Los ciberdelincuentes y los estafadores son eficientes. Solamente llevan a cabo estafas que funcionan, aquellas con las que ganan dinero. Cada año los ciberdelincuentes repiten las estafas que más éxito tienen y de vez en cuando van probando estafas que puedan tener potencial recaudatorio.
En época vacacional, entre las estafas que más éxito tienen están los correos fraudulentos suplantando a aerolíneas, hoteles, empresas turísticas o empresas de mensajería, ya que en verano aumentan la contratación de viajes y el envío de paquetes. Para detectar un correo fraudulento lo más sencillo es mirar la dirección de correo desde la que se ha mandado el email. Eso y el saludo con el que comienza el correo. Si el saludo es genérico como Querido cliente o Estimado usuario casi seguro que el correo es falso. Las empresas con las que tenemos un contrato comienzan el correo dirigiéndose a nosotros con nuestro nombre y apellido.
Respecto a las webs falsas suplantando a empresas reales, para saber si una web es real o es falsa siempre conviene mirar la dirección de la página web. Si no está bien escrita es falsa siempre, no puede haber dos páginas web con la misma dirección, y los delincuentes seleccionan nombres parecidos a los reales para que no nos demos cuenta.
Anuncios mediante IA
En verano también aumentan las estafas relacionadas con alquileres vacacionales. Generalmente los delincuentes ponen anuncios de viviendas en portales inmobiliarios e internet y piden fianzas o una cantidad de dinero para reservarla antes de verla. Luego nos damos cuenta de que la vivienda no existe. Una de las novedades en este tipo de estafas es que se están empezando a ver anuncios de estas características generados por inteligencia artificial. Como es lógico, no se recomienda mandar dinero a nadie antes de ver la vivienda y comprobar que es real.
También son habituales las estafas en redes sociales de cuentas falsas suplantando a diferentes empresas y realizando supuestos sorteos y promociones, regalando cosas para celebrar que ya ha llegado el verano u ofreciendo chollos y descuentos espectaculares.
Códigos QR y wifis
En las redes sociales siempre debemos fijarnos en el nombre de usuario de la cuenta que ha creado la publicación, no en el nombre de usuario de la que la ha compartido, y siempre hay que desconfiar cuando lo que prometen parece demasiado bueno o barato. También es buena idea pedir a personas conocidas que no nos manden nada a través de WhatsApp u otro tipo de apps de mensajería sin haberlo contrastado antes. Tendemos a bajar la guardia cuando alguien conocido nos envía una oferta.
En los últimos años va en aumento es la estafa de los códigos QR falsos. En la calle y en diferentes establecimientos se ha generalizado el uso de códigos QR, por ejemplo para hacer publicidad, acceder a servicios o ver menús en restaurantes. Simplemente tenemos que escanear el código con la cámara del smartphone y nos lleva directamente a la página web de la empresa para reservar o comprar algo, consultar menús o catálogos…
La estafa es que hay delincuentes que pegan códigos QR falsos encima de los códigos QR reales. En muchas ocasiones es muy difícil darse cuenta de que hay una pegatina con otro código tapando del código real. Al escanear los códigos falsos podemos ir a páginas web fraudulentas o descargar virus en nuestros dispositivos.
Cuando viajamos también es importante tener mucho cuidado con las Wifis públicas. Son aquellas que no necesitan contraseña para poder acceder a ellas. El problema es que no hay forma de saber quién ha creado una red Wifi pública y si nos conectamos a una red Wifi generada por un ciberdelincuente, mientras estemos conectados podrá ver todo lo que estamos haciendo e incluso podrá acceder a nuestro dispositivo y quedarse con la información que quiera. Es muy habitual la proliferación de Wifis públicas falsas en aeropuertos, estaciones de autobuses, trenes o lugares por donde pasa mucha gente. Siempre se recomienda utilizar los datos móviles para acceder a Internet cuando estemos de vacaciones.
También hay que tener cuidado con las redes Wifi privadas de los hoteles, restaurantes o lugares donde pueda haber muchas personas conectadas. Aunque tengamos que meter una contraseña, si hay mucha gente conectada a la misma red Wi-Fi podría haber alguien viendo los paquetes de datos que se mandan y reciben a través de esa red. En estas redes wifi no realizaremos compras ni otro tipo de acciones en las que tengamos que meter contraseñas o información privada.
Por último, hay estafas relacionadas con los cargadores públicos de teléfonos. En muchos lugares nos ofrecen la opción de cargar el teléfono. Enchufar nuestro cargador en un enchufe no tiene riesgo, pero utilizar un cable que nos ofrecen para cargar nuestro teléfono sí. A través de esta práctica pueden infectar nuestros positivos con diferentes tipos de virus.