Los asesinatos de una exdirectora de banca y de un empresario de la construcción en los dos primeros capítulos mantendrán en vilo hasta las últimas páginas a los lectores de Justicia, la última obra de Javier Díez Carmona. El autor vizcaino firma esta novela negra, que se presenta en el marco de la Feria del Libro de Bilbao, en la que trata de forma trasversal dramas de la sociedad actual como los desahucios, la crisis de la vivienda o la precariedad. Y todo ello ambientado en Bilbao, que aspira a erigirse en el nuevo enclave literario noir, igual que antes lo han hecho Gasteiz o Elizondo de la mano de Eva García Sáenz de Urturi o Dolores Redondo. “A priori es una ciudad muy segura, pero ahí está lo divertido de hacerla escenario de un juego de crímenes y venganza”, asegura su autor. De hecho, en lugar de justicia, como indica el propio título, el escritor expone que la clave reside en otra acción: “Reclamar justicia cargándote a alguien es realmente reclamar venganza”.

Aunque el libro está ambientado en 2014, el punto de partida que hace estallar la ola de asesinatos por diferentes espacios de Bilbao y Bizkaia tiene su origen en la crisis financiera de 2008. “Es cuando comenzaron las quiebras, los despidos masivos... y mucha gente tuvo que sobrevivir de subsidios públicos y trabajos mal pagados”, exterioriza el escritor, con clara conciencia social. Paralelamente, expone que en aquella época “mucha de la gente que se enriqueció lo hizo de forma más o menos ilícita: engañando con productos financieros, haciendo promociones inmobiliarias que no terminaban... Toda esa gente se ha ido de rositas”. Ahí es donde interviene Javier Díez Carmona, quien “inventa” un grupo de personas sedientas de venganza para la trama de su novela. Licenciado en Ciencias Económicas, el escritor vizcaino admite que su formación le hace estar “más preparado” para darse cuenta “de hasta qué punto las desigualdades se van disparando o acrecentando con cada crisis”.

Homenaje a Bilbao

Gran parte de la acción de la novela sucede en escenarios muy reconocibles para el lector bilbaino. “El protagonista principal de la novela es un cubano que vive en el Casco Viejo, otros protagonistas viven en frente, en las Cortes. El crimen fundacional de la novela tiene lugar frente a la fachada de Perro Chico, cerca del puente de La Ribera. Es un entorno muy propenso a la novela negra”, explica. Como antes lo hicieron Javier Abásolo, Jon Arretxe o Félix Modroño, el autor homenajea a Bilbao. Aunque sea de manera peculiar, ya que en sus páginas la describe como “ciudad de fealdad disimulada a golpe de talonario por Frank Gehry, Norman Foster o Zaha Hadid”. Díez Carmona no se olvida de los recuerdos que evoca al rememorar los 80, cuando “casi se respiraba el humo de Altos Hornos”: “Sigue teniendo la misma esencia, por mucho que plantes un perrito de flores”.

Otro homenaje es para los “protagonistas sesentones”, ya que considera que están desterrados de literatura. “Suelen ser el abuelo bueno o el señor que lanza consejos a última hora”, considera. “No creo que una persona entre los 60 y los 70, hoy en día, esté como para jubilarla. Sí del mundo laboral, pero le queda mucha vida para aprovechar y sabiduría, un montón”, expone el autor que confeccionado tres personajes que corresponden a este perfil. “Es una reunión de viejas glorias que va llegando hasta donde los agentes más jóvenes de la ertzaintza con la adrenalina más disparada”, indica. Precisamente a uno de esos personajes, el cubano Osmany Arechavala, de 67 años, pretende rescatarlo para su próxima novela, porque no tiene intención de dejar de escribir. El autor de E-King y Correr a ciegas, volverá a ponerlo en acción, aunque pretende trasladarlo fuera de Bilbao, a Enkarterri.

Pero antes de que su próxima novela salga de la imprenta, incluso de su pluma, el lector tendrá que descubrir quién o quiénes se esconden tras los crímenes de Justicia. “Lo que al principio parecía muy obvio y claro tal vez no lo sea tanto”, asevera el autor bilbaino, quien indica los que le han leído se han sorprendido. “Muchos lectores cogen las novelas policíacas o de intriga casi como un reto, para ver en qué página consiguen adivinar qué pasa. Como yo también lo hago como lector, como escritor me he propuesto intentar que no se descubra”, concluye.

“A priori Bilbao es una ciudad muy segura, pero ahí está lo divertido de hacerla escenario de un juego de crímenes”

“ A una persona entre los 60 y los 70 le queda vida para aprovechar y sabiduría, un montón”

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