El verano ha enseñado que "la gente está optando por salir a espacios naturales sumando los museos a los planes y La Encartada dispone de mucho espacio tanto en el jardín como en las estancias diáfanas de la antigua fábrica, lo cual facilita la aplicación de los protocolos", reflexiona Asier Madarieta, director de la entidad foral Bizkaikoa, gestora de la antigua fábrica textil. Además, "la cercanía con Balmaseda" permite prolongar la excursión, consolidando nuestra "buena posición" para atraer visitantes en un entorno seguro. En este sentido, el otoño llega cargado de propuestas para disfrutar en familia, con visitas los domingos.

Los días 18 de octubre y 29 de noviembre se pondrán en marcha txiki telares que servirán a los más pequeños para aprender el proceso de creación de mantas en la antigua fábrica y a tejer de forma manual. El 1 de noviembre y el 13 de diciembre conocerán cómo la lana llega a transformarse en una txapela y crearán una oveja de lana y papel que podrán llevarse de recuerdo. Los días 15 de noviembre y 20 de diciembre profundizarán de una forma amena en las diferencias entre la producción artesanal e industrial interactuando con el patrimonio. Todas las actividades comienzan a las 12.00 y duran en torno a hora y media. Por las restricciones de aforo es imprescindible formalizar reserva previa poniéndose en contacto con el museo en los teléfonos 94 680 07 78 ó 688 784 534 o bien enviando un correo electrónico a laencartada@bizkaia.eus.

JORNADA EUROPEAS DEL PATRIMONIO

Por otro lado, La Encartada participa en las actividades de las Jornadas Europeas del Patrimonio correspondientes a Balmaseda. El museo cuenta con una exposición temporal de visita libre sobre la escuela a la que asistían los hijos de los empleados de la fábrica centrándose en las diferencias de género entre el alumnado a principios del siglo XX que se podrá apreciar hasta en los libros escolares que se heredaban entre los estudiantes. Asimismo, los sábados de octubre desde las 13.00 horas la muestra se podrá complementar con las explicaciones sobre este servicio, que se impartía en un edificio construido como capilla con los gastos educativos sufragados por la propia empresa.

La pandemia ha obligado a "reducir el aforo de los grupos de visitas guiadas por el covid y eso se nota" en el balance de turistas, pero hay que reforzar las medidas de seguridad y salud", incide Asier Madarieta. Además, "en La Encartada las visitas han de ser guiadas sí o sí porque apenas hay paneles explicativos por el deseo de mantener el valor patrimonial del museo, para entender las características y el proceso de producción hay que ir con guía en recorridos que duran una hora como mínimo, lo que limita mucho la afluencia", razona el director de Bizkaikoa. Hace un balance positivo de la temporada alta de turismo. Aunque junio "empezó flojo, en agosto ya estaba igual o incluso más de asistencia que el año pasado". Influye también el tirón de que La Encartada forme parte de la red europea de patrimonio industrial, "que nos da repercusión a nivel continental".

Además, el museo confía en poder celebrar en el último trimestre del año los encuentros de moda aplazados en mayo. "Lo estamos preparando de acuerdo a las condiciones de hoy día, es posible que con un formato diferente porque, por otra parte, los viajes desde el extranjero de profesionales del sector se complican", concluye.

"Junio empezó flojo, pero en agosto ya vino incluso más gente que el año pasado"

Director de Bizkaikoa