Sanit Etienne - La lluvia y el frío le ha dejado huella a Mikel Nieve, que es de Leitza, el pueblo de piedra, pero no inmune. Arrastraba desde los Vosgos un pequeño catarro que ha ido dejando atrás con la llegada del sol y el calor. Cuando hoy se asome a los Alpes, el navarro del conjunto Sky, que ya ganó una etapa cerca de aquí, en Courchevel, hace un mes en la Dauphiné, espera estar al cien por cien para ayudar a Porte a luchar por el Tour o para que lo que surja.

De repente, ha llegado el calor.

-El cambio ha sido muy grande. Hemos pasado de correr a diario bajo la lluvia y con bastante frío al calor de siempre en el Tour de Francia, pero si te digo la verdad, yo no me quejo. Voy mejor con el calor, espero que me sirva para quitar este pequeño catarro que arrastro y mejorar las sensaciones.

¿Ese cambio tan brusco se notará?

-Lo normal es que no, pero puede que a alguno le pase factura. De todas maneras, siempre hay condiciones que a unos les vienen mejor que otros. Los hay que con lluvia y frío se siente a gusto y otros, como yo, que con el calor rinden mejor. Ahora vienen los Alpes, que se subirán con mucho calor o eso parece y lo que eso trae consigo es que el esfuerzo se hace extremo, el cuerpo se lleva al límite y se nota más quién está bien y quién no tanto.

Llegan los Alpes y hay quien dice que sin el Galibier o Alpe d’Huez, sin los grandes colosos, no son tan Alpes o no imponen tanto.

-Es cierto que el año pasado, por ejemplo, eran más duros, pero los Alpes siempre son los Alpes. Se harán duros porque, además, a diario vamos muy rápido, los cuerpos están ya castigados después de dos semanas de Tour en condiciones muy en el límite y con este calor y esas etapas tan largas se harán duros, de eso estoy seguro.

¿Qué puede pasar?

-No sé, es difícil decirlo. Hasta ahora Vincenzo Nibali ha demostrado que es el más fuerte y los demás están un punto por debajo. Pero ahora todo cambia. Ha llegado el calor y los puertos de los Alpes son diferentes, más largos. Hablamos de subidas de una hora de esfuerzo. Es otro tipo de carrera. Saber qué puede pasar es difícil.

En esas condiciones, calor, puertos duros y largos, usted se siente a gusto.

-Pero hay que ir viendo lo que sucede. Estos días he estado con catarro y las sensaciones tampoco han sido las mejores. Si he recuperado, espero poder estar delante.

Hace menos de un mes ganó una etapa maravillosa en la Dauphiné, aquí, en Courchevel, en los Alpes.

-Sí, sí, pero los escenarios son distintos. No tiene por qué volver a repetirse. O sí. No lo sé. Lo más importante es que me encuentre al cien por cien. Si consigo eso, sé que voy a estar ahí delante.

Porte es ambicioso y dice que no lucha por otra cosa que no sea ganar el Tour. ¿Puede?

-A mí eso me parece. Solo se ha disputado una etapa de montaña y Nibali tiene mucha ventaja, pero no olvidemos que la sacó, la mayor parte, el día del pavés. Queda mucha carrera y, sobre todo, todos los Alpes y los Pirineos. Pueden pasar muchas cosas aún y hay corredores que todavía tienen mucho que decir, no solo Richie, sino otros también.

¿Y usted?

-Yo tengo que estar con Porte. Es segundo en la clasificación general, queda mucha montaña y también la última crono que le viene muy bien, con lo que aún podemos luchar por mejorar lo que tenemos.