donostia - Miren Vives Almandoz, donostiarra de 41 años, calificó de "reto" su nueva responsabilidad como directora del Museo Balenciaga. La experta en gestión cultural se presentó ayer a la prensa con un discurso prudente, posibilista y esperanzador. "Quizá los ritmos y los recursos del museo no son los de otros tiempos, pero ahí vamos, paso a paso. Lo urgente es saber dónde estamos, a dónde queremos ir y cómo vamos a hacerlo. Y lo importante es transmitir sensación de normalidad, ver que seguimos trabajando", aseguró.
La directora estuvo acompañada por los representantes de las instituciones que conforman la Fundación Balenciaga: la diputada de Cultura, Ikerne Badiola, el viceconsejero del área, Joxean Muñoz, y el alcalde de Getaria, Nika Lertxundi. Todos ellos mostraron su apoyo a la sustituta de Javier González de Durana, definida por Badiola, presidenta del patronato, como "la candidata que realmente buscábamos en este momento".
Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales, la trayectoria de Vives Almandoz está avalada por diez años de trabajo en el sector cultural. Entre otras tareas, ha redactado planes estratégicos, planes directores y planes de viabilidad de museos de dentro y fuera de Euskadi.
A juicio de Muñoz, la virtud de la nueva directora es que aúna experiencia en gestión, algo que en tiempos de crisis es "una prioridad", sin ser una persona "ajena" a la cultura. Además, añadió Badiola, su labor se complementará con "el perfil más artístico" del responsable de Conservación del museo, Igor Uria, recién nombrado director de Colecciones.
Consciente de que la importancia de la figura de Balenciaga exige ser "cuidadosa", la directora pidió un tiempo superior a "cien días" para situarse y comenzar a "dibujar" el futuro del museo que pronto cumplirá tres años. De momento, los esfuerzos se han centrado en presentar las colecciones del modisto, "pero hay otros procesos", además de la exhibición, que necesitan ser "revisados" para dar "estabilidad" al proyecto.
También incidió en la necesidad de "reforzar la presencia internacional", pues "el nombre y la marca de Balenciaga" deben servir para conectar con instituciones culturales estatales y europeas con las que "coproducir o trabajar en red". Como ejemplo, citó la exposición actual realizada en colaboración con el Museo del Traje de Madrid, y añadió que si hasta la fecha este tipo de alianzas no han sido "una prioridad" es porque "había otras necesidades más importantes".