Donde la industria no llega, sí lo hace Gorka Urruzuno. Natural de Ondarroa, el farmacéutico de Gatika es un referente en el desarrollo de medicamentos dermatológicos personalizados. Por eso acaba de recibir el Premio Nacional de Formulación Magistral Gedefaf 2020 que concede el Grupo de Dermatólogos y Farmacéuticos Formuladores de España, destinado a propuestas de medicamentos personalizados en el ámbito de la dermatología y que la industria no fabrica.

"El premio ha sido para mí y para otras tres personas del equipo. La verdad es que no lo esperaba porque hay gente muy buena en este sector", indica. Un galardón que reconoce una exitosa trayectoria y una decidida apuesta por la elaboración a la carta.

No en vano, crecer entre recetas y medicamentos marcó su vida. En su Ondarroa natal aprendió el oficio familiar. "Mi padre era un referente de la zona en formulación magistral. Solían decir que farmacéuticos había muchos, pero boticario sólo uno", recuerda. Los vecinos de la localidad costera confiaban en sus fórmulas y remedios para aliviar cualquier mal. Un oficio que aprendieron tanto él como su hermano mayor, para después tomar su testigo. "Desde joven tuve claro que quería ser farmacéutico. Me gustaba el mundo biosanitario y, aunque en un principio pensé en hacer Medicina, al final me decanté por Farmacia", desvela.

De este modo, tras la jubilación de su padre, los hijos tomaron las riendas del negocio familiar. "Hemos estado durante diez años como cotitulares de la farmacia", apunta. Hasta que en 2018 llegó el momento de separar sus caminos. "Mi hermano se quedó en la farmacia de Ondarroa y yo vine a Gatika. Buscaba una farmacia pequeña donde poder instalar el laboratorio", explica.

Desde el principio fue "muy bien acogido" y ahora los vecinos disfrutan de su contrastada labor. Una dedicación plena por la creación que busca dar respuesta a donde la industria no llega. "La escasa viabilidad económica por el bajo número de pacientes, la corta caducidad de un medicamento, el desabastecimiento o, simplemente, porque un medicamento comercial cuenta con algún componente que el paciente no tolera, son algunas de las razones por la que profesionales como yo se deciden a desarrollar este tipo de fórmulas personalizadas", confirma. "Siempre va a haber un 1% que no le compensa a la industria. Por ejemplo, algunos medicamentos para la tensión de los niños", añade.

En este sentido, su dedicación plena por la formulación magistral se desarrolló a raíz de un cambio de ley en 2003. "Mi padre siempre había hecho formulación magistral, pero tras el cambio de normativa fue cuando me dijo que me encargase yo porque por entonces tenía ya 60 años. Así que adaptamos el laboratorio y pusimos una farmacia de nivel 3", rememora.

A partir de ese momento comenzaron a crecer. "Empezamos haciendo una o dos fórmulas al día y ahora hacemos entre setenta y ochenta", destaca. Y, en el caso de jarabes pediátricos, "diez al día". Además, producen para 400 farmacias" de las 1.200 que hay en Euskadi. Elaboran todo tipo de soluciones, cápsulas, comprimidos, colirios, etc. adaptadas a las necesidades del paciente. "Hay gente que nos pide que sean sin lactosa porque son intolerantes", señala a modo de ejemplo.

Por último, participa en congresos para dermatólogos y farmacéuticos, y es profesor del máster de elaboración y desarrollo de medicamentos individualizados de la Universidad CEU Cardenal Herrera.