Miradas perdidas y con la impotencia estampada en el fondo de sus ojos y una atmósfera seca y oscura, se diría casi que propia de una ténebre noche de invierno en la mar, dan identidad al cuadro Por las víctimas del mar, obra invitada del Itsasmuseum, pintada por Valentín Zubiaurre, propiedad del Museo de Bellas Artes de Bilbao. Al parecer, según explicaba ayer el director del Itsasmuseum, Jon Ruigómez, con motivo de la exposición del Bellas Artes titulada Familia Sota. Arte y mecenazgo, les pidieron la cesión de la obra de Anselmo Guinea, Naufragio de la txalupa Josephita porque en él se ve el yate Goizeko Izarra de Ramón de la Sota. ¿Puede hablarse de un intercambio? Es posible.

La Obra Invitada establece un marco de colaboración entre el Museo de Bellas Artes de Bilbao e Itsasmuseum Bilbao que comenzó en 2018 con el doble objetivo de aportar dinamismo a la propuesta expositiva de Itsasmuseum Bilbao y de recontextualizar en sus salas obras singulares de la centenaria pinacoteca bilbaina, ofreciendo una perspectiva diferente, ligada al mar y a la historia marítima de Bizkaia.

Por las víctimas del mar, de Valentín de Zubiaurre, es la séptima obra del programa, después de la escultura El timonel, de Quintín de Torre, y las pinturas El grumete blanco, de Julián de Tellaeche; Bilbo MMX, de Jesús Mari Lazkano; El barco azul, de Mari Puri Herrero; Mal tiempo. Holanda, de Álvaro Alcalá Galiano, y, El puente de Burceña, de Aurelio Arteta.

Ella sabe todo y más sobre el arte vasco y sus entretelas. Ella es Miriam Alzuri, conservadora de Arte Contemporáneo y Moderno de la citada pinacoteca. Ayer impartió una charla sobre Valentín de Zubiaurre y su obra Por las víctimas del mar en el propio Itsasmuseum. A la cita acudieron, entre otros, Mikel Elejoste, quien al parecer guarda alguna relación con la familia Zubiaurre, Saioa Elejoste, Leire Aurrekoetxea, Mari Carmen Tomé, Ángel Comontes, Francisca Nieto, Begoña Goikolea, Koldo González, Javier Lorente, José Antonio Prado, Eli Aramburu y un buen puñado de hombres y mujeres que se acercaron a escuchar unas palabras casi húmedas y saladas, de tan cercanas como se pronunciaron alrededor de la obra y el autor. “Fue todo un goce”, reseñó una de las voces anónimas presentes. No hubo rebate.

Testigos de lo citado también fueron Begoña Martín, Idoia Onandia, Isabel Blanco, José María Ruiz, la artista Charo Garaigorta, durante muchos años ligada a Artium, Carlos Lozón, Jesús Ballesteros, María José Arrola, Mari Carmen Martínez, María Ángeles Ortube, José María Fernández, José Luis Martínez y otra gente que sabe que la obra está ubicada en la zona destinada al salvamento marítimo, las creencias y los avances de la técnica en la materia, un lugar muy coherente para una obra que quiere ser un homenaje a las personas que han perdido, y aún hoy pierden, la vida en la mar.