EL 5 de febrero es un día especial en Barakaldo, es una jornada de tradición en la que subir a la ermita de Santa Águeda es una cita obligada para muchos barakaldarras. Ayer, centenares de personas tomaron las faldas del Arroletza en una jornada en la que el buen tiempo acompañó. "La gente está animada por el buen tiempo y está comprando bastante", señaló José Manuel Tejedor de la repostería artesanal El Valle, uno de los 30 puestos que ofrecieron productos en la subida a Santa Águeda.

José Manuel y su puesto son un fijo en esta cita y otras que no fallan a esta tradición son Lourdes Santisteban, Estibaliz Unzueta, Estibaliz Salazar e Ixone Salazar. "Siempre nos pedimos este día libre en el trabajo y nos juntamos para venir. Es un día para estar en familia o en cuadrilla", aseguraron. En cuadrilla estaba Bittor Beraza, un hombre para el que día de Santa Águeda es muy especial. "Siempre vengo y el domingo también estaré aquí porque esta romería me trae buenísimos recuerdos", comentó este hombre que echa de menos que haya "más kaikus y txistularis" como antaño.

Ayer a Santa Águeda se iba en familia, en cuadrilla o de excursión con el colegio, ya que fueron muchos los escolares que subieron ayer a la ermita de Arroletza, algunos de ellos muy puestos en temas televisivos ya que no faltó ese grito de "¡¡Estefanía!!" que está hasta en la sopa últimamente. En mitad del ambiente festivo, también hubo representantes de Barakaldoko Euskaraldia, acción que se desarrollará entre el 20 de noviembre y el 4 de diciembre y que, en esta ocasión, buscará que las entidades (comercios, asociaciones...) se mojen por el euskera. "Queremos activar a los euskoparlantes a pie de calle", apuntó Ander Eceiza, dinamizador de este proyecto que ayer también estuvo presente en Santa Águeda.