ODO sucedió a las puertas del infierno, habida cuenta que el despegue del coronavirus está paralizando la ciudad, la propia vida. Resulta imposible averiguar qué sobrevivirá a su terrorífico paso, así que mientras la vida social de Bilbao (qué digo social, la propia vida sin más...) va amortiguándose y apagando la luz, presta a guarecerse en el refugio de la supervivencia, hay asuntos que se producen sin saber muy bien si tendrán continuidad.

Hechas las presentaciones de la situación actual, tan incierta, diré que la crónica de hoy nació el pasado miércoles por la noche, cuando el Teatro Arriaga, hoy cerradas sus producciones, acogió el cóctel inaugural del festival de Loraldia, una asociación cultural que tiene su fuente de inspiración en los Juegos Florales promovidos por Anton Abbadia en 1879 adaptados a un modelo actual y contemporáneo (siglo XXI) que se materializó en 2015 en formato de festival, celebrado en Bilbao en primavera. Gracias al éxito de aquella primera edición del festival y las expectativas que el mismo despertó en el sector cultural vasco, el equipo promotor decidió plantear un proyecto más ambicioso que tuviese una identidad como asociación cultural sin ánimo de lucro y de esta forma el proyecto Loraldia Festibala pasa a adoptar la forma de Loraldia Kultur Elkartea en diciembre de 2015.

Entremos ya en harina. Vistos los primeros espectáculos, el foyer del Teatro Arriaga acogió el cóctel inaugural, donde Jorge de la Herrán, Imanol Agirre, Amaia Ocerin, Marina Barredo y Mikeldi Uribe-Etxebarria, impulsores de Loraldia, dieron la bienvenida a los asistentes. Entre ellos se encontraban la directora de Cultura del Gobierno vasco, Aitziber Atorrasagasti; la diputada de Cultura, Lorea Bilbao; el director general de Cultura, Andoni Iturbe;Xabier Arauzo,Unai Molina, diseñador de Loraldia; las actrices Loli Astoreka, Maribel Salas y Esther Velasco; Itziar Rodríguez, Mikel Etxebarria, Iñaki Bengoetxea, Josune Muñoz, Carmen Azkarate y un buen número de asistentes al brindis.

El lema de la sexta edición del festival es Hamaika desira! y su objetivo general estaba anunciado como el de destacar los nombres propios de la creación vasca y sus nuevas propuestas; llegar a nuevos públicos y ahondar en la memoria, para aprender de los referentes y generar nuevas propuestas innovadoras. De todo ello y del tan traído coronavirus de marras hablaron, durante el cóctel o al marcharse del teatro, que de todo hubo, Miguel Olabarria, Izaskun Urrutia, Xabier Lexartza, Ainhoa Basterra, Itziar Belasko, Jokin Argote, Garikoitz Zarate, Felipe Antón, Ana Viñals, Asier González, Jone Goirizelaia, Madalen Zalduendo, Igor Zaldua y un buen puñado de gente que acudió a los primeros compases del festival con la ilusión intacta. La calle y sus avatares ya se encargarían de amargar la fiesta.

El Teatro Arriaga acogió, en la noche del miércoles, el cóctel inaugural de Loraldia, un festival que gira alrededor de la cultura