Cuando la música despliega sus alas por una causa benéfica alcanza una grandeza mayor si cabe. Llega entonces la música que mejor suena. Es por ello que ayer la parroquia del Carmen de Indautxu se convirtió en un templo donde se consagró la buena música. No en vano, la Orquesta Sinfónica de Bilbao comenzó el nuevo curso con un concierto solidario a beneficio de Cáritas Bizkaia. La BOS, bajo la batuta madrileña de Jorge Yagüe (este año la dirección de la orquesta irá intercambiándose entre batutas invitadas y se abrirá al estanque de las oportunidades hasta que se nombre una dirección fija...) y con la participación de la violinista zornotzarra Itsasne Alzola Garamendi, becaria de la Diputación foral de Bizkaia interpretó obras de Mozart y Dvorák. Para los amantes de la información más desmenuzada les diré que sonó el Cosi fan tutte, Obertura K. 588, el adagio para violín y orquesta en Mi Mayor KV. 261 y la sinfonía nº 41 en Do Mayor K. 551 Jupiter de Wolfgang Amadeus Mozart y la Leyenda nº 7 en La Mayor Op 59 y la romanza para violín y orquesta en fa menor Op. 11 de Antonin Dvorák. Todo un lujo.
En la subida a la parroquia aguardaban, a modo de bienvenida, Pablo Susa, Humberto Orán, Sonia Castilla, en nombre de Cáritas Bizkaia; Borja Pujol, director técnico de la BOS, y Marcos Fuente entre otras voces autorizadas.
A escasos metros de ellos la voz campanuda de Piru Azua, acompañada por Marisa Fernández, saludó a los violines de Alfonso Aldeanueva, Silvia Cantatore y Dan Caleb Alberganti, mientras cruzaban Mari Carmen Alonso, Begoña Garay y María Jesús González a paso apresurado para coger un buen sitio en el templo. También cerquita estaban Jesús María Peña, María Luisa Vascón, a quien todo el mundo conoce como Cuqui y J. Landa , personas prestas a escuchar el concierto. Con un punto de curiosidad se diría que hicieron lo propio la profesora del Conservatorio de Bilbao, allá en Sarriko, Rosa Gutiérrez, acompañada por alumnas como Oihane Alonso, Ainhoa Agudo y Marta Cara; Marta Agirre, vecina de Indautxu, caritófila y melómana empedernida; el periodista recordman de los Juegos Olímpicos, Ernesto Díaz (se hace complicado saber cuántos ha cubierto a lo largo de si vida...), Andoni Aiarza, que fuera jugador del Athletic; Juan Carlos Pérez, Miren Olaizola, Ana González, Amaia de la Torre, Vita Messina, colaboradora de Cáritas Bizkaia; la interiorista bilbaina Sol Agirre, Celina Pereda, recién llegada de Cuba; intérpretes de la talla de Samuel García, Patricia Ruiz, David García, Adriana Grigoras e Isabel Aragón; Alicia Santiago, Txupi Sanz quien no llegó a entrar aunque pasaba por allí, Elena García, Joseba Aranguren, Arantza Bilbao, Maite Urrutia, Arantza García, Alazne Múgica, quien entró asombrada por lo que para ella era un concierto sorpresa, Félix Igartua, Esperanza Pardo y un puñado de gente solidaria.