Getxo - El Salón del Cómic de Getxo es salir con las manos llenas de bolsas susurrando un satisfactorio: “Igual me he pasado un poco comprando...”, como le sucedió ayer a David. También es sonreír mientras miras la dedicatoria y el dibujo que te ha hecho David Rubín en tu ejemplar de Ether, como le ocurrió a Rodrigo. También es charlar y charlar con gente que te entiende, como valoró Asier. Y también es llevar a tu sobrina pequeña allí, confiando en que se sumerja en ese universo maravilloso que te encanta, como lo intentó Leire. El Salón del Cómic de Getxo es una experiencia imperdible para los aficionados a la viñeta, que se encuentran en un mismo lugar con más de cuarenta puestos de venta en los que deleitarse y con incontables actividades, que año tras año van engordando el programa de este evento que ya es mayor de edad.

Como ya quedó instaurado el año pasado, la cita getxotarra se desdobló en dos escenarios: por un lado, la carpa de la plaza de La Estación de Las Arenas es la sede comercial con 43 puestos de establecimientos de cómic, librerías especializadas, revistas, fanzines, editoriales y todos aquellos sectores relacionados con el noveno arte. Y, por otro, la Romo Kultur Etxea es la cancha para las charlas, talleres, mesas redondas o presentaciones editoriales. Con entrada gratuita, aficionados de diversos puntos de Bizkaia se acercaron hasta Las Arenas para contentar a su orgullosa vena friki. Por eso, alrededor de los puestos se agolpaban las curiosas mentes devoradoras de cómics. Al otro lado, les atendían los profesionales de este sector, que saborean este encuentro con los lectores. “Estoy muy a gusto estando de cara al público de esta manera”, confirmó Asier Muro, de Harriet Ediciones, una empresa que también cuenta con cómics en euskera. “Funcionan bastante bien. La gente nos agradece que saquemos cosas en euskera porque hay muy pocas publicaciones. La mayoría de los autores son franceses, así que compramos los derechos y los editamos en euskera y castellano para venderlos aquí”, explicó Asier.

En otras de las estancias del Salón se encontraba la valenciana Grafito Editorial que se estrena en Getxo este año. “Para nosotros, este tipo de eventos son fundamentales. De hecho, nos recorremos prácticamente todas las ferias de cómic de España. De este salón nos llevaban hablando bien mucho tiempo y teníamos muchas ganas de venir. De momento, la experiencia está siendo muy buena. Es el tipo de formato que nos gusta: es un evento que está realmente enfocado cien por cien al cómic, no tanto al merchand o al cine y apetece mucho traer a autores, porque la gente lo disfruta y lo agradece”, admitió Yolanda Dib. “A nosotros nos carga las pilas ver a la gente delante del estand”, añadió su compañero Guillermo Morales.

Los otros protagonistas, además, del público, fueron los autores que se dejan la muñeca en las sesiones de firmas. En total, pasarán por la cita getxotarra una veintena, entre la que destacan nombres como el de David Lafuente, conocido por su trabajo en Ultimate Spider-Man y que ha completado recientemente el especial anual de Spider-Man protagonizado por Spider-Ham, o Salva Espín, que ha alcanzado el estrellato por su colaboración en Deadpool.

Y el manga, en el BEC Pero ayer también fue un día para el manga en Bizkaia, puesto que el BEC albergó la décima edición de la Japan Weekend, una de las ferias referencia de la cultura nipona, manga, anime y cosplay, que contó con la novedad de la exposición de dos réplicas de las motos de Dragon Ball. En concreto, los fervientes asistentes pudieron asombrarse con el vehículo de una rueda que usó Lunch en su debut en la serie y también con la Capsule 9 de Bulma. Pero, además, en la zona expositiva hubo una muestra de los Juegos Olímpicos de Tokio 1964, que supusieron la apertura al mundo de Japón tras la Segunda Guerra Mundial.

Ello se conjugó con el abanico de actividades que enloquece a los muchos seguidores que el manga tiene en Bizkaia, especialmente, entre la juventud, que un año más, no dudó en acudir caracterizada a esta cita que, sin duda, derrocha unas buenas dosis de color y de buen rollo. De este modo, junto a los habituales estands, el evento contó con talleres, conciertos, cursos de arte japonés, exhibiciones de artes marciales...