Como compositora primero y luego como solista, Carole King se convirtió en una de las cantautoras imprescindibles de los años 70 gracias a discos como Tapestry, que incluía clásicos como You’ve got a friend y I feel the earth move. En ese disco y el posterior Fantasy, que acababa de publicar, se centró la estadounidense en su concierto en el Festival de Jazz de Montreaux, en 1973, el primero que ofreció fuera de su país, que acaba de publicarse en un doble CD y DVD tras casi medio siglo encerrado en un cajón.

Carol Joan Klein, su verdadero nombre, nació hace 77 años en Nueva York y llegaba a Montreaux como una de las estrellas más populares del momento tras vender millones de copias de Tapestry. Inicialmente, fue conocida en los años 60 como compositora, en comandita con quien fuera su marido, Gerry Goffin, con quien se casó cuando solo tenía 17 años. Amiga de Paul Simon y Neil Sedaka desde la escuela, ella y su ex están detrás de varios de los éxitos de Aretha Franklin, Bobby Vee, Tina Turner, The Monkees, The Drifters, The Animals, The Byrds y Manfred Mann.

Quizás fuera su divorcio de Goffin quien acabara con una Carole King tímida y en la sombra. Dejó de esconderse en tareas compositivas y se acabó revelando como una de las grandes solistas de los años 70 en el campo del folk, el pop y el soul. Tras un debut que pasó desapercibido, logró la gloria (y millones de copias vendidas) con Tapestry, uno de los mejores álbumes de la década, al que le siguió Fantasy, un disco más ambicioso en arreglos y diversidad estilística.

Así llegó la estadounidense a la ciudad suiza de Montreaux, en 1973, a un festival impulsado por Claude Nobs en 1967, inicialmente en los salones del Casino de la ciudad suiza. Pronto fue una referencia para todos los aficionados al jazz gracias a las actuaciones de leyendas como Miles Davis, Keith Jarrett, Jack DeJohnette, Bill Evans, Weather Report, Nina Simone, Jan Garbarek o Ella Fitzgerald. Es a partir de los años 70 cuando su programación se abrió a artistas del pop, el rock y la electrónica, de Led Zeppelin a Pink Floyd, Frank Zappa, Deep Purple, Queen, Sting, The Chemical Brothers o Camarón.

Dos partes Tras más de cuatro décadas archivado se edita Carole King. Live in Montreaux 1973 (Eagle Rock. Universal), que recoge el concierto que ofreció en el festival, tanto en imágenes como en sonido. Y lo hace en dos partes claramente diferenciadas. El inicio del concierto rezuma intimidad, con la voz de King solo dejándose acompañar por el piano en el repaso a las canciones de Tapestry. Y en la segunda parte se muestra exuberante, con un grupo excelso de hasta once músicos, seis de ellos integrantes de una amplia sección de vientos.

Se presentó con un clásico, I feel the earth move, cantando al piano “siento que la tierra se mueve bajo mis pies, que el cielo se derrumba y mi corazón empieza a temblar cada vez que estás cerca”. Canción de amor mítica y de nostalgia por la seguridad del hogar, en el caso de Home again; con el aroma de los cantautores de los 70 (James Taylor, Joni Mitchell, Cat Stevens) en Beautiful; la versión de Up on the roof que prestó a The Drifters; o la inolvidable It’s too late. En ella canta, recordando su corto pero apasionado romance con Taylor: “Hay algo mal aquí, no se puede negar, uno de nosotros está cambiando o quizás simplemente dejamos de intentarlo/ahora es demasiado tarde”

Esas canciones resaltan por su atmósfera de recogimiento, con el público sentado con las piernas cruzadas y con King (con blusa de campesina y sin apenas maquillaje, como muestra el DVD) celebrando ver las caras de la audiencia tras actuar unos días antes en Central Park ante 100.000 personas. A partir de entonces, con Fantasy beggining, se desata al verse arropada por un tremenda banda que picotea de una amplia fusión estilística (funk incluido) y se siente cómoda en el contexto del festival.

En el estreno en vivo de su disco Fantasy, King, rodeada de músicos excelsos como el bajista Chuck Larkey, el guitarrista David T. Walker, el trompetista George Bohanon y el saxofonista Tom Scott, abre el camino a George Benson, Chuck Mangione y The Crusaders con el soft jazz de You’ve been aorund too long, y a Barbra Streisand en la pacifista Being at war with each other, para concluir homenajeando a Santana en la rítmica Corazón, una fusión de rock, jazz y ritmos latinos con el estribillo en castellano y la destacable labor del percusionista Bobbye Hall.

Piano y bises Y antes del agur, King regresa a la desnudez, sola con su piano y una voz algo tomada pero henchida de emoción y sinceridad, para ofrecer dos clásicos de Tapestry. Primero, You’ve got a friend, uno de los mejores himnos a la amistad, nº 1 en la voz de Taylor y con unos versos inmortales: “cuando estés deprimido y preocupado, y necesites algo de amor y cuidado/y nada vaya bien, cierra los ojos y piensa en mí/Y pronto estaré allí, para alegrar hasta tu noche más oscura”; y después (You make me feel like a) natural woman, una de sus melodías más adhesivas, entre la canción de autor, el pop y el soul, despidiendo muy arriba un documento sonoro histórico de la música popular.