Ha sido seguramente el palmarés más femenino de la historia del festival. ¿Cree que ha influido haber contado con un jurado con tantas mujeres?

—No lo sé. Obviamente había una mirada femenina sobre la programación, pero son las películas que más nos han gustado. Si nos hubieran gustado más otras dirigidas por hombres las habríamos seleccionado. Es sorprendente porque normalmente los palmareses tienen más hombres y cuando pasa lo contrario hay que preguntarse por qué. Es el palmarés que le ha gustado al jurado y, por lo tanto, me parece el mejor posible.

'Blue moon' no estaba en las quinielas de casi nadie.

—Aquí hay una especie de confusión. Blue moon es una película que ha entrado mejor internacionalmente que a nivel del Estado. Dicho esto, no es la película mejor valorada en general, pero no es un filme tan criticado como ha sido por unos sectores de la crítica española. No era una de las que entraban en las quinielas, pero tampoco ha sido una de las que tan mal lo han pasado.

¿Qué distribución le augura?

—El año pasado Beginning se vendió a un montón de países cuando por su radicalidad sus distribuidores pensaban que no se iba a mover. El premio les dio la oportunidad de venderse en muchos lugares. Me extrañaría muchísimo que una Concha de Oro no se comprara para España y confío en que este premio también les sirva para llegar a otros países. Es una película pequeña, una ópera prima, pero creo que cuenta con muchos valores.

El Zinemaldia siempre ha sido un descubridor de nuevos talentos, pero nunca de forma tan evidente como ahora con dos últimos años ganando óperas primas.

—Siempre intentamos que en la Sección Oficial haya unas cuantas óperas primas para ponerlas en valor. No tienen por qué ganar, pero es verdad que en los dos últimos años han ganado óperas primas de mujeres. Algo está cambiando. Cannes lo ganó Julia Ducournau con su segundo largometraje y Audrey Diwan en Venecia también con el segundo, así que lo que ha pasado en Donostia no es tan diferente.

El hecho de que haya tantas mujeres y tantos primeros trabajos es señal de que la industria está cambiando.

—Tengo esa impresión, pero necesitaremos varios años para poder juzgarlo. Que Cannes, Venecia y Donostia lo ganen tres mujeres con primeras o segundas películas es un dato interesante. En los últimos años nos llega más material de películas potentes hechas por mujeres, pero para confirmarlo necesitamos datos y tiempo.

En interpretación ha sido el primer año que no hay distinción de géneros y no gana una mujer, sino dos.

—La crítica más grande en contra del cambio es que no iban a ser premiadas las mujeres... pero da igual, porque pase lo que pase va a haber quien lo critique. Si hubieran sido dos hombres hay gente que habría dicho que lo habían avisado y como han sido dos mujeres habrá los que digan que por reacción no se han atrevido a premiar a un hombre. Va a ser así y nosotros tenemos que estar al margen de ello. Se verá si funciona este tipo de premio cuando pasen varios años y la polémica vaya desapareciendo. A mí me parece que las dos premiadas son incuestionables, pero también me da pena que no esté Bardem, ni Tosar, ni Blanca Portillo... Me parece una decisión muy difícil porque había unas interpretaciones alucinantes.

¿Puede llevar esta falta de distinción de géneros a que todos los años haya premios 'ex aequo'?

—Puede ser, pero eso no es malo. Creo que ello dependerá del tipo de interpretación que haya y si hay una que destaca por encima de todas. Este año había por lo menos cinco o seis que tenían un nivel fuera de lo común, que ha hecho que se hayan elegido por lo menos dos.

El hecho de premiar a Jessica Chastain habrá dado una mayor repercusión al festival fuera.

—Obviamente, es una estrella de Hollywood y una persona muy seguida. Para el festival que Jessica Chastain esté en el palmarés es bueno, pero a la hora de los premios no valoro ese tipo de cosas. Los premios los da un jurado y, por lo tanto, a mí me parece estupendo sean los que sean.

Salvo el premio al mejor reparto para 'Quién lo impide', el cine español se ha ido de vacío.

