Bilbao - El bueno de José Mari Pastor murió el pasado 25 de enero, un mes antes de cumplir 87 años. El de Ortuella, estos últimos años, buscaba su lugar en Artxanda en el acto de recuerdo a todos los batallones antifascistas que formaron el Ejército de Euzkadi creado tras el golpe de Estado de julio de 1936. Los medios de comunicación le citaban de forma errónea como miliciano socialista. Socialista sí lo era, hasta la médula, pero miliciano no.

José Mari, de Ortuella, era el padre de José Antonio Pastor, político del PSE-EE. Con él acudía a la escultura, obra de Juanjo Novella, con forma de huella dactilar. Allí estuvo al lado de los ya fallecidos José Moreno, José Mari Otxoa de Txintxetru, Manuel Sagastibeltza, Miguel Soreasu, Jon Lasuen, Félix Padín... Tal vez Alejandro del Amo es el único que continúa con vida de los históricos que no fallan a la cita en la que los combatientes del lehendakari Aguirre resistieron antes de que los franquistas ganaran Bilbao.

Pastor acudía con un llavero que conservaba con mimo y lo colgaba de su pechera como la mejor de las distinciones. La insignia lucía tres colores -rojo, amarillo y morado-, es decir, la legítima republicana española, y sobre ellos una leyenda: Milicianos socialistas. Aunque no fue miliciano, sí ocupó el cargo de secretario de una asociación memorialista que llegó a tener setenta miembros.

Lucha contra los golpistas Fue un apasionado de la lucha que labraron aquellos antifascistas contra los golpistas de 1936 y el posterior franquismo. De Ramón Rubial -de quien sectores argumentan que nunca fue lehendakari- hablaba maravillas. "Ramón Rubial se reunía con nosotros en la sede que teníamos en la calle Ercilla, actualmente ocupada por Eudel. Él fue el mejor lehendakari que ha habido. Daba todo lo que tenía y lo que fuera para que no le faltara nada a nadie. Era muy buena persona y nos ayudaba", enfatizaba Pastor sénior, nacido el 25 de febrero de 1933 en el municipio soriano de Villasayas.

Mayúsculo fue el trabajo que ejerció en la asociación de milicianos vascos. Y mayúscula también fue su respuesta a la afirmación del periodista y profesor de la Universidad Juan Carlos I Francisco Marhuenda, quien aseveró en el programa televisivo La Sexta Noche que "no hubo socialistas luchando en la Guerra Civil. Eran todos comunistas". José Mari no se calló: "¿Cómo que no los hubo? ¿Qué hostias? Algunos estarían junto con los comunistas, pero, como por todos es sabido, los socialistas también lucharon contra Franco", subrayó.

A renglón seguido, su hijo, José Antonio, tomó la palabra, visiblemente dolido. "Marhuenda es un ignorante y un maledicente. Me da asco oírle hablar y lo puedes escribir con todas las letras. En la guerra hubo batallones socialistas: los hubo de la UGT, de JSU, comunistas, de CNT? ¿Y la labor que hicieron los socialistas en la clandestinidad?", zanjó. A juicio de José Mari la labor de los milicianos fue ejemplar. "En la guerra como en los Pactos de la Moncloa de la Transición porque nunca pidieron venganza".

"Nosotros, con otras personas como el gudari José Moreno fuimos los promotores del monumento de La huella y del acto de homenaje", subrayaba quien también conoció a La Pasionaria. "Dolores venía a darnos charlas a la General Eléctrica. Era una mujer con la que se podía tratar, pero Rubial era más bella persona en todos los sentidos".