 90% de sus proyectos: “Siempre estoy bailando -y nunca mejor dicho- entre esos dos mundos. Creo que desde la tradición se puede buscar la vanguardia”.

Sobre la puesta en escena en el MUN, reconoce estar ilusionado por regresar a la que considera casi su casa, porque además ve en el teatro navarro el escenario idóneo, por dimensiones y espacio, dónde llevar a cabo La noche de San Juan. Así, esta tarde los siete bailarines que interpretan la obra, acompañados por la música en directo de Miguel Baselga al piano de cola, prenderán fuego a ese ballet que en su momento apagó la Guerra Civil. Y que ahora, al fin, arde de nuevo.

“La base coreográfica es el fuego, al final hablamos del fuego del amor y la obra es una fiesta”

Coreógrafo y bailarín