EL Museo de Bellas artes reúne en la actualidad más de 14.000 obras (2.252 pinturas, 500 esculturas, 10.481 obras sobre papel y 1.228 de artes aplicadas). Un interesante recorrido histórico en el que pueden descubrirse los principales artistas, estilos y escuelas del arte occidental a través de algunas de sus obras más representativas. En las salas de la pinacoteca están colgadas obras tan singulares como excepcionales de la historia del arte universal. El espectador se topa con cuadros de Lucas Cranac el Viejo, Martin de Vos, El Greco, Ribera, Zurbarán, Murillo, Goya, Sorolla, Zamacois, Gauguin, Cassatt, Sorolla, Zuloaga, Bacon, Oteiza, Chillida, Tàpies, Lüpertz, Blake y Barceló, entre otros.
Los responsables del Museo han decidido poner a disposición de estudiosos y público en general una nueva publicación y divulgación con 53 de las obras maestras que atesora la pinacoteca bilbaina. La guía Maestros incluye además una introducción sobre la centenaria historia del museo y sus protagonistas, el desarrollo de la colección y la transformación de las arquitecturas que lo integran. De esta manera, se une a otras publicaciones que tiene la pinacoteca como la Guía de la colección del Museo y la Guía de artistas vascos, que ha editado la pinacoteca con el objetivo de divulgar y revalorizar los fondos artísticos del Museo, según explican en el Bellas Artes. Con cada obra se incluye además un texto explicativo, que ha sido actualizado para esta ocasión.
recorrido La guía, ordenada cronológicamente, se abre con una imagen de Cristo en la Cruz, tallada en madera y policromada al temple, de la primera mitad del siglo XIII. Le sigue La Flagelación de Santa Engracia, (1474-1477), del cordobés Bartolomé Bermejo, adquirida por el Bellas Artes en 1962; y El Cristo de Piedad, de Diego de la Cruz (1485).
Entre los cuadros imprescindibles, considerados obras maestras, se encuentra Lucrecia, de Lucas Cranach el Viejo, uno de los pintores señalados de la historia del arte y reconocido protagonista, junto con Alberto Durero, del Renacimiento alemán. El Museo pagó por este lienzo en 2012 1.400.000 euros, abonados gracias al fondo de adquisiciones dotado por BBVA para la compra de obras de arte.
El recorrido por el conjunto de piezas seleccionadas en esta publicación continúa con La aldeanita del clavel rojo, de Adolfo Guiard, que llegó al museo para su inauguración en 1914, e incluye buena parte de sus obras maestras, como Lavanderas en Arlés, de Paul Gauguin; El rapto de Europa, de Martin de Vos; Mujer sentada con un niño en brazos, de Mary Cassatt; Arquitectura fantástica con personajes, de Hans Vredeman de Vries, y La condesa de Noailles, de Ignacio Zuloaga.
También se incluyen obras como La piedad, de Luis de Morales, El Divino, La Anunciación, de El Greco, San Sebastián curado por las santas mujeres, de Ribera, La virgen con el niño Jesús y San Juan Bautista Niño, de Zurbarán, el Retrato del poeta Moratín, de Goya y Figura tumbada en espejo, de Francis Bacon.
Y así hasta 53 tesoros artísticos, entre los que destacan también obras de artistas vascos como el Retrato de un gudari armado llamado Odiseo, de Oteiza, o Hierros de temblor II, de Chillida. Tampoco faltan esculturas como Mujer llamada Los tres pliegues, de Julio González o Gran profeta, de Pablo Gargallo.
protagonistas Maestros también incluye una introducción con la historia del centenario museo. Los responsables de la pinacoteca siempre han recordado que la historia del Museo no sólo está conformada por la adquisición de una de las colecciones de arte más prestigiosas del Estado, sino también por la de aquellos hombres y mujeres que tuvieron un sueño y lucharon por conseguirlo. Como la de aquellos artistas que entre 1900 y 1910 promovieron en Bilbao un ciclo de exposiciones de arte moderno con el que pretendían dar a conocer tanto sus trabajos como los de creadores de la talla de Gauguin o Picasso. Aunque aquellos pioneros del arte contemporáneo sintieron que sus esfuerzos terminaron en fracaso, sembraron una semilla decisiva.
Conscientes de la necesidad de un museo en la capital vizcaina, la Diputación de Bizkaia y el Ayuntamiento de la ciudad firmaron el acta y crearon en 1908 el Bellas Artes de Bilbao, aunque faltarían seis años para que éste abriera sus puertas. Fue el pintor bilbaino Manuel Losada, uno de los promotores, quien se encargaría de dirigir esta Escuela de Artes y Oficios de la Villa, que pronto se quedaría pequeña debido a las importantes donaciones y legados que, por parte de las instituciones y de particulares, recibió en sus primeros años de actividad.
En 1924 se inauguró el Centro de Arte Moderno en unas dependencias de la Diputación, en la calle Rodríguez Arias. Lo dirigía el artista Aurelio Arteta y sirvió para que los bilbainos y bilbainas se acostumbraran a ver obras de artistas contemporáneos como Picasso, Cezanne, Gauguin... Algo totalmente inconcebible por aquel entonces. Durante la Guerra Civil, las piezas de las dos pinacotecas fueron enviadas a lugares distintos. Las del Bellas Artes al Depósito Franco de Uribitarte. Las del Moderno, a La Rochelle. Tras el regreso de las pinturas y esculturas, en 1945 se fusionaron ambas colecciones y se construyó un nuevo y único edificio de estilo neoclásico. La última remodelación de la histórica pinacoteca se realizó en 2001 bajo la dirección de Miguel Zugaza. Desde 2002, está dirigida por Javier Viar, con el que durante su gestión la colección artística ha seguido enriqueciéndose.