Bilbao - Amaia Romero (Iruñea, 1999) decidió esperar casi dos años después de su victoria en Operación Triunfo para poder controlar artísticamente el proceso de composición y grabación de Pero no pasa nada (Universal), un primer disco de pop sencillo, accesible y que “puede gustar a cualquiera”, explica. La cantante navarra, que reconoce seguir estando “un poco perdida” ante su popularidad, presentará sus canciones en el BIME Live, en el BEC, este viernes día 1.

Más tranquila ya, imagino. Debió ser aterradora la bola mediática que se creó a su alrededor con 19 años.

-Todo se ha tranquilizado bastante, estoy más establecida y no viajo tanto. Y lo agradezco porque estaba un poco perdida. De hecho, sigo estándolo porque solo tengo 20 años y sigo con mi proceso de maduración. Fue todo una locura y sentí que me manejaban. No me sentía la líder del proyecto.

Y luchó por ello.

-Claro, en lo artístico yo quería hacer las cosas que me apetecían; y también como yo quería. Pero sentí que me manejaban como a una muñeca.

Alguna compañera de OT confesó que había acudido a terapia. ¿Le ayudaron las canciones?

-Yo fui a una psicóloga un par de sesiones, pero no lo veo como algo anormal. Es como una ayuda más, como si vas al médico porque te duele algo. No le doy más trascendencia, no va la gente que está loca.

¿Se sintió la rarita de OT? Conocía a Bowie, Albert Pla, Marisol, Björk, Florence & The Machine...

-No, estuvo siempre muy integrada. Otros compañeros conocían a otros artistas, y yo no. Todo depende de los gustos de cada uno, por lo que no me sentí apartada o diferente. Nos mostramos como éramos, cada uno único. Y nos alimentamos entre todos. Nunca me sentí superior a nadie por conocer a unos u otros músicos.

¿Su deseo de controlar el disco es la causa de su retraso?

-Ha sido un proceso natural y sin planear nada. Llegó el momento de tener el proceso de decisión y pensé: y ahora qué hago. No lo sabía. Lo fui descubriendo con el paso del tiempo, dejándome llevar.

¿No tenía claro cómo debía ser y sonar el disco?

-Nunca, lo que quería era ir componiendo en casa, dejarme llevar, conocer gente... Compuse cosas pequeñas y, día a día, fue cogiendo forma. No había metas sobre buscar cómo debía sonar. O un tipo determinado de canción. Están en el disco las que me salieron de dentro. Por eso, creo que es un disco bastante sincero y representativo.

Empezó a trabajar en la producción con Raül Refree, colaborador de Rosalía, Pla, Silvia Pérez Cruz... Y luego, se abandonaron.

-Hicimos la canción Nuevo verano, pero luego conocí a Santi, del grupo Él Mató a un Policía Motorizado, y empezamos a componer juntos. Y se pasó de grabar aquí a acabar en Chile y Argentina, ocupándose él de la producción. Se decidió seguir un camino distinto, pero no descarto en el futuro volver a trabajar con Raül.

Quizá tuviera que ver que los ‘motorizados’ le gustan mucho.

-No lo sé, también Refree me gusta bastante. Al ser mi primer disco, quería algo sencillo, muy pop, fácil de escuchar y que me representase. En este estilo, parecido al suyo, me sentí muy cómoda. ¡Solo tengo 20 años!

Hablamos de pop...

-Sí, lo suelo definir como pop clásico y sin complicaciones.

Las letras parecen una fotografía de lo que ha vivido en los últimos años.

-Es un poco eso, sí. Habla de amor, sobre todo, y no quería que sonara pretencioso. Las he escrito como me salían, con las palabras con las que hablo, como contigo ahora. No me he pensado el vocabulario usado. Además de amor, hay también alguna ruptura.

Versos como “nunca amaré tanto a un hombre” o “quédate o vete”, reflejan mucho su edad. Del difícil control de las emociones a las contradicciones ante los sentimientos.

-Ya, sé que tengo toda la vida por delante... pero lo sentimos así. Es representativo de una chica joven, y resulta fácil que se identifique con él la gente de mi edad.

El título del disco es ‘Pero no pasa nada’. ¿Es una forma de quitarse presión si las cosas no van bien?

-Aunque ahora se venden pocos discos, me dicen que está yendo muy bien aunque no sea de informarme de los datos a todas horas. Estoy muy contenta con su marcha. No buscaba un título pretencioso, sino que fuera coherente con el disco. Todos los títulos que se me ocurrían sonaban intensos, no me conectaban con las canciones. Y opté por Pero no pasa nada porque es una especie de coletilla que tengo y repito mucho. Es coherente con las canciones y con todo lo que pasa alrededor también.

Actuará esta semana en el BIME, que es un festival.

-Lo es, pero no será el ambiente de baile y saltos habitual. Cantaré en el escenario Antzerki, con la gente cómodamente sentada. Tengo muchas ganas de ir y están al día siguiente Carolina Durante. No sé si me quedaré... Si lo hago, podríamos hacer una colaboración.