BILBAO. La muestra, que permanecerá en el Guggenheim Bilbao hasta el 19 de enero próximo, ha sido realizada por la Haus der Kunst, de Munich (Alemania), en colaboración con el centro museístico bilbaino y está comisariada por el especialista alemán en su obra Thomas Weski y Lucía Agirre, del museo bilbakino.

La exposición refleja las principales preocupaciones sociales del fotógrafo alemán, uno de los más influyentes de postguerra y que colaboró en los años 80 con el también artista alemán Gerhard Richter, en materias como "las relaciones familiares, los efectos urbanísticos de la globalización, el cuidado de la naturaleza y las consecuencias de las nuevas tecnologías", ha señalado el director del Guggenheim Bilbao, Juan Ignacio Vidarte, en la presentación de la muestra a los medios.

"Lo especial en la obra de Struth -ha agregado-, es cómo combina el análisis y la reflexión sobre cuestiones sociales importantes y trascendentales como las consecuencias urbanísticas de la transformación apresurada de las ciudades, la importancia de los lazos familiares o los efectos del desarrollo humano, con una gran capacidad de crear imágenes poderosas".

"Y además lo consigue -ha terciado el comisario de la muestra, Thomas Weski-, con una gran elegancia en las imágenes que plasma".

La exposición muestra también el archivo personal acopiado por Struth a lo largo de su carrera, que incluye materiales de trabajo del artista, hojas de contacto, fichas, bocetos, invitaciones y posters, fotografías de la instalación de sus exposiciones, así como dibujos tempranos, montajes, pinturas, estudios fotográficos, cuadernos, materiales de investigación, lectura y audición, y correspondencia con comisarios y otros artistas.

El contenido de este archivo se expone en Bilbao por segunda vez en su carrera y el comisario de la muestra ha confesado que tardó año y medio en organizar su contenido y seleccionar las piezas que iban a formar parte de la exposición, que, antes de viajar a Bilbao, se pudo ver también en Munich.

La muestra de Bilbao, ha precisado el propio autor en la conferencia de prensa de presentación, es más amplia y completa que la organizada en Munich, ya que se han incluido algunas fotografías realizadas recientemente, como un conjunto de naturalezas muertas, realizado en 2018, en las que retrata animales muertos de forma natural en zoos alemanes, trasladados a un instituto de investigación de Berlín para investigar las causas de su muerte.

La exposición se inicia con sus primeros trabajos fotográficos de finales de los años 70 de edificios y espacios urbanos de Londres, Nueva York, durante una estancia de 9 meses en la gran urbe norteamericana, Tokio y varias ciudades alemanas.

Al tratarse de conjuntos fotográficos más que de series cerradas de obras, ha explicado el autor, ha podido volver sobre este asunto a lo largo de los años 80, 90 y 2000, en distintas ciudades del planeta como Shanghai, Lima, San Petersburgo o Ulsan (Corea del Sur).

Struth, quien visitó Bilbao por primera vez en 1984 de camino hacia Lisboa, ha considerado que las fotografías de espacios urbanos realizadas hace 40 años, en las que refleja las consecuencias del crecimiento urbano apresurado y desordenado en algunas ciudades como consecuencia del desarrollo económico de las décadas anteriores, "tienen plena actualidad en nuestros días".

Ha revelado también que las fotografías dedicadas a mostrar las estructuras familiares en distintos países del planeta, entre las que se encuentra una hecha a la familia Iglesias, de San Sebastián, en 2015, no son fruto de la improvisación, sino el resultado de un metódico y largo proceso en el que ensaya varias veces con los retratados hasta que se familiarizan y habitúan a la cámara.

La muestra recoge también otro conjunto de fotografías realizadas en salas de distintos museos del mundo como el de El Prado, en Madrid; el Louvre, en París; el Hermitage, de San Petersburgo, La Galería de los Oficios, de Florencia, y el Museo Nacional de Tokio, entre otros.

En estos trabajos, el autor, que ha reconocido que utiliza la cámara del móvil personal para hacer fotografías porque "es muy cómodo", busca recoger la psicología de los visitantes a través de las expresiones de sus rostros al enfrentarse a las obras maestras del arte que cogen estas pinacotecas.

Cuestionado por si le gustaría fotografíar el icónico edificio que alberga el Museo Guggenheim Bilbao, Stuth ha señalado que las fotografías de museos son algo que hizo hace 20-25 años y que no le interesa repetir este tema indefinidamente.