Síguenos en redes sociales:

La baldosa de Bilbao: ¿“habla catalán”?

El influencer @elederiglesias protagoniza el video que recuerda el origen barcelonés del diseño y pone sobre la mesa la historia de una pieza que ya es un símbolo bilbaino

La baldosa de Bilbao: ¿“habla catalán”?Pablo Viñas

Si la baldosa de Bilbao hablara, lo haría en catalán, no en euskera”. Con ese gancho, el influencer @elederiglesias arranca uno de sus últimos videos hablando de uno de los iconos de la villa. La tesis central que plantea es válida: la baldosa bilbaina no surgió como un diseño totalmente original de la ciudad, sino que está inspirada en un modelo previo de Barcelona, el famoso panot de flor o flor de Barcelona, un motivo floral modernista muy extendido en las aceras del Eixample.

El influencer lo resume así: “Esta baldosa nos ha engañado a todos. Lleva con nosotros más de 70 años y sorpresa, su origen está en Barcelona”. En Bilbao la baldosa se fue implantando durante el siglo XX y se consolidó sobre todo a partir de los años cuarenta y cincuenta, cuando se generalizó en muchas calles y se convirtió en el pavimento típico de la ciudad.

Barcelona como precedente

La baldosa catalana, la original, nació hace más de 100 años. Fue diseñada por el arquitecto Josep Puig i Cadafalch”. El arquitecto modernista Josep Puig i Cadafalch, que lo habría creado a comienzos del siglo XX en un contexto de arquitectura ornamental, y que luego acabó adoptándose de forma masiva como loseta en Barcelona.

Baldosa de Barcelona

El salto a Bilbao

Pero claro, parece que un vasco la vio, le gustó, y en menos de un año ya estaba en Bilbao. ¿Pero quién fue el culpable? Pues hay tres hipótesis”. Aquí el influencer refleja bastante bien el estado real de la cuestión. No hay una versión única sobre quién introdujo la baldosa en Bilbao, y, efectivamente, circulan tres grandes explicaciones históricas.

Una sitúa el origen en una decisión municipal: el Ayuntamiento habría impulsado un concurso o una compra para renovar aceras y la loseta floral se habría adoptado como modelo estándar en plena posguerra. Otra defiende una vía industrial, vinculada a la fábrica La Moderna, especializada en mosaicos y baldosas hidráulicas, que habría visto el diseño en otras ciudades y lo habría producido para Bilbao. La tercera apunta a un protagonista concreto, el empresario Eduardo Sáenz Venturini, que habría iniciado la fabricación local ya en las décadas anteriores, detectando el potencial comercial del modelo.

En la memoria urbana bilbaina, las tres rutas han convivido y ninguna está completamente descartada.

El toque vasco

Existe un último detalle que hace que la baldosa de Bilbao sea única en todo el mundo… en Bilbao llueve mucho, así que alguien añadió canales de drenaje”. Bilbao adaptó el motivo floral para hacerlo más útil en una ciudad tan lluviosa como la villa. La baldosa bilbaina incorpora canales integrados en el relieve para evacuar el agua y evitar charcos.

Te puede interesar:

Con el paso del tiempo, la loseta dejó de ser solo pavimento y se convirtió en símbolo urbano, reconocible al instante, presente en la memoria colectiva y en todo tipo de referencias locales.