La risa fluía en los carteles de circo
Los Hnos. Tonetti se hicieron célebres en Bilbao con el número de la ‘sardinera’ y premios con su nombre
A mediados de los años setenta, los carteles de cine fueron acaparando los muros y los viejos carteles de circo fueron relegándose al desván. A mediados del siglo XX, desde el corazón de Cantabria aparecieron en escenas de Bilbao José y Manuel Villa del Río, más conocidos como los inolvidablesHermanos Tonetti, nacidos ambos en Santander: José en 1920 y Manuel, apodado Nolo, en 1928.
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La chispa se encendió en la niñez de José, quien emulaba payasos en la calle Zapatero, en la Cuesta de la Atalaya, e incluso animó a heridos en hospitales durante la Guerra Civil. Años más tarde, Manuel, tras pasar por el oficio de electricista, se unió al oficio de payaso junto al hermano mayor. Los dos se integraron en una troupe de artistas y adoptaron el nombre “Hermanos Tonetti” en homenaje al mítico payaso italiano Antonet que tanto les había llamado la atención en sus actuaciones bajo la carpa.
Su primera aparición como pareja fue en las Fiestas del Pilar de Zaragoza, integrados en el Circo Americano. En 1955 emprendieron su propia aventura fundando primero el Radio Circo, luego Circo Hervás, hasta dar vida al legendario Circo Atlas en 1957. La troupe contó con estrellas mundiales como Pinito del Oro, Belli, Tangarika, Bela‑Kremo o Cesare Togni. José representaba al payaso Augusto, arquetipo del “tonto adorable”, mientras que Nolo era el clown de cara blanca, intelectualmente agudo, elegante y con lentejuelas brillantes.
Entre sus números destacaban guantes de ciclista y colchón verde anunciados con un resonante: “¡Los Hermanos... Toneeeeeetti!”. Fue la sardinera la que marcó la memoria colectiva. José, vestido de pescadera con cesta de sardinas, desplegaba su humor deslenguado y picarón, evocando la canción Desde Santurce a Bilbao con ironía.
Bilbao no solo fue escenario habitual, sino hogar emocional: José llegó a domiciliarse en la ciudad; Manuel compitió por ella en fútbol y natación durante el servicio militar. En un vendaval devastador en 1951, Pepe rescató espectadores atrapados bajo la carpa y colaboró heroicamente en las labores de auxilio. Cuando las inundaciones de 1983 azotaron Bilbao, el Circo Atlas se transformó en centro de ayuda humanitaria: cerraron la carpa, recaudaron fondos, facilitaron albergue y limpiaron calles.
Este profundo compromiso social inspiró la creación del Premio Tonetti en 1996 en Bilbao, que honra labores humanitarias destacadas; entre sus galardonados están figuras como Nelson Mandela y Manuel Elkin Patarroyo. A finales de los años setenta la crisis económica y la competencia de la televisión afectaron gravemente al circo.
En 1982, Nolo sufrió una crisis nerviosa en medio de un espectáculo y fue ingresado; meses después, el Circo Atlas cerró. El 4 de diciembre de 1982, en Algete, se quitó la vida tras una profunda depresión, dejando a José devastado. José, pese al dolor, continuó en solitario hasta 1984, cuando la muerte de su hijo Víctor en un accidente de moto lo llevó a retirarse. Se volcó entonces en actividades culturales benéficas. Al retirarse definitivamente, se vio afectado por una embolia cerebral en Bilbao tras entregar una edición del Premio Tonetti. José falleció el 20 de febrero de 2004 en Madrid. Siguiendo su deseo, sus cenizas fueron esparcidas en el acantilado del faro de Cabo Mayor, en Santander. Juan Luis de Larrinaga (Bilbao, 1923- 2006) es el autor de la escultura dedicada a los Hermanos Tonetti, que se encuentra junto a la zona de juegos del parque de Doña Casilda. La obra, del año 1985, representa a uno de los integrantes de esta popular pareja de payasos, José Villa del Río, y tiene una dedicatoria donde se lee: “Los niños a nuestros payasos Hnos. Tonetti”.