BERMEO. Asegura que no participará en el Sukalki Eguna que hoy teñirá de mahón la Tala de Bermeo en plenas fiestas de Andra Mari y Santa Eufemia. Al menos no lo hará con alguna cazuela. No obstante, el bermeotarra Juan Ramón Duque estará bien presente. Lo estará con el galardón del concurso gastronómico, una obra exclusiva diseñada y tallada por él, carpintero “desde que empecé en ello con 13 años”. Fue mucho más recientemente cuando aceptó el encargo de hacer del premio gordo del sukalki una obra de arte. “Hace cuatro años que empezamos a hacerlo, ya que la organización prefiere dar un trofeo diferente al ganador, que no sea la típica copa de metal”. Dicho y hecho, sus trabajos han servido durante este tiempo para reconocer la mejor elaboración.

“Me pidieron desde Eleizalde Ikastola -organizadora del Sukalki Eguna-, a ver si me animaba a hacer algo diferente a lo de siempre. Y desde entonces ahí ando, diseñando obras diferentes año a año. Para mí es un gusto poder echarles una mano”, señala. Tanto que no cobra por su labor. Paciencia y buena mano le son necesarias para su trabajo, pero es algo que Duque, que firma como Txertu -su segundo apellido es Txertudi- sus obras, tiene de sobra. “He trabajado en la carpintería tanto, y siendo autónomo, que no fue hasta jubilarme cuando empecé a hacer lo que me daba la gana. Siempre tuve ganas de hacer mis obras, pero la falta de tiempo no me lo permitía”. Jubilado, y pasado el negocio a sus dos hijos, el bermeotarra empezó a elaborar obras artísticas. Y es que el arte es una de sus principales pasiones: saxofonista y director en la ya desaparecida banda local de música durante largos años, participa activamente en Barrueta Arte Elkartea. Y pinta, “que también tiene lo suyo”, ahonda.

“La ikastola me pide que haga la obra, pero nunca qué es lo que tengo que hacer”, incide sobre unas creaciones en las que, evidentemente, tienen como eje central el Sukalki Eguna. “Siempre hago referencia a ese día, como una cazuela, tenedor, cuchara? La verdad es que me dan total libertad”, remarca, “lo que es de agradecer. Para mí no es una obligación, sino que es un placer colaborar con la ikastola”, apostilla.

En lo que respecta a invertir horas, Duque lo tiene claro: “Sí, es verdad que meto muchas horas, pero es algo que me gusta. No sabría decirte lo que me cuesta, quizás entre 40 o 50 horas”, señala. Primero la idea, luego el dibujo en forma de boceto, y después “manos a la obra”, así resume su forma de trabajar. La elección de los materiales también le quita tiempo. “Pero es algo que hago a gusto, con la idea de colaborar. El trabajo se hacerlo desde hace mucho años, ahora le pongo un toque más artístico”, agrega.

Duque desconoce dónde pueden acabar sus obras. Al menos, él intenta ponerles su sello personal y salirse de la tradición de entregar copas a quienes ganan el Sukalki Eguna de Bermeo. “Son piezas únicas”, que también elabora para otros acontecimientos artísticos en la villa marinera, con la exposición colectiva Azalien de Barroeta Arte Elkartea, que se suele celebrarse en octubre. De hecho, ya está elaborando la pieza con la que tomará parte. También anda atareado con otra elaboración en madera que, por ahora, es mejor no desvelar. Pero lo cierto es que Duque aporta su granito de arena a una jornada que llenará de buen ambiente su pueblo.

Desde las 11.00 hasta las 17.00 horas, cuando se proceda a la entrega de premios, la Tala se llenará de cuadrillas, que elaborarán un sukalki en el que el sello de la sostenibilidad va ganando terreno. Y es que la organización dispondrá de diferentes medidas para cuidar el entorno, como contenedores especiales para el reciclaje. Posteriormente, y acompañados por fanfarreas, los presentes bajarán al puerto, donde se disputarán las regatas. La acción la pondrá después los correfocs de El Dimons de Morella, desde la calle Esparru. Oxabi y Bad Sound System darán fin al día festivo.