A Cruz Roja de Gernika-Lumo plantó cara a la crisis generada por el coronavirus incrementando sus actuaciones para tratar de paliar los efectos de la pandemia en Busturialdea. Con la localidad foral como centro de operaciones pero actuando también en núcleos de población más dispersos en el resto de Urdaibai, durante las tres primeras semana de la pandemia, en los días más duros del confinamiento entre marzo y abril, la entidad proveyó de alimentos a 125 familias, con un total de 357 personas, mediante su programa de reparto mensual. Colaborando con las instituciones públicas de la CAV -Gobierno vasco y Diputación- y tras activar su plan Cruz Roja Responde, la ayuda se erigió en un sostén básico para las familias con menos recursos de la zona.

El reparto de alimentos mensual, una tarea que ya realizaban con anterioridad pero que se vio incrementada exponencialmente por el covid-19, es tan solo una porción de las actuaciones que llevaron cabo. No en vano, la Cruz Roja gernikarra también efectuó llamadas diarias a las personas mayores que viven solas o que padecen de diversidad funcional durante la época más dura del coronavirus. “Son un total de 86 personas”, apuntaron. En lo que respecta al reparto de medicinas y las compras de alimentos a domicilio, efectuaron 14 y 16 actuaciones, respectivamente. “Asimismo, también contamos con un kit de alimentos de urgencia, para aquellas familias que necesitan de alimentos de un día para otro. Se ha atendido a 12 familias”, según revelaron. Pero también realizaron otras actuaciones, como la gestión de residuos a domicilio, acompañamientos a hospitales, servicios de transporte adaptados o traslado de enseres a centros sanitarios.

“Hemos notado un incremento con respecto a otras fechas del año”, evidenciaron, al igual que la lista de voluntarios que les apoyaron, que fueron 27 personas. “Tenemos un trato diario con la Mancomunidad de Servicios Sociales de Busturialdea. Hacemos labor de puente. Hay personas y familias que acuden allí y los derivan a nosotros, al igual que nos viene gente aquí y la derivamos a Servicios Sociales. Además, también tenemos programas sociales compartidos” desde antes de que explotara la crisis del coronavirus y el posterior confinamiento de la población, tal y como señalan. Y tratan de llegar a todos los sitios, pese a las dificultades. “Del reparto de alimentos mensual, un 20% lo hacemos en sus propias casas”, certificaron, a la par que agradecen la colaboración prestada desde la residencia Calzada u otras entidades. Por último, también han colaborado en otras situaciones, como el reparto de las mascarillas.

José Mari Elordui, responsable de la Cruz Roja gernikarra, agradeció el premio señalando que “aún queda trabajo por hacer”, no sin antes afirmar que el “verdadero tesoro” de la entidad “son quienes trabajan y colaboran con nosotros, que simplemente tratamos de dar ayuda a todo aquel que lo necesita”.