BILBAO - Aunque llegó a dudar si continuar merecía la pena tras la disolución de Barricada, ahora Boni, quien fuera su guitarrista y cantante ocasional, asegura mantener “la pasión de un chiquillo” con su debut en solitario, Incandescente (Warner), disco de rock que incluye un CD en formato eléctrico y otro acústico. El sábado 13 de junio iniciará su presentación en directo en la sala Azkena de Bilbao.

“Arriesgar para no ceder”, es el primer verso del disco.

-Es como una declaración de principios que me sirve para denotar una actitud positiva ante estos tiempos tan jodidos. Hay que tirar y olvidar los obstáculos, saltándolos. Con esta actitud afronto este disco.

Canta luego “seguimos caminando, el deseo no se arrugó”.

-(Risas). A pesar de tener tantas castañas en la mochila, la pasión y el deseo siguen, como las de un chiquillo. Otra cosa será demostrar en directo que es verdad.

Creo que llegó a plantearse tirar la toalla tras la disolución de Barricada.

-Sí, hubo ese momento de debilidad tras acabar de presentar el último disco, Flechas cardinales. Paré un mes para reflexionar, sin pensar en el pasado ni el futuro, sino el presente, y no tenía claro por dónde tirar. Estaba harto del follón de Barricada y quería airear las ideas. Fue algo momentáneo porque me volvió a entrar el gusanillo y la chispa de seguir y hacer más canciones. Y el momento compositivo fue pletórico. Ahí nació Incandescente.

Tímido por naturaleza, ahora se le ve cómodo como solista.

-Bueno, he tenido buenos maestros como El Drogas y Alfredo (risas). Al tocarte defender una historia propia tienes más responsabilidad, antes nos ceñíamos a una idea más general, sin tratar de desentonar. Tengo claro mi proyecto y por dónde va. Y la responsabilidad me pone, me hace sentirme vivo y con ilusión.

¿Cómo es Boni de jefe?

-Malo, malo (risas). No, no soy un cabrón, consiento cosas. Quien quiera apuntarse a la película y lo haga con ganas, sin problemas. Así todos sabemos lo que se puede dar y recibir.

Hablábamos de riesgo. ¿Es usted un valiente o un loco por debutar con un disco doble?

-Es que tenía mucho material y acabé combinando el formato eléctrico de parte del repertorio con el acústico. Al final, sale como nació, en dos discos de la mano, juntos. Es un trabajo conjunto, vivido así en la composición, y sé que es una apuesta fuerte en estos tiempos de inmediatez y canciones sueltas. Ha salido lo que tenía dentro.

Ahora pide que le escuchen en ‘Pruébame’.

-Exactamente. Que prueben a ver si les gusta, yo sigo dispuesto. No sé si con el mismo cuerpo pero sí que tengo las misma ganas de siempre.

En esta canción canta ‘dime a qué sabe’. Sabe a rock, clásico pero con un sonido contemporáneo ¿no?

-Pues sí. Estoy satisfecho con el sonido, muy fresco y actual, sin aditivos ni efectos, con baterías naturales y guitarras. Quería sonar contundente y con sinceridad.

Algunos títulos de canciones hablan por sí mismos: ‘Incandescente’, ‘Cuchillas’, ‘Explosivo’?

-Son descripciones de mi personalidad, que quiero trasladar a la sociedad. Hay que ser explosivo, más que nunca, mezclando lo privado y lo social. Cuchillas habla sobre la verja que separa Marruecos y España?

Le canta a los problemas cotidianos en temas como ‘Calle real’.

-Siempre me influye lo que veo y leo, como los negocios de las petroleras o los asesinatos en México, y si tienes corazón intentas reflejarlo en tus letras. El rock es ideal para expresar eso.

¿El rock sirve, como también canta, para seguir “sacando la lengua”?

-Debería ser rebelde, sí. Dicen que se pierde fuelle con los años pero yo veo a los músicos seguir aportando y comprometiéndose tanto en su música como en apoyos a ciertas causas. El rock sigue vivo y enfrentándose al día a día, a lo que pasa en la sociedad.

Foo Fighters, Flitter, Koma y Nickelback me han venido a la cabeza escuchando su debut.

-Son grupos con los que me identifico, aunque no pensé en ellos al hacer canciones. Inconscientemente, igual se escapa algo. Esa onda me encanta, es mi manera de concebir el rock.

Se ha atrevido con el euskera, con alguna frase en ‘Desde arriba’ y en ‘Sua’, al completo.

-La primera es un homenaje al alpinista de Noain Carlos Imirazuldu, y a la gente que no busca la cima, sino el disfrute del camino. Y la segunda es un poema de Jasone Osoro que me gustó mucho y me atreví a cantarla, aunque no hablo euskera, al contrario que mis hijos. Ellos me apretaron en la pronunciación.

En otra canción canta ‘que empiece la diversión’. En el rock está ligada a los conciertos.

-Ahí hablo de disfrutar de la vida sin corsés ni parapetos. En Nafarroa sabemos mucho de eso con UPN. Hay que cambiar y tener más libertad; y no hablo solo de partidos. El pistoletazo de salida para el directo será en Bilbao, en la sala Azkena, el 13 de junio. Y después, Madrid y Barcelona. Paso a paso y con la gira fuerte a desarrollar tras el verano.