Es un trabajo invisible, pero sin las piezas de Anastasio de Amesti, que participó en el remate de las esculturas de El tigre de Deusto ni los documentos de José de los Heros, faltarían elementos para completar el puzle de la historia artística y social de Bizkaia. El Museo de las Encartaciones puede catalogar ahora estas valiosas donaciones gracias a Juan de Amesti, nieto del cantero, y al investigador de Zalla Koldo Gallarreta, a quien lazos familiares le unen con el último alcalde de Balmaseda antes del franquismo.

La oferta cultural que en verano llega al centro cargada de exposiciones “se enriquece” con estas contribuciones, según destacó la presidenta de las Juntas Generales, Ana Otadui. Juan de Amesti perdió a su abuelo a los 6 años, cuando “se cayó en la calle y murió junto a mí”, cuenta emocionado, pero pese a haber compartido con él menos tiempo del que le hubiera gustado, le ha marcado profundamente. Natural de Mañaria, Anastasio de Amesti (1884-1957) fue un hombre hecho a sí mismo que al trasladarse a Portugalete para trabajar en la elaboración de hornos para calcinar carbonato de hierro “aprendía castellano por las noches”. Enviudó “tres años después de casarse y prometió que no volvería a contraer matrimonio”. En lo profesional, colaboró con prestigiosos arquitectos y escultores de principios del siglo XX para construir iconos como El tigre de Deusto codo con codo con Joaquín Lucarini, la representación de Don Diego López de Haro, el monumento a Antonio de Trueba, en Galdames, junto con Manuel María Smith, o El Cid en Burgos y levantó panteones y capillas para familias pudientes. Trabajó “sobre todo antes de la Guerra Civil”, como se puede apreciar en moldes, fotografías, croquis, dibujos, cartas y agendas que se incorporan a los fondos del Museo de las Encartaciones.

El vecino de Zalla e investigador Koldo Gallarreta entregó más de 500 fotografías, así como una treintena de planos y documentación sobre Balmaseda y Zalla en la primera mitad del siglo XX de José de los Heros (1872-1955), industrial, constructor y alcalde de Balmaseda durante la Guerra Civil antes de que el ejército golpista se hiciera con el poder en 1937. Desde sus instalaciones en La Herrera y Bolunburu comenzó a suministrar electricidad y luz a Balmaseda, Galdames y Zalla. Una “gran persona comprometida con su pueblo” sobre la que llegaron a pesar cinco penas de muerte por sus convicciones nacionalistas. Constituyó Juntas de Defensa para apoyar a vecinos y refugiados. Por encargo del Gobierno vasco “se le pidió que blindara un tren para el movimiento de tropas republicanas, lo cual se ejecutó en talleres de su propiedad”. Pagaría muy caro ese compromiso, ya que partió al exilio, se incautaron de maquinaria, quemaron su serrería y la pena influyó en el prematuro fallecimiento de su mujer, Dolores González Taramona, en 1938. A la vuelta de Baiona enfrentó un juicio y pagó una “importante multa” para quedar libre. De los Heros trabó gran amistad con Doroteo de Ziaurritz, presidente del PNV entre 1935 y 1951, lo que pudo haber propiciado el traslado de los restos mortales de Sabino Arana desde Sukarrieta para ocultarlos en el panteón de su familia política en el cementerio zallarra de La Herrera.

Las instantáneas plasman una atmósfera muy distinta a la bélica: un partido de fútbol en 1905, romerías, bodas, escuelas, carnavales en torno a 1910, procesiones en Balmaseda con soldados romanos que cubrían sus rostros y piernas, elegantes retratos de familia...

El Museo de las Encartaciones quiere dar a conocer a la ciudadanía estos retazos del pasado. “Quizás organicemos una exposición o lo usemos en pequeñas partes en otras futuras muestras”, dice su director, Javier Barrio.

En Bilbao

La sede de Juntas acoge la muestra de arte de los 80. Entre el 6 y el 16 de julio la reemplazará una exposición de cerámica de alumnado de la UPV/EHU. La sala Ondare alberga la retrospectiva de Antonio de Trueba.

En Sopuerta

El Museo de las Encartaciones exhibe obras de la pionera de la fotografía vasca Eulalia Abaitua y el botamen de la farmacia Colina de principios del siglo XX. Además, habrá visitas guiadas al conjunto de Abellaneda.