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El callejón de las botxerías

Multitudes a las puertas de Casa Rufo en Bilbao

El alcalde de Bilbao y la presidenta de la comparsa Moskotarrak entregan a Casa Rufo el premio Paraje Bilbaino

En imágenes: Multitudes a las puertas de Casa RufoBorja Guerrero

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TUVO que presentarse una pareja de policías municipales a recomendar atención a los vehículos que bajaban por el carril izquierdo de Hurtado de Amezaga. Con eso está todo dicho. El personal no cabía en la acera frente al restaurante Casa Rufo. Y se desparramaba por la calzada. Sucedió en torno a las siete de la calurosa tarde de ayer.

Era el día elegido por la comparsa Moskotarrak para hacer entrega al propietario del local, José Luis Pérez Landeta, del galardón Paraje Bilbaino. La afluencia de familiares, personalidades y amistades fue de tal calibre que todo quisque se sentía buen pimiento de Lodosa: asado y plegado junto al vecino dentro de la lata. De buenos pimientos, espárragos, hongos y cintas de txuleta sabe mucho José Luis. Treinta años en el oficio. Y de los que se lanzó a por la parrilla y el vacuno añejo en Bilbao cuando ese tipo de figones se podían contar con los dedos de una mano. Ahora son legión.

José Luis, además, supo mantener el aspecto y hasta el género del ultramarino del viejo Rufo. Le añadió la cuna para las brasas, los hierros, las mesas, el picader para partir la cinta del costillar. Y las ganas de satisfacer a su parroquia.

Por todo eso y mucho más, que valoró el ilustre jurado, tomó ayer de manos de Gloria Prieto, presidenta de Moskotorrak, y del alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, los símbolos de su distinción: la placa artesanal elaborada por Cerámica Loitz y un retoño de tilo, árbol señero de El Arenal de Bilbao. Integraron el tribunal la presidenta de Bilbao Basket, Isabel Iturbe; el artista Tomás Ondarra y el director del Museo de Bellas Artes de Bilbao, Miguel Zugaza.

Entre los congregados apareció el cinéfilo y crítico Alberto López Echevarrieta. “Rufo estaba antes de 1955 en el número 2 de Hurtado de Amezaga y se llamaba Cooperativa Cívico-Militar. ¿Y sabéis con qué se anunciaba? ¡Con cromos de cine!”, se respondió a sí mismo mostrando un cromo en color sepia de un olvidado actor meticulosamente engominado. En ese número de Hurtado de Amezaga levantaron la actual Torre Bizkaia. Y lo que sería Casa Rufo cambió de acera y subió unos cientos de metros hacia Zabalburu.

A Pérez Landeta le tocaron el txistu los de la Banda Municipal: Gorka Zabaleta, Idoia Kareaga, Sabin Bikandi, Asier García y Peio Irigoien. Y le bailó el aurresku el elástico Igor Zabala. El homenajeado jaleó los saltos del danzarín. Y ya después, cantó la del ladino francés que se llamaba Carbonel y montó una peluquería, a la vez que el otxote Txipli Txapla que ayer dirigía Borja Aizpurua. Otxote y premiado, cada uno desde su lugar. Pero Pérez Landeta cantó.

“Estoy completamente asustau, pero a gusto y bien. Muchas gracias”, subrayó el galardonado tras recibir la cerámica y el retoño de tilo. Se infiere que, para un bilbaino de su generación, asustado y emocionado viene a significar lo mismo. Eran tiempos para gente fuerte.

Se encontraba en Casa Rufo el exalcalde Ibon Areso, además de ediles como Amaia Arregi, Nora Abete, Asier Abaunza o Xabier Ochandiano. Ángel Rodrigo aprovechó para presentar a la electa Paula Garagarza a sus compañeros de corporación.

Entre la familia de José Luis, sus nietas y nieto: Zoe, Maite y Aren Ortuzar; sus hijos, Gaxen e Isusko; o sus nueras, Yolanda Conejo e Izaskun Merino.

Estaban los moskotarrak Luis Ángel Castresana o Pedro Pietro, además del presentador del acto, José Mari Amantes.. Tambien acudieron Amagoya y Asier Loroño, de la Orquesta Sinfónica de Acordeones de Bilbao; la historiadora María Jesús Cava, el cantante Iñaki Basabe, el artista Jujo Ortiz; el presidente de Destino Bilbao, Álvaro Díaz-Munio;Kepa Freire o Arturo Trueba, además de Alfredo Olarte, Borja Valbuena, Jabi Romanos, Alfons Albadalejo, Josemi Aizpuru, Marisa Gallardo, Iñaki Campo, Álvaro Díaz de Lezana o Javier de Blas.