eN Irlanda, la mayoría de las escuelas tienen que ofrecer de manera obligatoria una asignatura de irlandés durante una hora al día. No obstante, también existen las que ofrecen la oportunidad de estudiar íntegramente en irlandés, alrededor del 10% sobre el total.

Seaghan Mac an tSionnaigh, profesor de lenguas celtas en la universidad de Uppsala, Suecia, asistió a una escuela que se impartía solo una hora de clase en irlandés en su Kilkenny natal. “Aprendí irlandés en la escuela como el resto, pero no sabía ni que podía hablarlo. De hecho, no lo utilicé hasta los 17 años”, confiesa durante su visita a la Durangoko Azoka, por donde se ha dejado ver estos últimos días.

En su Irlanda natal, también tienen actividades como Oireachtas na Gaeilge, un festival cultural y social, con el fin de reivindicar sus raíces. De todas maneras, es diferente al panorama que se ha encontrado en Landako Gunea. “Hay una sección para la literatura como aquí, pero es diferente, la mayoría de la gente no va tanto allí por la cultura y pasa más horas disfrutando del ambiente de los bares”, comenta.

Volviendo a la época en que comenzó a utilizar el irlandés, con 17 años inició precisamente su grado de Liberal Arts en Mary Inmaculate College, el cual le llevó a vivir en un piso con otros cuatros desconocidos. Entre ellos, había una chica de Cork que hablaba irlandés por teléfono con su familia. Sorprendido por la situación, comenzó a dirigirse hacia ella en irlandés de broma.

Lo que comenzó como una chacota más, acabó llevando a Mac an tSionnaigh a ser profesor de irlandés en las universidades de Concordia (Canadá) y Notre Dame (Estados Unidos), realizando por el camino una tesis doctoral de unos 1.200 folios en irlandés en la que analiza la situación del idioma en Éire, llamada Scothsheanchas Sheáin na Cille Mhic Criomhthain.

Eso sí, a la hora de mencionar el idioma irlandés, no ha sido todo tan bonito como parece en su vida. “En Irlanda si quieres aprender y utilizar irlandés, probablemente la mitad te respetará, pero el resto pensará que te crees mejor que los no hablantes o que estás asociado con Sinn Fein seguramente”, reconoce el profesor de lenguas celtas. En este sentido, no se le borra de la cabeza el día en que un grupo le persiguió hasta casa porque le escucharon comunicándose en irlandés en un supermercado de Limerick.

participativo A pesar de la complejidad que trae comunicarse en el idioma que uno ansía, Mac an tSionnaigh no deja de ser un partícipe activo en la travesía, con el objetivo de que algún día el irlandés esté íntegramente normalizado. Así las cosas, ha participado en alguna ocasión en actividades promovidas por el movimiento llamado Pop up Gaeltacht. En este movimiento, distintos grupos de personas que hablan irlandés se reúnen en un bar para hablar en irlandés. “Esas cosas, el poder verlo en una situación cotidiana independientemente de lo que puedan decir, es una de las claves para normalizarlo”, matiza Mac an tSionnaigh.

De la misma manera, regresando al ámbito educativo, a Seaghan Mac an tSionnaigh no le parece “justo” que los jóvenes que hayan estudiado íntegramente en irlandés hasta los 18 años tengan que acoplarse irremediablemente al sistema universitario establecido: “Hay asignaturas de business que se ofrecen en irlandés, asignaturas de traducción y literatura también, pero no hay grado que se ofrezca al completo en irlandés. Eso no es bueno a la hora de conseguir continuidad en los hablantes”.

Entre tanto, no entiende el sentido de lo que conlleva ser una persona culta en Irlanda, ya que según él “si crees que eres irlandés y no estimas el irlandés, no eres muy culto desde mi punto de vista, hay gente en Irlanda que se cree muy culta por escuchar jazz americano, leer poesía europea y viajar a África, pero en sí no son muy cultos, sino hipócritas”.