—En mis diez años al frente del festival, para mí este ha sido el año con la programación de cine español más poderosa. Ha estado Maixabel con todo lo que ello implicaba para nosotros, la vuelta de León de Aranoa con, creo yo, su mejor película, también el filme tan especial de Jonás Trueba y el de Paco Plaza, que es una película estupenda de género. El cine español vive un buen momento y con mucha variedad. El jurado está claro que no las ha considerado para el palmarés, pero yo ahí no puedo decir mucho más.

Una de las películas que más se han criticado de la Sección Oficial es 'I want to talk about Duras', de Claire Simon.

—Yo me declaro entusiasta de ella. Es de las películas que más me han impresionado este año. Las redes sociales nos han traído que leemos de diez en diez y nos creemos qué es lo que está pasando en el mundo. Yo no creo que haya sido tan mal recibida, creo que hay gente muy entusiasmada con ella.

Otra ha sido 'La abuela'. No por la película en sí, sino porque se ha dicho que no era el festival adecuado.

—Yo concibo que el género de terror es un género como otro cualquiera y creo que cada vez más los festivales estamos apostando por darle entrada en nuestras competiciones. A mí me parece la mejor película de Paco Plaza, y en cuanto a puesta en escena y el uso del encuadre es soberbia. No veo porqué no pueda estar en la Sección Oficial.

En lo que se refiere a industria, ¿se ha hecho más negocio que en 2020?

—Ha sido una maravilla. Hemos recuperado prácticamente el 80% de un año normal, cosa que pensábamos que no se iba a producir. Hemos tenido 1.485 personas de industria cuando el año pasado fueron 698 y en 2019, 1.749. Latinoamérica ha vuelto al festival y ha habido fondos de inversión norteamericanos, por lo que se ha parecido más a un año normal.

Se ha hecho tanto negocio que incluso Johnny Depp lo ha hecho.

—Eso venía ya de antes. A Contracorriente adquirió el año pasado Crock of Gold e hizo mucha amistad con la gente de la película, lo que les ha llevado a llegar a un acuerdo para producir cinco trabajos europeos el año que viene.

La presencia de Depp en Donostia ha sido al final bastante tranquila.

—No ha habido alfombra roja, pero si llega a haberla habríamos tenido más de 3.000 fans de Johnny Depp. Al margen de que hubiera habido otras personas manifestándose, hemos tenido que decir a autobuses que iban a venir con gente que por favor este año no vinieran.

En la rueda de prensa que ofreció se pidió a los periodistas que no preguntasen por su vida privada. Tras una primera pregunta que sí contestó, un segundo periodista fue interrumpido por el propio festival impidiendo que la terminase.

—No creo que eso sea censura. Era un tema pactado. Si se hubiera hecho una rueda de prensa abierta, seguramente en esos 45 minutos solo se habría hablado del tema y ni a nosotros ni a Depp nos apetecía eso. Es un premio cinematográfico en un festival de cine, por eso se pidió que no se hicieran preguntas que no fueran sobre cine. Creo que en un festival de cine Depp tiene el derecho para poder establecer hablar solo de temas de cine. Un hecho, por cierto, muy habitual en EE.UU.

Pero como imagen de festival, ¿no habría sido mejor que el propio Depp dijese que no iba a contestar que tener que intervenir?

—No lo sé, pero como era una decisión consensuada el presentador decidió cortarla.

En el marco del festival se ha producido el encuentro con las mujeres de la industria representadas, por entre otras, (H)emen y CIMA. ¿Cómo ha ido y, sobre todo, qué pasos se van a dar a partir de ahora?

—El ambiente fue muy bueno y creo que hemos hablado de temas en los que podemos trabajar juntos. Hicimos repaso de dónde están los festivales y lo que estamos haciendo, y asumimos el compromiso de aumentar el número de presencia femenina en la base. Ellas nos van a ayudar a llegar a productoras femeninas, lo que nos va a venir muy bien. Y luego hemos quedado en seguir hablando de otros asuntos como el del código ético, porque no estamos de acuerdo. Vamos a intentar vernos cada tres meses y tratar de no tomar ninguna decisión que aborden estos temas sin haberlo confrontado antes con ellas.

"Blue moon' ha entrado mejor internacionalmente. No ha sido tan criticado como lo ha sido por unos sectores de la crítica española"

"Creo que en un festival de cine Johnny Depp tiene el derecho para poder establecer hablar solo de temas de cine"