Shinova, uno de los grupos vizcainos de pop-rock con más éxito, están a punto de publicar su cuarto disco, La buena suerte (Warner). Es un álbum que evoca el timbre de Elefantes y Manolo García entre mensajes esperanzados ante “estos tiempos tan oscuros”, según su cantante, Gabi de la Rosa. Ayer lo adelantaron en la gasteiztarra sala Kubik y hoy repiten en la bilbaina de Santana 27, con todas las entradas agotadas.Siempre hay nervios, pero ¿más que en otras ocasiones?

—Hay nervios, pero también mucha ilusión y necesidad de soltar todas las canciones que llevan tanto tiempo esperando ver la luz. Está cerquita.

¿Puede ser su disco más especial y difícil por el trabajo interrumpido y a distancia?

—Ha sido un proceso muy diferente al de cualquier otro. La pandemia nos ha puesto limitaciones que hemos sorteado de la mejor manera, y en ese camino hemos aprendido mucho.

El inicio llegó con un ‘Ídolos’ precovid que cobró un significado especial con su mensaje esperanzado.

—Es lo bonito de las canciones. Evolucionan y su significado varía con el paso del tiempo y los acontecimientos. Con Ídolos ha sucedido en tiempo récord, y su mensaje, que nació desde un enfoque irónico, acabó siendo un chute de energía positiva.

¿Cree que lo mejor está por llegar?

—Sí, y trabajamos en esa dirección día a día, con los pies en el suelo y siendo conscientes de que estamos viviendo la peor época en décadas.

¿Cómo surgió el título del álbum?

—Representa bien a sus once canciones. Nos encanta la ambigüedad que encierra y todas las posibilidades que existen dentro de un título que a primera vista parece tan explícito.

La portada de la noria, ¿es una metáfora de la vida? ¿Ahora estamos colgados arriba, casi sin movernos?

—Es una definición muy acertada. A grandes rasgos, la noria representa la propia vida.

Han ido lanzando singles, como en los 60. ¿Era para facilitar el contacto con los seguidores o una decisión comercial, para seguir presentes?

—Es una manera de mantener el contacto en un momento en el que es más difícil encontrarnos, pero quizá, si no hubiera sucedido lo mismo, también habríamos optado por esta opción. El streaming ha cambiado el consumo de música y los singles han tomado una relevancia brutal.

Pop, rock, folk, algo de electrónica contemporánea... ¿Difícil encasillar al grupo o es el signo de los tiempos?

—Todo lo que sea música vale para aprender e incorporar, con coherencia, ese aprendizaje a las canciones.

El disco evoca al ‘Shuarma’ de Elefantes y a Manolo García en las inflexiones vocales.

—Tanto Elefantes como Manolo han estado muy presentes en nuestro día a día. Nos han acompañado en los viajes y han sido banda sonora de muchos momentos de nuestras vidas. Sin duda, ambos son una influencia.

¿Cada vez sentimos a los ídolos más cercanos, empezando por la desconocida cajera del supermercado?

—Totalmente de acuerdo. La cajera del supermercado, la médica, la dueña del local cerrado que busca cómo pagar la hipoteca, el músico endeudado, viendo como se cancela una gira de dos años; el profesor, trabajando de la mejor manera posible en las peores circunstancias; la gente del sector artístico, demostrando una y otra vez su profesionalidad en cada evento contra viento y marea… Y tantas y tantos que están demostrando ser el modelo a seguir en días tan oscuros.

La melodía sigue al frente como si fuera el ADN de Shinova.

—Es por contar con Manuel Colmenero en la producción. Sabe leer y potenciar muy bien nuestros rasgos más característicos y, partiendo de ahí, añadir elementos y texturas que llevan el disco a un paisaje nuevo.

“Sentir hasta sangrar” y “la sonrisa intacta”, a pesar de los fantasmas y las ciudades “en pausa”. ¿Es su propuesta para salir adelante?

—Eso es. Partir de este instante, siempre mirando hacia adelante. Es un topicazo, pero es la única opción.

Han grabado ‘Solo ruido’. Cantaba Sabina: “Ruido, demasiado ruido”.

—Sabina no miente, y si lo hace, lo niega todo.

¿Estamos vulnerables, pero más vivos que nunca?

—Puede que ser más conscientes de nuestra vulnerabilidad nos haga más humanos.

“Últimamente pienso demasiado”, canta. Lo hace en una canción que parece de agradecimiento.

—Lo es, a pecho abierto. La más explícita que hayamos hecho.

¿Ganas de escenario? En ‘Te debo una canción’ dice que es donde se siente más libre?

—Muchísimas ganas. Es el lugar donde somos nosotros.

¿Y los festivales firmados para este año, cree que serán posibles?

—Este sector cuenta con unos profesionales impresionantes, y de una manera u otra, sea el formato que sea, y si la situación lo permite, seguro que irán adelante.

“Tanto Elefantes como Manolo García han estado muy presentes en nuestro día a día; sin duda, ambos son una influencia”