Orozko - Todo comenzó, cuando solo tenía cuatro años, como un juego. Su hermano, seis años mayor que ella, practicaba kick boxing “y de tanto ir a verle con mis padres, me empezó a gustar y dije que yo también quería hacer eso”. Una década después, el palmares de la orozkoarra Izaro Blanco da buena muestra de su capacidad y talento para este deporte de combate de origen japonés y desarrollo occidental que combina boxeo con técnicas de patada de artes marciales como el karate y el muay thai. “Con 8 o 9 años, gané mis primeros Campeonatos de Euskadi, lo que me permitió acudir al Campeonato de España. A partir de ahí, la verdad es que me han ido muy bien las cosas”, afirma.

Su último gran éxito es muy reciente. El pasado 31 de agosto se proclamó subcampeona de Europa en la modalidad de kick light en la categoría cadete de 14 y 15 años de +65kg. Miembro de la Selección Española de Kick Boxing e integrante del club Yin-Yang en Vitoria-Gasteiz, logró superar a sus rivales de Croacia en cuartos de final y a los de Polonia en semifinales pero, lamentablemente, no pudo disputar el oro en la final ya que una lesión en el pie le impidió subir al ring por prescripción médica.

En esta modalidad, Izaro Blanco dominó todos sus combates con gran inteligencia y estrategia ante unas duras rivales que la superaban en altura y envergadura. Su punto fuerte fue el trabajo de contraataque y, sobre todo, su actitud. “Me preparé mucho y muy duro para estar en perfectas condiciones para este campeonato. Iba muy mentalizada. Sabía lo que tenía y quería hacer. Era consciente de que en 4 minutos de mi vida me jugaba todo lo que había entrenado y tenía que aprovecharlos”, explica. Y a pesar del duro contratiempo que le impidió disputar la final, Izaro asegura sentirse muy satisfecha con el resultado obtenido. “No temía a la rival. Tenía la esperanza de poder ganar pero ante un desgarro o distensión en un tendón, lo mejor era no asumir riesgos. Lo primero es la salud”, afirma con madurez.

No fue la única medalla que se colgó al cuello en el Campeonato de Europa de la WAKO (Asociación Mundial de Organizaciones de Kick Boxing) celebrado del 23 de agosto al 1 de septiembre en el Audi Arena de Gyór (Hungría) y que contó con la participación más de 400 deportistas de las categorías Infantil (12-13 años,) Cadete (14-15 años) y Junior (16-17-18 años) de una treintena de países. Izaro Blanco también disputó la modalidad de Light Contact donde ganó todas las eliminatorias hasta la semifinal contra la competidora de Hungría. Fue en este combate donde la joven se lesionó y no pudo luchar por estar en la final pero consiguió la medalla de bronce en su categoría (+65 kg). “Fui la única representante de Euskadi y me vine con dos medallas, una plata y un bronce. Eso es mucho y estoy muy contenta”.

Su primera participación en un Mundial fue en 2016 en Dublin y quedó quinta y, hace ahora un año, Izaro Blanco ya vivió una gran experiencia personal y deportiva en el que tuvo lugar en la localidad veneciana de Jesolo (Italia). “Me alcé con el subcampeonato de la modalidad de Kicklight en la categoría junior”, recuerda. Su potencial está, por tanto, fuera de toda duda y tiene claros sus objetivos para esta nueva temporada. “Quiero moverme internacionalmente, acudir a algún Open para seguir ganando experiencia. Pero sobre todo, llegar bien preparada al Campeonato de Euskadi para poder clasificarme para el Campeonato de España. Mi siguiente gran reto es que me seleccionen para el Mundial que se disputará en Serbia en 2020. A ver si a la tercera, llega la medalla de oro”.

Falta de ayudas Las mieles de estos destacados triunfos de Izaro Blanco se ven, sin embargo, empañadas por la falta de ayudas y de patrocinio. “Puedo participar en competiciones importantes y seguir avanzando en este deporte gracias al esfuerzo de mi familia que me apoya y sufraga económicamente los gastos”, declara. A pesar de acudir a campeonatos relevantes y lograr subir al podio, “he pedido muchas ayudas y no llegan porque esto no es fútbol y, además, soy mujer”, lamenta al tiempo que solicita “más apoyo para un deporte que “poco a poco, practicamos más gente”.