La plataforma ciudadana Güeñes Bizia reclama que se imponga a Glefaran “la ley que los científicos dicen que protege a los vecinos”, guardando una distancia de “al menos cinco kilómetros de la población”. La reivindicación se repite otra vez después de que el lehendakari afirmara en respuesta a preguntas planteadas por la ciudadanía que la planta de biomasa ubicada entre Güeñes y Zalla “cumple” los requisitos medioambientales marcados por la Unión Europea “como han acreditado los técnicos de medio ambiente y, por tanto, el Gobierno vasco “no puede paralizarla cautelarmente” en tal caso.

En un boletín informativo difundido a través de las redes sociales, la agrupación vecinal asegura que la planta “no cumple la normativa europea”, ya que “dicha normativa establece el límite para emisión de partículas en treinta y el límite que el Gobierno vasco le permite a Glefaran es de 75”. Lo atribuyen a que “en su momento se las ingeniaron para transmitirle a Glefaran la antigua autorización ambiental integrada de Pastguren, aduciendo que se trataba de una continuidad de la anterior actividad” de la papelera, que “llevaba cuatro años cerrada”.

Por todo ello, después de más de cinco años de quejas de los vecinos y varias manifestaciones solicitan a Lakua “que se aplique el principio de precaución y cautela reconocido por la OMS” para que se adopten medidas si existe riesgo para la salud y anuncian que “demostraremos, una vez más, que la empresa miente al Gobierno vasco y que ambos mienten la ciudadanía”.

Estudio del aire

Entre tanto, los ayuntamientos de Güeñes y Zalla confían en ofrecer pronto noticias sobre el estudio de calidad del aire de ambos municipios, cuya elaboración se anunció justo antes de que la pandemia alterara la agenda pública. El investigador Xabier Querol del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del CSIC, y el Grupo de Investigación Atmosférica de la Universidad del País Vasco coordinan el trabajo.