En Euskalduna Jauregia, la sede de la Orquesta Sinfónica de Bilbao (BOS), sonaba ayer la Sinfonía número 82 en do mayor de Haydn. Era la primera vez en tres meses que la BOS se reunía casi al completo, bajo la batuta de su director titular, Erik Nielsen. La pandemia del coronavirus paralizó los planes de la formación musical y, aunque sus intérpretes han mantenido una activa presencia en las redes sociales y han celebrado conciertos en pequeño formato, realizaron ayer el primer ensayo de la orquesta con todos sus músicos prácticamente al completo.

De una plantilla de ochenta intérpretes, 42 músicos se preparan para ofrecer nueve conciertos durante este agosto, ocho en Bizkaia y uno en la Quincena Musical donostiarra, un número que aproximadamente se mantendrá también durante la próxima temporada, tal y como establecen las medidas de seguridad y protocolo para garantizar una buena y segura experiencia musical, tanto para el público como para los propios músicos.

"Necesitábamos oír la música en nuestra sede. Sentíamos la necesidad de volvernos a reunir y tocar juntos para el público", confesó emocionado Erik Nielsen, que felicitó a los músicos "porque la orquesta suena igual que cuando me fui. Se ve que durante el confinamiento han trabajado mucho".

Para Nielsen fue su primer encuentro con los músicos desde el confinamiento. Foto: José Mari Martínez

Junto a él, se encontraba Borja Pujol, director técnico de la BOS, también emocionado por comenzar una nueva etapa, "diferente, pero con muchos proyectos".

Las orquestas sinfónicas han preparado su regreso a los escenarios adaptando todas las medidas de seguridad, desde la distancia que tienen que mantener los músicos al interpretar, establecida en metro y medio, excepto para los instrumentos de viento que deben guardar dos metros. Hay muchos informes sobre si los instrumentos de viento podrían proyectar el virus cuando el intérprete sopla y se ha llegado a la conclusión de que no, que es como si una persona hablara. Según estos estudios, a pesar de la presión, el aire que sale por el instrumento no tiene fuerza, por lo que no supone un peligro ni para los intérpretes o cantantes ni para el público que acude a los conciertos. Como los músicos permanecen sentados y el trabajo es estático y se mantienen las distancias de seguridad, se puede tocar con o sin mascarilla. "Eso lo dejamos a la elección de ellos", explicó Pujol, quien incidió en que "acudir a un concierto es una de las cosas más seguras que se pueden realizar". Euskalduna ha reducido también al 60% el aforo de sus salas y recintos para garantizar las distancias entre el público.

El programa seleccionado por a BOS para estos conciertos de agosto está adaptado además a las circunstancias, "con obras que se interpretan con plantillas como esta. Ahora sería imposible tocar una sinfónica de Mahler, pero el público podrá escuchar un repertorio que incluirá obras de diferentes periodos y estilos: desde el clasicismo de Mozart hasta la modernidad de Dai Fujikura, pasando por Prokofiev o Varèse", apuntó Nielsen.

Cita hoy en AZ

Será hoy cuando los músicos ofrezcan el primer concierto de los que tienen previstos. Y será en el atrio de Azkuna Zentroa, en dos pases, a las 18.30 y a las 20.00 horas, para que un mayor número de gente pueda disfrutarlo, con un repertorio mixto que incluye piezas clásicas, habituales de la orquesta, pero también música contemporánea para adecuares al programa del propio Azkuna Zentroa. Los conciertos se repetirán cada jueves de agosto con entrada gratuita hasta completar aforo.

La BOS también tendrá su tradicional cita estival con las localidades vizcainas. Se podrá escuchar mañana a la agrupación en formato sinfónico en la basílica Santa María de Lekeitio, mientras que estará en Gorliz el día 15, y en formato de cámara (cuarteto de cuerda) mañana en la iglesia Andra Mari de Bermeo. Como solista, contará con la arpista de la BOS, Marion Desjacques.

El próximo día 18 se celebrará un concierto extraordinario, "que supondrá la vuelta a nuestra sede. Será un acto muy popular, con el que queremos recuperar las sensaciones con la acústica del Palacio Euskalduna, que es nuestra casa", informó Pujol. Erik Nielsen será quien se encargue de la dirección del acto, que incluirá en el programa obras de Copland, Rossini, Ravel, Mozart y Prokofiev.

Asimismo, la BOS estará presente en la programación de la Quincena donostiarra, junto al pianista Javier Perianes, en un programa con los Conciertos números 20 y 21 de Mozart y la Sinfonía Clásica de Prokofiev.

Una vez acabados los conciertos de agosto, los músicos volverán a reunirse para preparar la nueva temporada, que arrancará en octubre, cuya programación estará conformada por obras que puedan adaptarse en plantilla orquestal a las posibles normativas de distanciamiento entre los músicos en cada momento, por lo que estarán "plenamente garantizadas las fuerzas necesarias para ofrecer la música de los más grandes: Mozart, Brahms, Tchaikovsky, Dvorák o Carl Nielsen", apuntó Pujol.

"Además, debido a la limitación de aforo se realizará un tercer concierto por programa, una nueva sesión los jueves por la mañana durante los tres primeros programas", detalló Erik Nielsen.

"La orquesta suena igual que hace tres meses, se ve que han trabajado mucho en el confinamiento"

Director titular de la BOS