LA alegría en las fiestas de El Suceso y la desolación tras las inundaciones con estampas que retrotraen a las que llegan de la gota fría del Mediterráneo, como los productos de un supermercado arrastrados a la calle por la tromba de agua de agosto de 1983. La cara y la cruz de la vida congeladas en imágenes que archivan para siempre la memoria colectiva de Karrantza. El valle completa su crónica gráfica del siglo XX con el tercer y último tomo de la colección que consta de “más de 3.500 fotografías en total”, calcula Miguel Sabino Díaz, el etnógrafo e investigador local que ha recopilado y clasificado el material intentando identificar a los protagonistas bajo la coordinación de la kultur etxea.

Con motivo de las tres décadas de actividad de la kultur etxea “le pedí su colaboración en esta nueva obra, cuyo contenido esperamos que sirva a la juventud para hacerse una idea de cómo era Karrantza y ofrezca más de una sorpresa a quienes la vivieron”. La biblioteca municipal colgó la crónica en Internet “con acceso libre, pero ahora queremos hacerla llegar en el formato tradicional de papel efectuando correcciones con respecto a la primera versión”.

Conversaciones con los propios vecinos y horas de estudio en los archivos han ayudado a Miguel Sabino Díaz a reconstruir el contexto de “una etapa muy importante para el valle: se crearon la coral o la Sociedad Ciclista, comenzaron los conciertos en el auditorio exterior de la cueva de Pozalagua, se inauguró el ferial para la compraventa de ganado donde ahora se asientan empresas, se inauguró el campo de fútbol, se creó la asociación de criadores de oveja latxa carranzana, empezó a pasar la Korrika por aquí?”.

En esos 19 años personajes ilustres dejaron su impronta en Karrantza. El lehendakari Leizaola visitó el valle en una campaña electoral en 1980, el mismo año en el que Iñaki Perurena asombró a quienes presenciaron en la plaza Sainz Indo de Concha su exhibición de levantamiento de una piedra esférica de cien kilos de peso. En presencia de Julio Caro Baroja, José María Apellaniz, Karmele Goñi y José Antonio Fernández Lombera, el padre José Miguel de Barandiaran recibió una calle en su honor en 1985 por su contribución a desentrañar la historia de los pobladores del valle que habitaron en cuevas como la de Ventalaperra. El ciclista Eulalio García, campeón de España de fondo en carretera, fue homenajeado en 1981. Ocho años más tarde un sonriente Miguel Indurain miraba a cámara en la salida del segundo critérium de ciclistas profesionales.

Figuras tan importantes como los protagonistas de romerías, bodas, bautizos y comuniones que se asoman a las páginas del libro. Entre los enlaces, como nota curiosa, el del alcalde, Raúl Palacio, que firma el prólogo. “La cultura de un pueblo se mide, entre otras cosas, por el respeto y conservación de su patrimonio urbano, histórico y cultural, pero también desde la recuperación y puesta en valor de la memoria colectiva”, reflexiona.

A la venta El libro, un álbum colectivo para guardar, ya se puede adquirir en la kultur etxea, el ayuntamiento, las dos librerías y el kiosco de Karrantza.