Sencillo, cercano, afable, paciente con sus pupilos, empático... En definitiva, "una buena persona" que sentía pasión por el Athletic Club y sacar a la luz nuevos talentos. Cualidades que se repitieron en boca de sus allegados ayer miércoles en Galdames en el emotivo homenaje a Jesús Bilbao, responsable del fútbol base de la entidad rojiblanca en la comarca. Fallecido el pasado 31 de marzo a los 69 años, el director deportivo del mini Lezama encartado dispone ya de su "palco de honor" en campo de fútbol de La Aceña, que ha sido rebautizado con su nombre. "Quiero pensar que está por aquí para seguirnos de una manera discreta y silenciosa, como él era", señaló su sobrina, Beatriz Kastresana, durante el acto en el que se descubrió un monolito en su recuerdo.

Desde que se conoció su muerte "nos han abrumado las muestras de cariño tan impresionantes" por parte de muchas generaciones de futbolistas a los que entrenó. "Dedicó la mayor parte de su vida al fútbol. Primero, como jugador en su municipio natal de Zalla y después en Getxo y Sestao", rememoró Rafa Dehesa, representante de las delegaciones de la cantera distribuidas por territorio vizcaino. Más tarde, "estando como responsables de Lezama Koldo Aguirre y Txetxu Aranguren y de la mano de Ángel Nogales se fundó el mini Lezama de Galdames, al que dedicó toda su vida, hasta que nos dejó". Empezó a entrenar a los jóvenes "en 1976 en Aranguren y en 1998" la actividad se trasladó a Galdames", apuntó el directivo del Athletic Goyo Arbizu. Allí, en 2007 "en colaboración in el Athletic Club, la Peña Galdames Athletic y el Ayuntamiento se creó el mini Lezama de Enkarterri con dos equipos de alevines de primer y segundo año para participar en la liga integrada en la sección de deporte escolar de la Diputación Foral de Bizkaia", apuntó Pedro Díaz, presidente de la peña. Finalizados los dos años de contacto con el balón, "desde 2019 pasan a los clubes de Balmaseda, Zalla y Balmaseda". Los clubes de fútbol encartados "nos hemos beneficiado del trabajo de una persona afable y muy cariñosa al que, en una palabra, catalogaría de formador porque eso era, mucho más que un entrenador", definió el presidente del club de fútbol de la villa, Vicente Ugarte.

Los que le conocieron "sabemos que transmitía sinceridad y generosidad", elogió. "Gracias, compañero, por tu compañerismo, ilusión y constancia, por haber situado bien alto el nombre de la localidad. Estamos orgullosos de continuar con tu legado y gracias al Ayuntamiento de Galdames por ayudar al mantenimiento de las instalaciones", indicó en presencia de centenares de personas que acudieron a las instalaciones a pesar de la lluvia.

"Nos hemos volcado con el homenaje porque es una figura insustituible en Galdames y Enkarterri. Aquí hemos vivido muy buenos momentos con él", evocó la alcaldesa, Raquel Larruskain, así que "estamos satisfechos de contribuir a que su recuerdo permanezca". Una herencia que se traduce en "humildad, educación y compañerismo", enumeró Adrián González, técnico de la peña, que no pudo contener las lágrimas. "Doy las gracias por haberte conocido y estarás con nosotros siempre", se despidió. Sus hermanas, Mari Ángeles y Mari Carmen, y otros parientes se mostraron conmovidos por el cariño que le profesa "la familia que él eligió" en palabras de su sobrina Beatriz.

"Ha sido un honor y un placer ser muy, muy amigo de una persona buena", coincidió José Ángel Iribar. A nivel del Athletic "le queremos, admiramos y respetamos" y compartían su entusiasmo "cada vez que veía a alguien que despuntaba". Andoni Goikoetxea coincidió con él "cuando yo tenía 15 años, el jugaba en el Zalla y yo en el Arbuio, era buen futbolista y, por supuesto, una persona entrañable, de las que ya casi no hay".