lezama - El tiempo no se detiene y deja su huella en cuerpos, paisajes, personas... También, por supuesto, en los edificios. Son varias las construcciones que se han visto deterioradas con el paso de los años, por lo que en muchos casos es necesaria la intervención para su mantenimiento o, simplemente, para hacerles un pequeño lavado de cara. Es el caso de la casa consistorial de Lezama, cuyas obras de rehabilitación finalizarán en breve.

Desde finales de noviembre y hasta hace un par de semanas, los andamios cubrían prácticamente la totalidad del edificio, ya que ha sido necesario actuar en toda la fachada e incluso en el tejado. Asimismo, todas las ventanas han sido sustituidas, ya que las anteriores databan de la época de la construcción del edificio, por lo que se el ahorro en la calefacción resultará muy notorio. Con una inversión cercana a los 225.000 euros, un detalle sobresale en el proyecto: el mural dibujado en uno de los laterales del inmueble, que plasma una imagen tomada hace más de cien años. El 26 de abril de 1914 fue fundada la primera casa consistorial de Lezama, por lo que el actual gobierno municipal ha tratado de rememorar el pasado y hacer a su ciudadanía retomar sus raíces, ya que la construcción que protagoniza la obra pictórica fue bombardeada en 1937, durante la Guerra Civil.

El bilbaíno Miguel Atutxa y la donostiarra Iciar Nieto han sido los artífices de dibujar en la pared el primer Ayuntamiento de Lezama. Ella estudió diseño artístico en Mondragón, mientras que él se dedicaba anteriormente a la pintura industrial aunque también tuvo, desde joven, una gran relación con el mundo del grafiti y el arte urbano. “Ambos sabíamos cómo pintar cosas significativas y originales en paredes de edificios o de la calle, así que decidimos dar el paso juntos y crear una entidad para poder dedicarnos a ello de manera íntegra”, explica Miguel. Desde que se atrevieron a emprender el ilusionante proyecto en 2011, la empresa ha ido creciendo y actualmente son varios los Ayuntamientos y entidades que solicitan sus servicios. “Comenzamos a hacer murales y rotulación, pero poco a poco la gente nos ha ido conociendo y nos han llamado de más lugares. Incluso pintamos las paredes de un parque para el Consistorio de Denia, pero normalmente trabajamos más en el territorio de Euskadi.

En el caso de Lezama, “el gobierno municipal ya nos conocía porque hicimos de jurado en un concurso de grafiti que se llevó a cabo en el municipio”, declara Iciar.

La principal característica que hace a Gora diferente del resto de empresas del sector es el exhaustivo trabajo de diseño y planificación previa a la ejecución del producto. Miguel concreta que el conocer bien al cliente y sus intenciones resulta esencial para lograr una obra de éxito: “Cuando los clientes contactan con nosotros tratamos de reunirnos con ellos mínimo dos veces para poder adaptar el diseño a su gusto. Una vez conocido el mensaje que desean transmitir, además de la superficie en la que tendremos que desarrollar el proyecto, ponemos nuestra creatividad a trabajar y es cuando salen todas nuestras ideas. Después, les mostramos nuestro diseño y cuando nos dan luz verde nos ponemos manos a la obra”, describe uno de los artífices de la composición que rinde homenaje a la historia de Lezama.

A mano La magnitud de sus obras supone a veces una dificultad para Miguel e Iciar, ya que son ellos mismos quienes se encargan de ejecutarlas. “Nosotros mismos realizamos todo el trabajo. Desde contactar con las empresas de andamios o plataformas elevadoras, que suelen ser indispensables para poder llevar a cabo nuestra labor, hasta a pintar nosotros mismos los murales. Recordamos con mucho cariño trabajos de gran envergadura como el frontón de Bedia y otras en las que nos tocó darle más a la cabeza y tratar de presentar y pintar un diseño bonito, práctico y a la vez viable”, confiesa Iciar.

En resumidas cuentas, la clave del éxito de Gora reside en la planificación y en el prestar mucha atención en todos los factores que influyen, para poder conseguir un resultado que capte la atención de los viandantes, como sucede en Lezama.