DONOSTIA. "Hace seis u ocho años parecía que se estabilizaban las cosas, que la producción tenía fuerza, que tenían dinero para moverse por el mundo. El problema que tiene ahora América Latina es político, social y económico", afirma el responsable del certamen donostiarra en una entrevista con EFE.

Cita la situación de Argentina, donde, pese a mantenerse las ayudas para que sus filmes viajen a festivales internacionales, "sufren la devaluación de su moneda".

Y acaban de recibir la noticia de que en Brasil "parece ser que se suspenden las ayudas a los directores y productores para acudir a los diferentes festivales".

"Cuando en un país las ayudas al cine bajan, esas cinematografías tienen menos fuerza", añade Rebordinos, que coloca a Chile en el lado opuesto, "con un organismo que funciona muy bien promocionando el cine chileno, cuya presencia internacional es brutal".

En el caso del Festival de San Sebastián, prácticamente hay participación de películas chilenas en todas las secciones del certamen, algo que ocurre también con las procedentes de Argentina, que presenta en la Sección Oficial, en una proyección especial fuera de concurso, "La odisea de los giles", de Sebastián Borensztein, protagonizada por Ricardo y Chino Darín.

Al máximo galardón, la Concha de Oro, aspiran "Vendrá la muerte y tendrá tus ojos", del chileno José Luis Torres Leiva, y la mexicana "Mano de obra", ópera prima de David Zonana, que Rebordinos califica de "sorprendente".

Dice que la participación de películas latinoamericanas en la 67 edición del Festival de San Sebastián, que se celebra del 20 al 28 de septiembre, es similar a la de años anteriores.

"Mi impresión es que estamos en un momento de 'impasse'. A ver qué pasa con las elecciones argentinas y el régimen de Bolsonaro. Es un momento complicado", comenta el director de este certamen, que insiste en la calidad de las propuestas creativas de esas cinematografías.

"Igual han perdido un poco de fuerza alguno de los más fuertes. Sin embargo, empiezan a salir países que tienen muy poca producción, pero la que tienen es interesante, como Costa Rica", explica.

"Además es un cine muy plural, se producen películas comerciales para el consumo interno, comerciales que pueden verse en cualquier país y filmes más radicales", subraya.