NO hay una fuerza más bruta que la de un guerra, cualquier guerra. Ara Malikian tenía 14 años cuando la música le salvó la vida al tener que huir de la guerra. Abandonó Beirut a esa edad con un violín a cuestas y dejando a su familia atrás. Ahí comenzó su victoria. Desde entonces ha vivido como un nómada. A lo largo de su ya extensa carrera ha conseguido acercar la música clásica a todos los públicos, manejando todos los géneros sin prejuicios, desde Bach a Led Zeppelin, con la multiculturalidad por bandera.

De estas y otras historias da noticia el documental Ara Malikian, una vida entre las cuerdas, rodado por Nata Moreno, la cineasta que ayer se acercó a la jornada sobre cine que se enmarca en la tercera edición del club cultural Por Amor al Arte con la proyección del documental en la sala Yimby de la calle Ercilla. Lo presentó la concejala Gotzone Elordui, quien recordó que "oír tocar a Malikian es fantástico, pero escucharle hablar lo es aún más". Elordui apeló al Bilbao que reivindica la cultura y a los ancestros de la cultura vasca. Tras la proyección, Nata entabló un diálogo con César Coca e Itxaso Elorduy, vestida como un ave fénix en rojo. El auditorio estaba a rebosar. No en vano, la cinta acaba de obtener el Goya al mejor documental, además del Premio Forqué al mejor largometraje documental. Cuenta maravillas y eso siempre atrae.

Nata Moreno decidió embarcarse en este proyecto hace cinco años, tras recibir 25 cajas que aúnan toda la carrera de Ara Malikian desde que tenía 4 años: grabaciones, fotografías, casetes, cintas súper 8, pinturas, libros, libretos de óperas, premios y violines. Tras ordenar el material, Moreno descubre en él una historia, el universo de una familia marcada por el exilio, el genocidio, la guerra de Líbano y la música como elemento unificador y salvador. Y la ha contado.

iMán y asombro La figura de Malikian atrae con la fuerza de una piedra imán y desata el asombro a quien la ve y la escucha. Marian Sandoval, alma de Yimby, miraba cómo el atrio iba poblándose de espectadores. A la cita se sumaron Iratxe Narváez, José López de la Manzanara, Beatriz Marcos, las actrices Maribel Salas y Sol Maguna, Jujo Ortiz, Pilar Trigueros, Rosa Azkarate, Arantza Elorriaga, Dani Olmos, Carolina Álvarez, Leticia Varela, Andoni Aldekoa, Pilar Olabarria, Miren Ugarte, Gabriela Arribas, Cristina Salazar, Ana Zumarraga, Elena Canillas, Cristina Goikoetxea, emisaria del periódico Bilbao, Adriana Carrasco y Pilar Gutiérrez, entre otros.

Fue todo un despliegue de sillas en ese espacio singular. Allí se dieron cita, además, Mercedes Zumarraga, Aitziber Arruabarrena, Marina Álvarez, Óscar González, Macarena Bergareche, Ana García, Izaskun Mendizabal, Idoia Hernández. Miren García y una corte de gente que ama el arte sin desmayo.