El humo amarillento que se pudo ver algunos días en la central de ciclo combinado que tiene Iberdrola en Santurtzi se debió al proceso de arranque del grupo tras un tiempo de inactividad. Al menos, según ha podido saber DEIA, así lo ha trasladado al Ayuntamiento el departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco en una carta. En ese proceso de arranque de las instalaciones tras un parón de actividad se produce una mayor concentración de dióxido de nitrógeno, un compuesto químico conformado por nitrógeno y oxígeno que tiene un color amarillento, el mismo que se pudo ver en algunas jornadas de agosto en la central santurtziarra.

Y es que, estos gases se hacen más visibles durante el arranque de las turbinas de gas de la central hasta que esta alcanza la estabilidad de la combustión. Normalmente, se intenta que estos procesos de arranque de las centrales duren el menor tiempo posible, siempre y cuando sea el suficiente para alcanzar las condiciones térmicas necesarias para que las instalaciones tengan un correcto funcionamiento. En el arranque de las turbinas de gas no solo se genera dióxido de nitrógeno, sino que también se emite monóxido de nitrógeno, una sustancia que al salir a la atmósfera es transparente.

Todo ello daría explicación a lo sucedido durante el pasado mes y que fue motivo de la interposición de una queja del Ayuntamiento de Santurtzi ante el Gobierno vasco. Tal y como anunció la institución local marinera en un comunicado a inicios de la presente semana, la interposición de esta queja ante Lakua tenía como propósito que se explicase el porqué de estas emisiones amarillentas y, en su caso, si fuese necesario aplicar medidas correctoras, que estas fuesen comunicadas al Consistorio marinero.

Por otro lado, los análisis de la calidad del aire realizados en la zona entre los días 17 y 26 de agosto han arrojado resultados normales. En este estudio de calidad del aire se han tomado las emisiones medias de monóxido de nitrógeno y de dióxido de nitrógeno.

En ambos casos, las emisiones medias diarias han estado por debajo de 40, lo que, según los baremos establecidos, significa que la calidad del aire en aquellos días fue muy buena. Estos resultados proceden de la cabina de la propia central desde la que se hace un seguimiento monitorizado de las emisiones y con las que, cada día, se realiza una media en la que no se incluyen los datos de los procesos de arranque y parada de las instalaciones. A esos resultados que ha arrojado el estudio del aire en la cabina de la propia central, hay que añadir los análisis que se han realizado en las cabinas ubicadas en el Serantes y el puerto de Zierbena, estudios que han dado valores muy similares y fluctuaciones de las emisiones que están en los parámetros normales.