Laeticia Hallyday se convierte en la ‘villana’ oficial de Francia
Su imagen da un vuelco en tres meses y los fans y parte de la familia no perdonan su papel en la herencia
París - Laeticia contaba solo con 21 años cuando se casó en 1996 con quien entonces ya era un monstruo del escenario francés, que había pasado por el altar otras cuatro veces, dos con la misma mujer, y tenía dos hijos: David Hallyday y Laura Smet. La joven modelo de tirabuzones rubios, cara angelical y traje azul bebé no hacía presagiar que dos décadas después se convertiría, según sus detractores, en una astuta mujer de negocios, que conforme avanzaba el cáncer de Johnny Hallyday asumía el poder en el emporio de su marido.
Hasta que la enfermedad acabó con su vida el 6 de diciembre, Laeticia gozaba de una aceptación fruto de su apoyo incondicional al ídolo de masas, calificado como el Elvis Presley francés. El funeral de Estado, en el que David y Laura hicieron frente común con la viuda y sus dos hermanastras, las niñas vietnamitas que Hallyday adoptó con Laeticia, regaló a los fans y las revistas una insólita imagen de la familia al completo. Pero en cuanto se filtraron los primeros detalles de la herencia, de la que los dos hijos biológicos quedaron excluidos, la batalla judicial por el patrimonio del artista puso en el punto de mira a su última mujer, acusada por el resto de haber actuado en beneficio propio. No ayuda que la abuela paterna de Laeticia, de 82 años, fuera designada presidenta de las empresas que controlan los derechos de autor del cantante.
disco póstumo David y Laura, ausentes de las últimas voluntades porque recibieron donaciones en vida, reclaman que el testamento, redactado en Los Ángeles, se ajuste a la normativa francesa, que obliga a dar un porcentaje a los hijos. Sus residencias en esa ciudad estadounidense, en Marnes la Coquette y en la isla caribeña de San Bartolomé, valoradas cada una entre 10 y 15 millones de euros, y los derechos de autor de las 1.160 canciones del intérprete alimentan una pelea que mantiene al país en vilo, a la que se suma ahora el álbum póstumo del artista. Esa grabación, que saldrá este año, sirvió de catalizador de las críticas contra la esposa, que ejerció en el disco de directora artística.
Los seguidores del cantante se movilizaron con un llamamiento al boicot para que las ganancias por las ventas no reviertan en Laeticia, objeto de una campaña de denigración que su abogado no consiguió parar. Al fuego mediático también echaron leña las exparejas de Hallyday Sylvie Vartan y Nathalie Baye. Vartan, madre de David, criticó que Hallyday renegara de su sangre y Baye, madre de Laura, aseguró que los dos mayores eran “ovejas negras” para la madrastra.
En un intento por mantenerse alejada de la polémica y de una legión de fans cuya lealtad ha cambiado de bando, Laeticia se refugió unas semanas en San Bartolomé justo tras el fallecimiento y ha hecho de Los Ángeles su centro de operaciones y el de sus hijas. - Marta Garde
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