El Mundial de fútbol, el evento del balompié más esperado en todo el planeta (en los Juegos Olímpicos hay restricciones de edad), va a celebrar el verano que viene su 23ª edición con una organización que se va a repartir entre Canadá, Estados Unidos y México, siguiendo la intención reciente de la FIFA de que diferentes países se unan para acoger el torneo y así contentar a más estados.
Vuelta al verano
El Mundial de 2026 volverá así a su calendario habitual, entre junio y julio, dejando atrás la polémica última edición, que se adjudicó a Qatar (el dinero manda) y que obligó a trasladar la competición a noviembre y diciembre para evitar así el insoportable calor que hace en verano en el país asiático. Así, el 18 de diciembre de 2022 se celebró la final la ciudad de Losail, donde Argentina se impuso por 4-2 en la tanda de penaltis a Francia, después de haber terminado los 90 minutos reglamentarios con un 2-2 y la prórroga con un 3-3.
Reloj con cuenta regresiva
Pues bien, el 11 de junio de 2026 comenzará el próximo Mundial (terminará el 19 de julio) y por tanto este miércoles quedaba un año exacto para el inicio del evento. En Ciudad de México, una de las sedes, lo quisieron celebrar descubriendo un reloj que muestra una cuenta atrás regresiva con los días, horas, minutos y segundos que faltan hasta que el árbitro indique el arranque del primer partido del Mundial. Está instalado en el corazón de la capital mexicana, en el Paseo de la Reforma, frente al metro Auditorio Nacional y pretende convertirse en un lugar turístico que sirva a los turistas para hacerse fotos y a la ciudad para ganar en notoriedad.
Problemas con la lona
La jefa de Gobierno de Ciudad de México, Clara Brugada, fue la encargada de destapar el reloj quitando la lona que lo cubría, con la ayuda de otras autoridades y del exfutbolista italiano Alessandro del Piero. Pero el acontecimiento no salió tan bien como confiaban, ni mucho menos, como se puede ver en el vídeo, que se ha hecho muy popular en diversas redes sociales.
La alcaldesa realizó una cuenta atrás de 3, 2, 1, hasta comenzar a retirar la lona, pero lo que debería haber durado un par de segundos se prolongó durante unos 45 segundos, porque la tela no terminaba de caer. Se había quedado enganchada y no había forma de quitarla, provocando las risas de los presentes. Finalmente, con la ayuda de un trabajador, que ayudó a levantarla por detrás, lo consiguieron.